Sin miedos «La vie est belle”

Por Elena Gordillo

Hoy la humanidad está al desnudo, con esa sensación de sentirse desprotegida y casi a la intemperie. Luchando por sobrevivir a los miedos y a la soledad.

¿Qué más podríamos pedir que, de cara a fortalecernos interiormente podamos vencer los miedos, identificarlos y sacarlos afuera? para que este sea el momento pico del recambio, el comienzo del despertar verdadero. Para que así la vida, pueda resultarnos más reconfortante y hermosa.

Con marchas y contramarchas, las decisiones gubernamentales van cambiando en cada país, los avances en este confinamiento se van modificando; según la evolución del Covid 19,  según el pronóstico del clima, el nivel de contagios y casos detectados, según las pirámides y curvas de medición y según la conveniencia de algunos mandatarios

La pregunta retórica sería: ¿Están aprovechándose los mandatarios del miedo de las personas para tenerlos confinados más allá  del tiempo debido y así aprovecharse de esa brecha, muy humana, para llevar adelante maniobras escrupulosas y corruptas?

Es que en estos tiempos que llevamos con esta pandemia, han surgido muchos fantasmas que llevábamos puestos y que quizás tratábamos de ocultar de manera inconsciente, con lo cual corremos el riesgo de debilitarnos por completo.

¿Qué es el miedo y como nos afecta?

“El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro” (Woody Allen)

De hecho todos tenemos miedos y la mayor parte de ellos nacen de ideas compartidas por la gran mayoría de las personas.

Reconocerlos y encontrar su raíz es el primer paso para acabar con ellos.

El miedo, según la RAE es:  «Aquella perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño, real o imaginario«, y es un sentimiento común a todos los seres humanos. Dice además: «Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que  desea».

Esta sensación de ansiedad causada por nuestra anticipación de algún evento o experiencia imaginada es una reacción biológica de nuestro cuerpo ante un conjunto de señales que interpreta como temerosas.

Y el sentimiento de aprensión es similar, ya temamos ser mordidos por un perro, perseguidos por un psicópata o temamos la llegada de una enfermedad, que nos provoque la muerte.

A veces el temor al miedo mismo causa mas problemas físicos y mentales que el miedo en si, real y concreto. Porque el miedo es también pensamiento y por lo tanto materia.

Si le damos mucho crédito, lo vamos alimentando cada vez mas y éste va creciendo hasta un tamaño que nos supera. Debemos estar muy atentos a esto.

De lo que no debemos tener miedo es de identificarlos, porque sólo cuando sabemos de dónde provienen es cuando podemos empezar a controlarlos. Con o sin ayuda de profesionales, ser conscientes de nuestros temores y encontrar la raíz de los mismos, es el primer paso para acabar con ellos.

En la actualidad el miedo a la muerte causada, específicamente por el Covid 19, nos ha envenenado y contaminado la mente y el alma.

Es muy difícil mantenernos incólumes ante tantas muertes, pero debemos tratar de pensar positivamente, ser muy responsables e intentar  preservarnos de noticias negativas que circulan las 24 hs del día y propiciarnos un espacio de introspección, de reflexión.

En esa búsqueda interior podemos encontrar el camino a la libertad, despojarnos de conceptos e ideas negativas, atrayendo conceptos optimistas y mensajes de bienestar, que desintoxiquen y alivien  a nuestro cuerpo y mente.

Asomándose a la ventana

Con esta metáfora, podemos despejar las dudas y abrir nuestra mente a una visión mas positiva y equilibrada. Esa ventana que estuvo tanto tiempo cerrada y oscura. Abrir los postigos y dejar entrar la luz, éste es el desafío.

«Abriendo ventanas» como metafora. Imagen de Rasterlocke en Pixabay

En algunos países y lugares volvieron las caminatas al aire libre, los encuentros familiares cuidados y las reuniones en los bares.

Entre tanta confusión y tapabocas, en algunos lugares, la gente pudo salir nuevamente a respirar al aire libre. Pudo encontrarse cara a cara, sin Wi-fi de por medio, y mirar a los ojos, aunque sea por unos minutos, a esa persona, amigos o familia, que hace tanto no podía abrazar.

Fase futura: re-inventarnos

Así en algún momento, esto será una anécdota y un mal momento compartido con todos los habitantes del planeta.

Ese futuro en el que ya seamos los maestros y héroes de un momento de inflexión de la humanidad, en el que la vida de muchas personas fue arrancada por la peste y la libertad se volvió un bien más que preciado y en escasez.

Seguramente  las tardes de café y noches de caminatas permitidas, harán que las endorfinas aumenten nuestras defensas. La sensación que experimentamos al desplazarnos libremente es un incentivo que, seguramente, levanta las defensas y nos fortalece desde lo más íntimo de nuestro ser.

Solo con los ojos del alma podremos ver el verdadero sentido de esta tragedia contemporánea. Más que nunca, el término RE INVENTARNOS, adquiere una vigencia casi mística.

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