Por Emma Lu
Cultivar cualquier cosa comestible en el desierto puede ser un reto, dadas las condiciones del suelo y la escasez de agua. Sin embargo, hay algunas tribus, como los Tohono O’odham del desierto de Sonora, que dominan el truco de cosechar los frutos que se encuentran allí de forma natural.
Estas tribus sobrevivieron durante siglos utilizando de muchas maneras ciertos tipos de plantas y frutos del desierto, como el saguaro.
¿Qué es el saguaro?
El saguaro es un cactus muy alto, con forma de árbol que suele encontrarse generalmente en el Oeste de América.
Los habitantes del desierto de Sonora recurren a este cactus por sus frutos bulbosos, los cuales son más pesados y grandes que los dátiles y tienen un aspecto rojizo. Estos frutos además son bajos en calorías y una planta da docenas de ellos.
La tribu Tohono O’odham sobrevivió a base de alimentos silvestres del desierto hasta el año 1900, y aunque ya su situación cambio y no necesitan vivir de la tierra, hay algunos que prefieren mantener vivas las tradiciones utilizando métodos indígenas para recolectar los frutos.
El saguaro, la trufa del desierto
En el pasado, la tribu Tohono O’odham emigraba estacionalmente al desierto para recoger los frutos del saguaro. Estos cactus se elevan a gran altura y viven hasta 200 años. Los miembros de la tribu se comían toda la fruta que podían y utilizaban el resto para hacer mermelada, jarabe, bebidas, harina, aceite de cocina, vino y vinagre.
Las tribus llaman al fruto del saguaro la trufa del desierto, «bahidaj» en la lengua nativa.

Con el tiempo, la modernización se fue filtrando en las tribus y éstas trataron de aprovechar las tecnologías modernas de recolección en su beneficio. En los últimos años, intentaron organizar campamentos de construcción de comunidades y trataron de educar a las generaciones jóvenes sobre los beneficios de la agricultura tradicional del desierto.
También se celebraron varios talleres. Estos tuvieron un impacto desigual en la tribu, especialmente en la generación joven. Algunos mostraron interés en aprender las formas tradicionales, mientras que otros están más interesados en el atractivo de las nuevas tecnologías y las oportunidades profesionales urbanas.
El principal problema del cultivo de plantas y frutos en un desierto es la falta de agua. Las raíces de las plantas del desierto crecen hasta 150 pies de profundidad en algunos casos en busca de agua. Las antiguas tribus que vivían en lo que hoy es Arizona probaron varias medidas para solucionar este problema.
Los Hohokam utilizaron antiguos métodos de riego para cultivar plantas en suelos áridos. Eran los antepasados de los Akimel O’odham -la «Gente del Río»-, vecinos de los Tohono O’odham -la «Gente del Desierto»-. Estos últimos eran una tribu nómada y viajaban a muchos lugares en distintas estaciones, cazando y recolectando allí donde se encontraba comida y agua.

La tribu Tohono O’odham utilizaba el fruto del saguaro de muchas maneras. No sólo hacían varios alimentos con él, sino que también lo intercambiaban por alimentos como el trigo, el maíz, el frijol y la calabaza.
Utilizaban las flores del saguaro para abrir los frutos porque cuando las flores amarillas y blancas se marchitan, se vuelven duras y afiladas como el cristal. La pulpa del saguaro tiene un sabor parecido al de la fresa y la guayaba.
Los frutos también contienen muchas semillas. Cuando los frutos se secan al sol, la textura y el sabor se convierte en algo parecido a la nuez.
Aunque la cosecha de saguaro está muy viva hoy en día, no se puede negar la disminución de la participación en la cosecha. Aun así, los agricultores tienen la esperanza de un futuro brillante.
La cosecha del bahdaj es un buen alimento natural, una tradición y un disfrute, además de proporcionar a los miembros de la tribu ingresos adicionales. Puede que las tribus ya no necesiten el fruto del saguaro para su sustento, pero mantener viva la tradición de la cosecha hace que su herencia continúe.
A continuación te dejamos un video sobre esta especie tan particular de cactus: