Durante el Período de los Estados en Guerra, en un lugar llamado Qi vivió una vez una mujer extraordinaria llamada Wu Yan. Seguía soltera a los 40 años porque era muy fea. Como si su cuello grueso, su nariz respingona, sus ojos hundidos, su frente maciza y su cabello escaso no fueran lo suficientemente malos, tenía dedos gruesos y huesos grandes, con joroba e incluso su piel era oscura, algo que no se veía con buenos ojos en Asia.
Un día, Wu Yan se armó de valor para viajar a la capital, Linzi -hoy Zibo en la provincia de Shandong- y entrar en el palacio imperial. Ella planeaba ofrecerse al Emperador, esperando que él la tomase como su esposa. Viendo al guardia, dijo: «Vengo de Qi y estoy soltera. He oído que el Emperador es sabio y humilde e incluso barre el suelo de la corte interior. Puedo trabajar como barrendera y espero tener permiso para entrar.»
”La palabra fue pasada al emperador Qi Xuan (319-301 a.C.) sobre la presencia de Wu Yan. Sus ministros se rieron, diciendo: «Esa mujer es fuerte y extraña. Es obvio que aquellos que ofrecen barrer la corte interior tienen motivos ocultos. Esta es una retórica diplomática que se desprecia a sí misma».

Por curiosidad, el Emperador Xuan concedió la entrada a Wu Yan y preguntó: «Si quieres casarte conmigo porque no puedes casarte en tu pueblo, me gustaría preguntarte ¿cuáles son tus fortalezas especiales?»
«No tengo ninguna; simplemente admiro la justicia de Su Majestad y deseo serviros», contestó ella. «Aún así, debes tener algunas fortalezas» dijo el Emperador. Wu Yan pensó por un momento y dijo: «Soy buena en el arte de la invisibilidad.» «Invisibilidad es lo que me interesa, muéstrame», respondió.
El sorprendido Emperador Xuan se encontró hablando consigo mismo, ya que Wu Yan había desaparecido ante sus ojos, incluso antes de que hubiese acabado su sentencia.
Al día siguiente, el Emperador llamó a Wu Yan para preguntarle sobre su arte de la invisibilidad. Pero tenía algo más urgente de lo que hablar. Levantó los ojos, apretó los dientes y se frotó las rodillas nerviosamente. Ella dijo: «Hay cuatro peligros que amenazan la seguridad de Qi.
El primero es un enemigo fuerte que puede atacar desde el frente. Su Majestad no ha construido suficiente fuerza y autoridad, incluso a los 40 años. El segundo es el gasto conspicuo de dinero – a expensas de la gente – en palacios lujosos. La tercera es que los sabios que aconsejaban a Su Majestad han sido reemplazados por aduladores y embaucadores. Y finalmente, el comportamiento licencioso de Su Majestad – beber y ser mujeriego – con tales hábitos, uno no puede enfocarse en asuntos de estado.

El emperador Xuan quedó impresionado por el análisis de Wu Yan. «Esta no es una mujer cualquiera; obviamente fue enviada por los cielos para ayudarme a gobernar», pensó para sí mismo.
El Emperador no solo se casó con Wu Yan, sino que también la nombró Emperatriz. Limpió el patio interior y derribó sus extravagantes palacios. Disolvió a los artistas y a los personajes poco confiables. El Emperador entonces levantó un altar para rezar a los cielos y nombró un heredero aparente. También se volvió más filial que nunca con su madre.
El Emperador Xuan fue capaz de elevar el Estado de Qi a grandes alturas, gracias a la sabiduría de Zhongli Chun. Incluso fue descrito como el estado hegemónico con mil carros.
En la historia china, Qi fue uno de los siete reinos durante el Periodo de los Estados Guerreros. Fue el último estado en ser destruido, durante la reunificación por Qin Shi Huang – el fundador de la dinastía Qin. El verdadero nombre de Wu Yan era Zhongli Chun, del condado de Wuyan. Su biografía está incluida en las Biografías chinas de mujeres eminentes.