Por Ratul Saha
Un estudio reciente realizado por académicos de la Universidad de California en Berkeley demuestra que una mala noche de sueño puede influir en lo servicial y caritativo que seas.
El descanso inadecuado se ha relacionado con un mayor riesgo de cardiopatías, depresión, diabetes, hipertensión y mortalidad total. Sin embargo, las investigaciones actuales indican que la falta de sueño debilita nuestra conciencia social fundamental, impulsándonos a retraer nuestro deseo e inclinación a servir a los demás.
Los investigadores descubrieron que las personas se sienten menos inclinadas a contribuir a obras benéficas tras perder una hora de descanso debido al horario de verano (DST). Además, el estudio revela que este comportamiento está causado por alteraciones en la red cognitiva prosocial del cerebro cuando alguien no descansa lo suficiente.
Según los investigadores Ben Simon y Matthew Walker, nuestra propensión a ayudar a los demás es esencial para la civilización. Así que investigaron cómo afecta la privación de sueño a este comportamiento humano específico en su experimento.
Al principio, los investigadores emplearon un cuestionario de altruismo autodeclarado para examinar la propensión de un grupo de individuos a ayudar a los demás tras una noche de descanso regular y otra mala. A continuación, después de cada noche, estos individuos recibieron imágenes de resonancia magnética para analizar su actividad cerebral.
Los investigadores administraron el cuestionario sobre altruismo a una muestra de adultos que habían llevado registros, en los que se medía tanto la calidad como la cantidad de sueño.
Por último, los investigadores recopilaron datos sobre donaciones filantrópicas en todo Estados Unidos en las semanas previas y posteriores al horario de verano.
La privación de sueño altera la teoría de red de conexión de la mente
Según los escáneres cerebrales, la pérdida de sueño merma la cognición social y la actividad de la red cerebral. Durante los actos sociales, esta zona suele estar más activa. Esta alteración de la actividad prosocial del cerebro se relacionó con el menor deseo de ayudar a los demás durante las dos primeras sesiones.
En cuanto a las donaciones monetarias naturales a organizaciones benéficas, los investigadores descubrieron que las donaciones disminuyeron un 10% tras el horario de verano.
Según los autores del estudio, estos resultados deberían ayudar a las organizaciones a organizar mejor sus campañas de donación (evitando los periodos en los que los individuos están menos dispuestos a ayudar a los demás e interactuar socialmente) porque que están privados de sueño.
«Ayudar es una característica esencial y fundamental de la humanidad. Este nuevo estudio demuestra que la falta de sueño afecta al tejido central de la civilización humana. La forma en que funcionamos como especie social -y somos una especie social- parece depender en gran medida de cuánto dormimos»,
señaló Walker en un comunicado de prensa.
En la segunda ronda de la investigación, los investigadores hicieron un seguimiento en línea de más de 100 participantes durante tres o cuatro noches.
Durante este periodo, examinaron la motivación para ayudar a los demás midiendo la calidad de su descanso. Los investigadores compararon la cantidad de descanso y la frecuencia con la que alguien se despertaba con su grado de cortesía en la vida cotidiana.
Esto significaba abrir la puerta del ascensor a otra persona, trabajar como voluntario o ayudar a un desconocido herido en público.
«Descubrimos que un descenso de la calidad del sueño de una noche a otra predecía una disminución considerable de la motivación para ayudar a los demás de un día a otro», explicó Simon. «Los que habían dormido mal la noche anterior declararon estar menos dispuestos y deseosos de servir a los demás al día siguiente», añadió Simon.
La última ronda consistió en analizar una base de datos de 3 millones de donaciones filantrópicas realizadas en Estados Unidos entre 2001 y 2016. ¿Cambió el número de donaciones debido al cambio al horario de verano y a la posible pérdida de una hora de sueño?
Según observaron, las contribuciones descendieron un 10%. Sin embargo, esta disminución de las donaciones compasivas no se observó en las regiones del país donde no se cambiaron los relojes.
«Incluso una «dosis» mínima de privación de sueño, en este caso, la pérdida de una sola hora de sueño debido al horario de verano, tiene una influencia fácilmente medible y significativa en la generosidad de las personas y, por tanto, en cómo funcionamos como sociedad conectada. Perder una hora de sueño afecta a nuestra bondad humana básica y a nuestra voluntad de ayudar a los necesitados», afirma Walker.
En conclusión
Parece que la falta de sueño puede llevar a un ser humano a volverse egoísta.
Desde un punto de vista más amplio, esto puede conducir a un individuo algo asocial y, desde un punto de vista práctico, antisocial, lo que tiene varias implicaciones para la forma en que convivimos como especie social.
La privación de sueño hace que los individuos sean menos empáticos, menos caritativos y estén más aislados socialmente.