Por Troy Oakes
El Mecanismo de Anticitera ha fascinado y desconcertado a los investigadores durante más de un siglo. Ahora, un equipo internacional de científicos anunció que finalmente descifraron más secretos de la máquina de fama mundial.
Descubierto en un naufragio en el fondo del mar Egeo frente a la costa de Grecia en 1901, el Mecanismo de Anticitera es una intrincada reliquia de alta tecnología de una época antigua. Fechado alrededor del año 150 a.C., el dispositivo se utilizó para calcular eventos astronómicos y otros acontecimientos celestes.
Debido a su diseño tecnológico avanzado, el dispositivo ha sido descrito como una computadora antigua. Al descifrar algunas palabras de los fragmentos corroídos de engranajes y placas de bronce, los expertos pudieron adivinar que el Mecanismo de Anticitera era un instrumento astronómico. Sin embargo, muchas de sus inscripciones permanecieron ocultas.
Piezas del Mecanismo de Anticitera inscritas con texto antiguo
El Mecanismo de Anticitera se ha fragmentado en 82 piezas, algunas de las cuales llevan inscritos un texto antiguo y descolorido. Estas inscripciones eran casi imposibles de leer, hasta ahora.
Después de 12 años de estudio intensivo y de utilizar equipos de escaneo informático de última generación, los científicos han podido descifrar algunas de sus inscripciones.
Alrededor de 3.500 caracteres, algunos de los cuales solo tienen 1.2 mm de altura, dieron al usuario la capacidad de ver los tiempos exactos de los eclipses de la Luna y el Sol y el movimiento de los cuerpos celestes; algo así como la guía de un filósofo de la galaxia.
El equipo internacional de científicos descifró solo una cuarta parte del texto original, la mayoría de los cuales provenían de las entrañas de los restos de 2,100 años de antigüedad.
El miembro del equipo Mike Edmunds, profesor emérito de astrofísica, dijo en una conferencia de prensa:
«No te está diciendo cómo usarlo, dice ‘lo que ves es tal y tal’, en lugar de ‘gira esta perilla y te muestra algo’ «.
Por su parte, Alexander Jones, profesor de historia de la ciencia antigua en la Universidad de Nueva York, que también forma parte del equipo, dijo:
«Ahora tenemos textos que realmente se pueden leer como griego antiguo, lo que teníamos antes era como algo en la radio con mucha estática.
Es un montón de detalles para nosotros porque viene de un período del que sabemos muy poco sobre la astronomía griega y esencialmente nada sobre la tecnología, excepto lo que recopilamos de aquí, por lo que estos textos muy pequeños son algo muy grande para nosotros»
El Mecanismo de Anticitera fue diseñado como un calendario de relojería
El Mecanismo de Anticitera fue originalmente encerrado en un gabinete de madera con docenas de engranajes de latón entrelazados. El lenguaje descifrado confirma bastante bien lo que los arqueólogos ya habían sospechado: que el Mecanismo de Anticitera fue diseñado como un calendario de relojería que mostraba las fases de la Luna, la posición del Sol y los planetas, e incluso el tiempo de los eclipses predichos.
Jones agregó:
«No era una herramienta de investigación, algo que un astrónomo usaría para hacer cálculos, o incluso un astrólogo para hacer pronósticos, sino algo que usarías para enseñar sobre el cosmos y nuestro lugar en el cosmos.
Es como un libro de texto de astronomía tal como se entendía entonces, que conectaba los movimientos del cielo y los planetas con la vida de los antiguos griegos y su entorno. Lo vería más como algo que podría ser el dispositivo de instrucción de un filósofo».
El Mecanismo de Anticitera tiene una manivela en el lateral, y al girarla, hacía girar los indicadores de la parte delantera y trasera. El usuario podía fijar una fecha, y entonces la máquina revelaba los fenómenos astronómicos que se producían.
El médico Yiannis Bitsakis, quien también habló en la presentación, explicó que el sitio web de la NASA ahora detalla todos los eclipses del pasado y los que ocurrirán en el futuro, diciendo:
«Lo que hacemos con las computadoras hoy en día, se hizo con el Mecanismo de Anticitera hace unos 2,000 años».
