¿Alguna vez pensaste que eras mejor que otras personas? ¿Tiendes a asumir que los demás no son tan buenos como tú o a criticar a los que te rodean? Debo decirte, que si tienes estas actitudes, es un gran error. Despreciar a los demás puede minar tu propia autoestima.
Ser despectivo con los demás, destruye tu autoestima de 5 maneras
1. Fijarte en los demás, no te permite concentrarte en ti mismo
Despreciar a los demás implica que tu atención se centre en otras personas en general. Te quita el tiempo que podrías dedicarte a ti mismo y puede llevarte fácilmente a que pierdas el contacto con lo que eres.

Solución:
Reconocer que no siempre conocemos la historia de los demás es fundamental. Muchas veces no tenemos ni idea de lo que está pasando una persona, ni cómo se siente, ni de lo que pensó cuando hizo algo extraño o único. En lugar de emitir juicios de valor, debes sustituir esas ideas por otras nuevas, intentando practicar la benevolencia.
2. Compararte con los demás no es una opción sana
Los estándares de los demás son los tuyos propios. Cuando menosprecias a las personas, las estás comparando, pero esa comparación implica que te centras en cómo se comportan. Puede que no te des cuenta, pero estás entrelazando sus estándares con los tuyos.
La mayoría de las investigaciones demuestran que ver a alguien actuando bien o logrando algo en las redes sociales puede disminuir la autoestima y el pensamiento positivo, incluso si te alegras por esa persona.
Solución:
Todas las personas somos distintas y únicas. Nadie es como tú. Eso forma parte de la vida y no significa que sean mejores, peores o incluso comparables a ti. Aceptar esto te traerá una sensación agradable de tranquilidad.
Ser diferente es excelente, y si todo el mundo fuera igual, el mundo sería poco interesante.
3. Pon atención al vocabulario que utilizas para referirte a tí mismo
Según el coach de vida Hans Schumann:
«Las palabras que utilizamos cuando hablamos de nuestros objetivos son muy importantes. Palabras como ‘lo intentaré’ o ‘espero que me salga bien’ ya prevén el fracaso y hacen más probable que los resultados sean negativos». (BestLife)
En lugar de eso, cree en ti mismo y convéncete de que puedes, y vas a ponerte en marcha hacia el éxito.

Solución:
Las palabras que eliges para describirte pueden minar tu autoestima. Además, las palabras absolutas suelen ser poco prácticas. Elimina las frases absolutas de tu léxico y verás cómo cambian tus sentimientos de inseguridad.
4. Analiza qué visión tienes de los demás
Si se hace de forma adecuada, la comparación social no siempre es mala. Aprender a fijarse razonablemente en lo que te gusta o admiras de los demás puede motivarte a mejorar y a cambiar para mejor.
Por supuesto, despreciar a los demás no es la forma correcta de manejarse. Indica que sólo encuentras defectos en los demás y que eres incapaz de aprender de lo que detestas de ellos.
Solución:
En lugar de buscar motivos para burlarte de los demás, busca razones para inspirarte en ellos. En otras palabras, ¡busca lo bueno de los demás! Encuentra algo maravilloso en ellos que admires y utilízalo como estímulo para inspirarte.
Cuando tengas esta perspectiva, notarás que tu vida se vuelve considerablemente más brillante, lo cual es un signo de gran autoestima.
5. Presta atención a cómo te hablas y te miras ti mismo
La verdadera autoestima surge de la capacidad de amar y aceptar todos los aspectos de uno mismo. Cuando destrozas a las personas, te olvidas de que ellas, al igual que tú, tienen las características que conforman lo que son. Por desgracia, esto implica con frecuencia que no tienes en cuenta lo que te hace especial.
Solución:
La forma en que hablas y miras a los demás es con frecuencia un reflejo de cómo te hablas y te miras a ti mismo. Así que si siempre estás menospreciando a los demás, es probable que te estés menospreciando a ti mismo, y te mereces algo mejor.
Recuerda…
Tu comportamiento con los demás suele reflejar tu propia personalidad y condición psicológica. Más allá de eso, es simplemente duro, injusto y descortés despreciar a los demás a tu alrededor. Respetar a los demás acabará ayudándote a respetarte a ti mismo.