Hasta ahora, se han publicado suficientes investigaciones sobre el delito de la recolección de órganos en China, para que la mayoría de las personas, que examinan el tema, acepten que un gran número de involuntarios prisioneros de conciencia, han sido asesinados por el estado chino, por sus órganos.
Ahora, algunos investigadores están ampliando sus investigaciones, buscando otros aspectos de la atrocidad que muchos alguna vez pensaron que era demasiado difícil de creer.
Informes
Los investigadores Pavel Porubiak y Lukas Kudlacek, del Instituto para la Investigación de los Crímenes del Comunismo con sede en Suecia; han publicado recientemente su informe en el que investigan el rol en el comercio ilegal de la sustracción de órganos en China, de empresas y médicos de países democráticos.
En su informe de 60 páginas publicado en noviembre del año pasado, ellos escribieron:
«Nuestra investigación sobre las empresas occidentales revela que 20 compañías, y con criterios relajados 28 de ellas; no sólo están apoyando este negocio de trasplante en China, sino que también le han permitido tener una escala masiva».
Entre los 28 nombres de la lista, figuran empresas de renombre público como Pfizer y Roche.
Esta es la lista perteneciente al informe de las empresas occidentales que participan en la industria de trasplante de órganos en China.
Sobre la base de las pruebas que encontraron, el informe destacó que la presencia comercial de las empresas occidentales en China, es crucial para que pueda producirse la recolección ilegal de órganos.
También podrían desempeñar un papel para detener lo que está sucediendo en China.
«El informe señala que la recolección ilegal de órganos de prisioneros de conciencia, podría [ser] restringida o incluso detenida completamente, si estas empresas dejaran de suministrar sus productos al mercado chino», expusieron.
Evidencia de sustracción de órganos
En su conclusión, los investigadores esbozaron brevemente las pruebas que han surgido en los últimos 13 años y que revelan que se ha estado produciendo la sustracción de órganos en China.
- A partir de grabaciones telefónicas con los médicos
- Testimonios de testigos
- Exposición de la verdad sobre el número anormal de centros de trasplante, con más de 700 de ellos superando el número oficial de 169
- La cuestión fue más allá cuando se conoció la inexistencia de un sistema de donantes funcionales en China
- Los testimonios sobre las listas de espera de dos semanas
- Estudios médicos de doctores chinos que utilizan órganos de fuentes inexplicables
- El hecho de que 300.000 ciudadanos chinos al año necesiten un órgano
Los investigadores comentaron que las 28 empresas occidentales están suministrando a China materiales, drogas y dispositivos que apoyan el desarrollo del negocio de los trasplantes y que deben estar plenamente conscientes de los hechos mencionados.
«Directa o indirectamente, su negocio global arrastra a los empleados de sus sucursales, en Europa, América u otras partes del mundo, a esta incómoda situación»,
informaron.

Responsabilidad
En el informe se señalaba que los médicos chinos que participan en los trasplantes, dependen de la importación de dispositivos para la preservación de los órganos.
«Por lo tanto, las empresas occidentales del sector médico apoyan los trasplantes en un país en el que pacientes, de al menos 20 países y regiones del mundo, viajan por un órgano; que les es suministrado fuera de la lista de espera para ciudadanos chinos, provenientes de una fuente dudosa, pudiendo alguien haber sido asesinado por ello»,
expone el informe.
«Las actuales políticas mundiales permiten a las empresas occidentales hacer negocios en China, donde sus productos podrían utilizarse muy fácilmente en crímenes de lesa humanidad, ya que en muchos casos son, o fueron en algún momento, los únicos disponibles de su tipo».
El informe emitió una advertencia a estas compañías occidentales.
«Estas compañías, incluyendo sus empleados a nivel mundial, no tienen ninguna institución que compruebe su vulnerabilidad en casos como este, o una institución que investigue toda la situación.
Es bastante apremiante, ya que los criminales en China tienen todos los motivos necesarios para hacer que estas compañías formen parte de estos crímenes, tanto como sea posible»,
relató el informe.
‘Demostrado más allá de toda duda’
El informe sueco es el resultado de la amplia atención prestada por los medios de comunicación a las conclusiones de un tribunal independiente celebrado en Londres a mediados del año pasado, que determinó que estaba probado sin lugar a dudas que el Estado chino está matando a un gran número de prisioneros de conciencia por sus órganos.

En su declaración final para el tribunal, el fiscal de crímenes de guerra Sir Geoffrey Nice QC añadió que el mundo debe actuar para poner fin a esta atrocidad.
«La recolección forzada de órganos se ha cometido durante años en toda China a una escala significativa y los practicantes de Falun Gong han sido una -y probablemente la principal- fuente de suministro de órganos»,
dijo el 17 de junio de 2019.
«La persecución concertada y las pruebas médicas de los uigures son más recientes; y es posible que a su debido tiempo surjan pruebas de la sustracción forzada de órganos a este grupo»,
mencionó.
Basándose en una investigación de un año de duración, las conclusiones de la sentencia suscitaron más preocupación por esta atrocidad cuando salió por primera vez a la luz en 2006; tras denuncias de que practicantes de Falun Gong encarcelados estaban siendo asesinados por sus órganos en el noreste de China.
Falun Gong, también conocida como Faun Dafa, es una disciplina espiritual basada en meditación y ejercicios de movimiento lento, cuyos practicantes siguen tres principios fundamentales: Verdad, Compasión, Tolerancia.
Comenzó al norte de China a principios de la década de 1990. Fácil de aprender y libre, se extendió rápidamente a través de China y más allá de sus fronteras.
Debido a la popularidad de la práctica, el estado comunista chino comenzó a perseguir a los practicantes de Falun Gong en 1999.
Los invitamos a ver este galardonado cortometraje de Swoop Films sobre la persecución a Falun Gong: