Fuente: Believe It Or Not
Segunda parte
Todo el mundo escucho hablar alguna vez de los objetos voladores no identificados, u OVNIs, pero existen también los OSNIs, otra categoría de objetos misteriosos no identificados que se encuentran en el fondo del océano…
Este fenómeno es poco conocido y suele ser encontrados en los vastos océanos, hay pocos testigos sobre ellos, pero sus testimonios son sorprendentes e inimaginables. Los OSNIs, fueron avistados en lo profundo del océano y te contamos sobre ellos.
Buzos japoneses descubren OSNIs
En 1986, un entusiasta del buceo japonés se topó con una enorme formación rocosa rectangular mientras buceaba en aguas frente a la costa de Yonaguni, al sur de las islas Ryuku en Japón. Esta estructura submarina tenía una longitud total de 150 metros, un ancho de 40 metros y una profundidad de 30 metros con signos obvios de cortes hechos por el hombre.
Se puede ver claramente los caminos y una serie de escalones casi perfectamente tallados con bordes rectos. Este sitio submarino inusual se ha convertido en un lugar popular de buceo en la isla de Yonaguni, y se conoce como las «ruinas submarinas de la isla de Yonaguni». Sin embargo, el origen de esta peculiar ruina sigue siendo discutible en la comunidad científica.
Algunos estudiosos creen que esta es una extraordinaria «artesanía» de la naturaleza, formada por la erosión de las rocas del fondo marino durante millones de años y existen también algunos que creen que es hecho por el hombre.
Durante ocho años a partir de 1996, el profesor Kimura Masaaki de la Universidad de Ryuku dirigió un equipo para explorar y realizar investigaciones sobre las ruinas de Yonaguni. Los datos de la investigación dieron a relucir que esta estructura tiene bordes y esquinas planas, y no hay rocas rotas a su alrededor, lo que denota que puede tratarse de un monolito hecho por el hombre.
Otras misteriosas estructuras submarinas
En junio de 2001, a través de imágenes de sonar, el equipo profesional de rescate «Ocean X» descubrió un objeto circular en el fondo marino de alrededor de 60 metros de diámetro y aproximadamente ocho metros de altura cerca del Mar Báltico.
Este objeto no tiene rastros de tallas, y ni se parece a un naufragio ni a una nave espacial, ni es como el coral que se encuentra bajo el mar.
Impulsado por la curiosidad, el equipo de «Ocean X» envió a un buzo, Peter Lindberg, para rastrear el objeto. Lindberg se sumergió en el agua dos veces y trajo pequeñas muestras de la piedra recuperada en el sitio.
Muchos geólogos creyeron inicialmente que el objeto era roca volcánica formada por erupciones volcánicas hace decenas de miles de años. Sin embargo, resultó que las muestras contienen una gran cantidad de ferrotitanio y manganeso. La composición es como el metal.
A través de técnicas de datación, se estableció que el objeto tiene una historia de aproximadamente 140.000 años.
Mientras todos debatían sobre qué es el objeto, el equipo de «Ocean X» hizo nuevos descubrimientos. Encontraron una larga marca de arrastre detrás del objeto. Al final de esta marca de arrastre, había otra marca de arrastre. Aquí encontraron un segundo objeto. Los dos objetos están a unos 200 metros de distancia y son similares en tamaño. Las dos marcas de arrastre se extienden a diferentes ángulos.
El equipo de «Ocean X» hizo una suposición audaz de que esto podría ser los restos de un objeto volador estrellado. Los dos objetos aparentemente eran de un solo cuerpo. Se dividieron en dos fragmentos en el momento del accidente y se deslizaron en diferentes direcciones.
Casualmente, en el Mar Báltico fue donde el submarino de ataque nuclear soviético Tipo 627 se encontró con seis objetos sumergidos no identificados en 1961. (Ver la Primera parte de este artículo para más detalles)
Por su parte, en 2014, los científicos descubrieron una estructura de aspecto extremadamente inusual que se encuentra en el fondo marino a más de 9,6 kilómetros de la costa de Point Dume en Malibú, California. La estructura tiene casi 4,8 kilómetros de ancho y se encuentra a más de 600 metros bajo el agua. Tiene una enorme parte superior ovalada plana con una superficie de unos 8.300 metros cuadrados.
Sostenido por pilares debajo del techo plano, parece una entrada a un lugar interior. Lo más increíble es que la estructura emite continuamente fuertes ondas eléctricas al mundo exterior.
Los descubrimientos de estas misteriosas estructuras de aguas profundas parecen decirnos que todavía hay demasiados misterios sin resolver en el fondo del mar.
La misteriosa desaparición de submarinos
El 28 de febrero de 1968, un submarino soviético de misiles balísticos con nombre en código K-129 salió del puerto para realizar misiones de patrulla en aguas hawaianas. Según el plan original, el submarino debía ingresar al área marítima programada el 22 de marzo y regresar a la base el 5 de mayo. Pero ocho días después de la salida del puerto, el K-129 perdió contacto con el puesto de mando central de la Armada Soviética.
El ejército soviético se dio cuenta de que el K-129 podría haber sufrido algún tipo de accidente, e inmediatamente lanzó una operación de búsqueda y rescate a gran escala.
Esta operación urgente tuvo lugar no solo porque el K-129 tenía un valor de alto costo y llevaba información militar importante, sino también porque el submarino estaba equipado con dos torpedos nucleares y tres misiles nucleares, con un equivalente de energía total de más de 1 millón de toneladas.
Si el submarino explotara, todo el Océano Pacífico podría haber sido devastado.
En ese momento, la Unión Soviética envió 36 buques y 286 aviones, buscando todo el camino a lo largo de la ruta del K-129, pero no tuvieron éxito. Además, la profundidad del agua era de más de 5.000 metros con condiciones de mar agitado que dificultaron aún más los esfuerzos de búsqueda y rescate.
Finalmente, luego de dos meses, la Armada Soviética anunció su decisión de abandonar la operación.
El K-129 desapareció misteriosamente en el vasto Océano Pacífico. Seis años después de que la Unión Soviética terminara su operación de búsqueda, la CIA creó el «Proyecto Azorian» a un enorme costo monetario. El propósito era recuperar el K-129 hundido en el fondo del Océano Pacífico. Este asunto tuvo que llevarse a cabo en silencio, sin el conocimiento de la Unión Soviética.
De hecho, los estadounidenses estaban realmente interesados en los torpedos y misiles nucleares a bordo del submarino, así como en los libros de códigos, cifrados y equipos de comunicación de radio encriptados del ejército soviético.
Si estos pudieran ser recuperados, se descubrirían los secretos militares más importantes de la Unión Soviética, y sin duda daría más ventajas a los Estados Unidos en la confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Poco después de una serie de cálculos complejos, la CIA encontró el submarino K-129 desaparecido en el fondo marino a 750 millas náuticas al noroeste de las islas hawaianas. Al mismo tiempo, para no despertar las sospechas de los soviéticos, la CIA utilizó una compañía comercial como encubrimiento para construir el barco de salvamento gigante Glomar Explorer que tardó dos años en completarse.
Utilizaba la tecnología más avanzada e incluía una garra mecánica adjunta para garantizar que el submarino nuclear de 2.800 toneladas podría ser arrancado y levantado del fondo marino de una sola vez.
Por su parte, el ejército soviético llevó a cabo vigilancias sobre el «Proyecto Azorian» de la CIA, pero pensaron que los estadounidenses estaban extrayendo nódulos de manganeso.
A las 2:48 a.m. del 1 de agosto de 1974, el K-129, que había estado bajo el agua durante más de seis años, fue levantado lentamente del fondo marino utilizando la garra mecánica del barco de salvamento.
En este mismo momento, ocurrió un accidente. Una falla mecánica en la garra lo hizo incapaz de soportar el peso del submarino y causó que se rompiera en dos partes. