Un bloguero de la industria de la gestión hotelera compartió una experiencia que podría ser una lección valiosa para todos nosotros.
Mientras solicitaba un trabajo, el bloguero pasó por varias rondas de entrevistas para un puesto como asistente del gerente general de un hotel.
Él y otro candidato, una mujer joven, llegaron a la ronda final para una entrevista en persona con el gerente general.
El día de la entrevista, se les pidió a los dos que se dirigieran a la oficina del gerente general. En el camino, vieron a una señora de mantenimiento limpiando el vidrio de un ventanal.
Al pasar, la señora de la limpieza golpeó descuidadamente su carrito contra la joven, derramando un cubo de agua y mojando el vestido y los zapatos de la joven, así como los pantalones y zapatos del bloguero.

La joven inmediatamente se enojó y le gritó a la señora de la limpieza:
– “¡¿Estás ciega?! ¡Sabías que estábamos detrás de ti! ¿Hiciste esto a propósito? Tengo una entrevista. ¿Cómo podré asistir ahora? ¡Te hago responsable si la entrevista no sale bien! ¡Oh, qué día tan desafortunado!»
Se dirigió al bloguero y le dijo:
– «Espérame. Necesito ordenarme un poco y luego vamos juntos. No se ve bien si vas solo, ¿verdad?» Sin esperar una respuesta, se apresuró y fue al baño.
Al escuchar sus palabras, el bloguero se quedó con una mala impresión de la joven. Se volvió hacia la señora de la limpieza y trató de consolarla:
– “Señora, estoy bien. Es solo un poco de agua. Por favor, no se sienta tan mal por ello. Solo tenga más cuidado la próxima vez».
Luego la ayudó a limpiar el derrame en el piso. Mientras esperaba que la joven regresara, continuó charlando con la señora de la limpieza, ayudándola a limpiar el área superior de la pared de vidrio donde tenía dificultades para alcanzar.
La joven finalmente regresó y los dos se dirigieron a la oficina del gerente general. El gerente de inmediato extendió su mano al bloguero:
– “¡Felicitaciones! Conseguiste el trabajo».

La última ronda de entrevista fue, de hecho, una prueba para los dos realizada por la señora de la limpieza. El gerente explicó:
– “Como industria de servicios, debemos tener siempre a los demás en nuestro corazón. Saber respetar a los demás es de suma importancia en el servicio hotelero”.
Una muestra de respeto por los demás es una muestra de fuerte carácter moral y respeto por uno mismo.
Al considerar los sentimientos de los demás y ponernos en sus zapatos, no solo actuamos desde un lugar de compasión y bondad, sino que también obtenemos la confianza de los demás.
Traducido por Cecilia y editado por T. Denning