Por Cassie Rayan
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A medida que el régimen chino hace una demostración de medidas drásticas contra la corrupción y la vida de lujos, incluso los criadores de perros se están viendo afectados. Aún aquellos dedicados a criar ejemplares de la raza canina más cara del mundo: el Mastín Tibetano. [su_spacer]
A pesar de haber sido siempre un perro pastor, el Mastín Tibetano se convirtió a partir de los 90´ en un símbolo de estatus y objeto de ostentación para los ricos en China. Pero los criadores tibetanos notaron un gran descenso en su comercialización estos dos últimos años.
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Xinhua, la agencia de noticias estatal, publicó un artículo acerca de un criador llamado Luo Yi, ubicado cerca de Lhasa, quien se inició en el negocio en 2002 y llegó a tener cinco criaderos. Él tenía alrededor de 600 perros y el negocio estaba en auge entre 2007 y 2012 con la venta de ejemplares adultos por un valor de hasta 800,000 yuanes (unos 131.000 dólares).
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Hace dos años, se vendió una de estas mascotas de lujo por 12 millones de yuanes (1,9 millones de dólares), por lo que es el perro más caro del mundo hasta el momento. Los hombres de negocios a menudo se los regalan a los funcionarios del Partido Comunista, así como dinero en efectivo y otros lujos a modo de soborno.
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«Pero ahora los empresarios no se atreven a comprarlos», dijo Luo. «Incluso si lo hacen, los funcionarios no los aceptan».
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El informe citó estadísticas de un par de asociaciones dedicadas al Mastín Tibetano en la región Tíbet-Qinghai. Al parecer, había cerca de 100 granjas en el Tíbet que vendían casi 10,000 perros, pero ahora sólo hay 66 granjas con alrededor de 3,000 animales. Del mismo modo, en Qinghai el número de ejemplares se redujo aproximadamente de 3,000 a 1,000.
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Los criaderos en otras partes de China también están perdiendo dinero y muchos han cerrado. Aparte de la campaña contra la corrupción, la industria se ha visto afectada por las restricciones en ciudades como Beijing y Shanghái, donde su crianza está prohibida porque algunos perros atacaron e incluso mataron personas.
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Además, como el número de criadores aumentó cuando ciertas personas trataron de sacar provecho de la tendencia, muchos cachorros resultaron con un alto grado de endogamia o están mezclados con otras razas.
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Luo Yi añadió: «Me encanta estar con los perros mastines y no me daré por vencido no importa qué tan bajo caiga su precio”.
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Lo que debe cesar es el esnobismo de la gente hacia este animal sagrado.
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