Un funcionario público llamado Ji Xiao Lan, dejó asentado lo que sucedió cuando fue nombrado supervisor de la Oficina de Educación y examinador en la ciudad de Fuzhou durante la dinastía Ming.
La oficina fue construida primordialmente como una oficina de impuestos; sin embargo, muchos inocentes fueron asesinados injustamente en el edificio por codiciosos y bárbaros eunucos que estaban en el poder durante la última dinastía Ming.
Él escribió: «Durante el verano de 1764, mi padre me visitó. Cuando escuchó que había una habitación embrujada en el edificio, movió sus cosas para dormir en ella. Esa noche nada pasó«.
Al día siguiente, Ji Xiao Lan le dijo a su padre: «Por favor padre, no arriesgue su vida debido a los malos espíritus, creo que sería mejor que no durmiera en esa habitación«.
Su padre le respondió:
«Muchos intelectuales defienden la inexistencia de fantasmas. Lo veo como algo ridículo y carente de razonamiento. Los fantasmas no pueden dañar a un caballero porque están rodeados de un campo de energía recto».
«Los fantasmas tienen miedo de los hombres justos porque están embebidos en energía yin que está subordinada a la energía yang. Aquellas personas que son perturbadas por fantasmas, su energía yang debe estar a un nivel tan bajo que ha sobrepasado su energía yin«.
«Es por eso que un caballero es descrito como yang y un villano como yin en el Libro de los Cambios (易. 象 辭). Mientras uno sea brillante y positivo de corazón, su energía construye un yang puro y un campo justo lo circunda. Él destruye los fantasmas como un horno ardiente que derrite una roca de hielo sólido en una habitación oscura«.
«Como estudioso, ¿alguna vez leíste en alguna biografía histórica de un hombre ilustrado con virtudes atormentado por espíritus malignos?«.
Ji Xiao Lan continuó: «Escuché con respeto y todavía recuerdo vívidamente las enseñanzas de mi padre«.
Traducido por Cecilia y editado por Yoshen