Una dulce receta para el año nuevo chino

Una parte inextricable de la magia de la linternas que rodea a las celebraciones del Año Nuevo Chino es su rico simbolismo, arraigado en tradiciones milenarias y la sabiduría de una cultura antigua.

Algunos de los rituales más significativos del Año Nuevo Lunar giran en torno a la comida y el tema de la prosperidad. En particular, las delicias dulces especialmente preparadas tradicionalmente se consumen durante esta temporada, prometiendo prosperidad y fortuna.

Compartir una gran variedad de delicias con la familia y los amigos es una alegre tradición, un gesto de compartir riqueza y abundancia junto con buenos deseos.

Cada plato e ingrediente de estas ofrendas comestibles es elegido con un propósito, basado en su valor simbólico y el mensaje que trae para el año venidero.

Siendo el número ocho un número al que se le atribuye el significado de fortuna en la cultura china, es común presentar una bandeja llena con ocho tipos de frutas dulces o nueces para un año lleno de suerte.

En esta ocasión usaremos jarros de vidrio en lugar de presentar un manjar azucarado con cáscara de naranja confitada, o si se prefiere kumquats.

Su forma redonda simboliza el infinito, naranjas y mandarinas son esenciales en el Año Nuevo, mientras que los kumquats, indican prosperidad, ya que la palabra «kum» suena similar a la palabra china para «oro«.

Para que el set de ocho sea más significativo, estas confecciones caseras pueden ser emparejadas con otros dulces simbólicos: raíces de loto que significan abundancia, semillas de loto para la prosperidad y fertilidad de la familia, Ojo de Dragónlongan para niños buenos y felices, jujube para la esperanza, cacahuates para una vida larga, semillas de melón para la alegría y la felicidad, y coco para la unión.

Ingredientes:

  • Cáscara de 4 naranjas orgánicas (con médula, la parte blanca) o kumquat
  • Azúcar de caña granulada
  • Agua

Corte la cáscara en rodajas finas o gruesas, dependiendo de su preferencia. Si usa kumquats, se pueden dejar enteras.

Ponga la cáscara en una olla con agua, lo suficiente para cubrirla y deje hervir. Cocinar a fuego lento durante 5 minutos y colar. Repita el paso anterior dos veces más, excepto durante la última cocción, donde dejamos que las cascaras se cocinen a fuego lento por 30 minutos.

Escurrir la cáscara, preservando el agua. Dependiendo de la cantidad de agua, medir una cantidad igual de azúcar (por ejemplo, de 400 ml a 400 g) y añadir a la mezcla. Ponga nuevamente las cáscaras y la mezcla de azúcar en la olla y déjela hervir a fuego lento de 30 a 45 minutos hasta que las cáscaras estén translúcidas y suaves. No revuelva la mezcla o se cristalizará; si es necesario, agite el recipiente brevemente.

Apague el fuego y deje que la cáscara y el almíbar se enfríen. Retire las tiras con un tenedor o un filtro y colóquelas en una sola capa sobre una rejilla de cocción de alambre, distribuyalas en una bandeja de cocción forrada con papel para hornear.

Ponga la bandeja en un horno precalentado a la temperatura más baja y déjelas reposar durante unos 45 minutos, o hasta que se sequen. Saque la cáscara del horno y hechelas inmediatamente en el azúcar granulado.

Déjelo enfriar completamente antes de guardarlo en un recipiente hermético ¡Y listo!, ¿Se animarán nuestros lectores a hacerlo?

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