Por Ben Grinberg


Se sabe que las vacunas salvan millones de vidas y mantienen las enfermedades mortales bajo control. Pero para cada tecnología hay una desventaja y las vacunas no son la excepción, hay riesgos. En general la comunidad médica no reporta la relación entre vacunas y la posibilidad de desarrollar autismo.
Sin embargo, en un estudio que se realizó para refutar la relación entre autismo y vacunación, las estadísticas originales apuntaban a una correlación entre la vacunación y el desarrollo de autismo en los niños afroamericanos que fueron vacunados antes de los 36 meses. Luego, los investigadores sacaron del experimento a todos los niños que no tenían certificado de nacimiento válido en Georgia. La relación entre el autismo y la vacunación que había entonces, ya no está presente en las estadísticas.
Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la razón por la cual se hizo ésto, fue porque los investigadores fueron capaces de rastrear la raza y la historia de los bebés que tenían un certificado de nacimiento válido Georgia.
El CDC no mencionó que antes de hacerse este ajuste estadístico, existía una correlación estadística entre el autismo y un subgrupo específico de los sujetos del experimento. Sin embargo, un directivo investigador del CDC, dijo que los datos cortados del estudio, no fueron, de hecho, manejados de acuerdo con el “protocolo” científico adecuado.
Es difícil decir cómo deberían haber sido tratados los datos, pero la evidente falta de transparencia es probablemente la razón de la controversia entre un significativo, pero minoritario, grupo de personas. Sin entrar en los matices de cómo se recogen y manejan las estadísticas, lo cual también deja muchas preguntas sin resolver, aquí está mi opinión sobre en tema.