Con la decodificación de las inscripciones, surgieron más preguntas, como el color de un próximo eclipse.
Edmunds explicó:
«Para ser honestos no estamos muy seguros de como interpretar esto, pero podría remontarse a las sugerencias de que el color de un eclipse era algún tipo de presagio o señal. Ciertos colores puden ser mejores para lo que viene que otros colores.
Si esto es así, y lo estamos interpretado correctamente, esta es la primera instancia que tenemos en el mecanismo de cualquier mención real de la astrología en lugar de la astronomía.»
Sin embargo, se entiende que el objetivo primordial del Mecanismo de Anticitera era astronómico y no astrológico.
Alexander Jones, profesor de historia en el Instituto para el Estudio del Mundo Antiguo en Nueva York, cree lo siguiente :
«Los textos estaban destinados a ayudar al espectador a comprender cuál era el significado de todos los diferentes puntos y cuadrantes, qué les enseñaría sobre el cosmos en el que vivían … y sobre cómo, a través de ciclos de tiempo, esto se relacionó con sus vidas».
Xenofonte Moussas, profesor de física espacial, dijo:
«Lo más importante es que vemos leyes de la física que se aplican dentro del mecanismo, y la prueba está en las inscripciones y los números 76, 19, 223 que también muestran el nombre del fabricante, que nos dice claramente ‘Soy pitagórico'».
Edmunds explicó cómo comenzó todo, diciendo:
«La investigación original tenía la intención de ver cómo funciona el mecanismo, y eso fue muy exitoso.
Lo que no nos habíamos dado cuenta era que las técnicas modernas que se estaban utilizando nos permitirían leer los textos mucho mejor tanto en el exterior del mecanismo como en el interior de lo que se hacía antes».
Después del minucioso proceso de lectura de cada una de las pequeñas letras, el equipo concluyó que el estilo del texto (tanto formal como detallado) implicaba que estaba diseñado para ser algo más que un rico juguete de coleccionista, con Edmunds diciendo:
«Lo saca, para mí, del ámbito de los juguetes ejecutivos; un ejecutivo no pagaría todo ese dinero para tener todo este barquillo, es más serio que un juguete».
Los investigadores creen que el dispositivo probablemente se fabricó en la isla de Rodas; Sorprendentemente, también creen que no es único. Es único en el sentido de que es el único que ha sido descubierto.
Debido a ligeras variaciones en las inscripciones, el equipo apunta a que al menos dos personas están involucradas, y pueden haber existido más personas haciendo sus engranajes.
Edmunds dijo:
«Tienes la idea de que esto tal vez vino de un pequeño taller en lugar de un individuo».
Hay más de una docena de piezas de literatura clásica que se refieren a dispositivos como el Mecanismo de Anticitera durante un período comprendido entre el 300 a.C el año 500 d.C. La calculadora podía sumar, multiplicar, dividir y restar.
También fue capaz de alinear el número de los meses lunares con los años y mostrar dónde estaban el Sol y la Luna en el zodíaco. Contenía ciertas imperfecciones, pero produjo una instantánea clara del conocimiento astronómico en ese momento, dijo Jones, y agregó:
«Si miraras en el cielo, aún verías el cuerpo que el mecanismo estaba mostrando aproximadamente, en el lugar del mecanismo, pero no sería muy exacto».
Todavía no está claro por qué se perdió la tecnología, ya que la misma complejidad mecánica no tuvo rival durante al menos otros 1,000 años, con la aparición de los relojes medievales en las catedrales europeas.
Todos los científicos estuvieron de acuerdo en que el naufragio de Anticitera sigue siendo el naufragio más importante que se ha descubierto en la historia de la humanidad. Ahora, esperan que al volver a visitar el naufragio, haya más piezas descubiertas que pueden haber sido pasadas por alto, o posiblemente incluso otro Mecanismo de Anticitera similar.
