Un experimento encontró que cuando las personas se dirigen a sí mismas por su propio nombre, en tercera persona, en vez de decirse «yo», pueden ser más objetivas y sensatas, y alejarse emocionalmente.
Según un artículo de la NPR que menciona el experimento:
«Una investigación realizada este año sugiere que hablarte a ti mismo usando la palabra «yo», «podría estresarte en lugar de brindarte oleadas de auto-amor y aceptación».
Por lo que pareciera que estar desapegado y apasionado es un enfoque más útil que estar conectado emocionalmente. Por lo menos en tiempos difíciles.
Cuando nos vemos a nosotros mismos (o a otros), como alguien que necesita una solución, en lugar de ser alguien a quien culpar, juzgar o lastimar; en realidad resulta más fácil reafirmarse a uno mismo.
Esto sería: «Sólo soy una persona que quiere hacerlo mejor. Tengo debilidades y errores pero merezco ser tratado con respeto al referirme a mis problemas», al contrario de «apesto«, o «soy un inútil».
Sin embargo, lo que unas pocas personas se atrevieron a mencionar es que para que esto funcione, en realidad uno necesita intentar hacerlo mejor.