Ser demasiado crítico te está consumiendo: ¿Qué hacer?

Por Nathan Machoka, con aportes de Alejandra Juárez

Walt Whitman, célebre poeta estadounidense, escribió:

«Sé curioso, no crítico».

Pero, ¿dónde se encuentra el límite entre la curiosidad y la crítica? ¿Y cómo se puede ser menos crítico?

Ser una persona hipercrítica puede dañar tus relaciones con los demás o hacer que te eviten. Es fácil pensar que nuestras palabras «extremadamente verdaderas» pueden ser útiles, pero algunas formas de decir la verdad, o de marcar lo que no vemos bien, pueden herir los sentimientos de tus amigos o familiares.

La crítica excesiva puede provocar que la gente se sienta emocionalmente insegura a tu alrededor. Así que eso es lo que debes evitar activamente, y ser cautos a la hora de «corregir o marcar» algo que no sea de tu agrado.

Imagina que alguien te da opiniones sobre tu aspecto, sin que tú se lo pidas: ropa, pareja (o falta de ella), situación vital, comida, carrera o más, esta opinión no sería del todo satisfactoria.

También puedes pensar que tu crítica es constructiva, pero algo que tienes que tener en cuenta a la hora de hablar, es que no todos llegaron al mismo nivel de conciencia que tú, entonces no todos están dispuestos a escuchar sobre lo que (a tus ojos) es mejor para sus vidas, lo que tienen que hacer o no.

Hacerlo de esta manera se hace insoportable para la persona que lo recibe, pero, por desgracia, es lo que hace la mayoría de la gente. Y las redes sociales han hecho que sea demasiado fácil criticar en exceso, a veces incluso a desconocidos.

Hoy en día, las redes sociales han hecho que el juicio sea más tóxico y mezquino. Alimentan el conflicto y, debido a su anonimato, es fácil ser más crítico hasta el punto de consumirte.

Ser crítico todo el tiempo es agotador y consume mucho tiempo. Además, suele provocar sentimientos de malestar por gente que no conoces para nada.

Ser menos crítico puede crear relaciones más fluidas con tus compañeros de trabajo, empleados, parejas o hijos, y además te ayudará a aceptar que no todas las personas son como tú, que no todos tienen tus mismos gustos y tu mismo sentido de la realidad, y en este punto el ser distintos NO ESTÁ MAL.

Hoy en día, las redes sociales han hecho que los juicios sean más tóxicos y mezquinos. (Imagen: Mike2focus vía Dreamstime)

Cómo evitar ser crítico

A continuación te nombramos una serie de aspectos a tener en cuenta, para evitar ser crítico en extremo:

Introspección

La mayoría de las veces, la necesidad de juzgar duramente a los demás proviene de tus propias inseguridades. Esta inseguridad puede ser subconsciente o consciente.

Así que, en este caso, no estás criticando las decisiones de los demás, sino señalando sus defectos para que tus decisiones parezcan superiores. Es importante mirar hacia dentro para entender el origen del por qué somos demasiado críticos.

Por ejemplo: tu amiga, que lleva toda la vida saliendo con hombres que no la valoran, está entablando una relación con alguien que parece tener las mismas características que sus relaciones anteriores… Haz una pausa y pregúntate por qué te preocupa esto y para qué sirve tu molestia en este ejemplo.

Por supuesto, tus intenciones pueden ser buenas; quieres «salvar» a tu amiga de otro desengaño. Pero si te detienes un momento, y no actúas por impulso, evitarás hacer comentarios sarcásticos o poco útiles. En este caso, acompañar a tu amiga en su propio proceso de descubrimiento, será más útil para ella, que el intentar abrirles los ojos cuando ella aún no está preparada para ver.

Mediante la introspección, otra cosa que puedes descubrir de ti mismo es que probablemente te sientes solo y no quieres ver a tu amiga salir con alguien.

En realidad, cada persona vive la experiencia que tiene que vivir, con el fin de aprender algo de ella, la lección puede ser aprendida en la primera prueba, o podemos necesitar varias más para darnos cuenta de algo.

Por esta razón, una de las armas más poderosas que tenemos es poder mirar hacia dentro, y allí seguramente encontraremos muchas cosas que a simple vista no son claras, y podremos trabajar sobre ellas.

Fíjate en los desencadenantes

¿Por qué la forma de comer, de vestir o las elecciones profesionales de otra persona hacen que pierdas tu calma?

Si te das cuenta de cuáles son tus factores desencadenantes, podrás trabajar poco a poco en ellos para ser menos crítico. 

La mayoría de las veces, la gente no planea ser demasiado crítica con todo. Suele ser un acto reflejo y no algo diseñado conscientemente. Sin embargo, una vez que descubres cuáles son tus desencadenantes, puedes trabajar para replantearte y reformular tus comentarios en esos momentos.

¿Eres más crítico cuando tienes hambre, estás enfadado o rodeado de algunas personas que te hacen reaccionar?

Descubre tus desencadenantes y podrás cambiar tu conciencia emocional.

Empatía

Probablemente haya oído muchas veces la frase:

«Ponerse en el lugar de los demás».

Pero, aunque suene a tópico, la empatía ayuda a apaciguar conflictos innecesarios.

Es fácil emitir juicios antes de comprender la historia completa de una persona. Por ejemplo, digamos que alguien gasta poco en lujos o demasiado en todo. Entender sus motivos puede ayudarte a relativizar sus gastos.

Al crecer, pueden haber sido ricos y gastar no les molesta. O puede que haya sido tan pobre que sienta la necesidad de disfrutar de ciertas cosas ahora que puede permitírselas. O puede que a esa persona le gusten los artículos caros y de calidad.

Hay muchas posibilidades que puedes pasar por alto a la hora de juzgar a una persona.

Darse cuenta de los desencadenantes del juicio te ayuda a trabajar poco a poco para ser menos crítico. (Imagen: Viktor Koldunov vía Dreamstime)

 

Aceptar

Una vez que se empatiza con alguien, es esencial aceptarlo sin intentar cambiarlo.

El primer paso para recibir es reescribir la crítica y darle un giro positivo. Este paso también puede ser muy útil con la autocrítica. Además, pregúntate siempre:

«¿Y si la otra persona se está esforzando al máximo?».

Esta pregunta te ayuda instantáneamente a ser más empático y comprensivo.

No te agotes intentando cambiar a los demás porque puede ser cansador para ti y para la otra persona. En su lugar, la aceptación es mucho más fácil, y te ahorrarás frustraciones constantes y aprenderás de las diferencias.

Demuestra compasión

La compasión y la aceptación van de la mano. Cuando aceptes a una persona por lo que es, muéstrale compasión. Y si has juzgado erróneamente a una persona, no seas demasiado duro contigo mismo; muéstrate compasivo. La próxima vez mejorarás, recuerda: evitar ser hipercrítico es un proceso.

Mostrar compasión hace más felices a dos personas: a ti y a la otra. Y una forma de fomentar la comprensión es esforzarse por conocer gente, lugares e ideas nuevas.

Como dijo el cómico Trevor Noah en una entrevista reciente:

«Las nuevas experiencias te ayudan a acabar con prejuicios arraigados contra otras personas».

Recuerda que ser menos crítico no significa dejar de opinar. Hay mejores formas de compartir tu opinión. Ser curioso y esforzarse por saber más sobre una persona te hace más amable y accesible y te abre un nuevo mundo de experiencias.

 

Deja un comentario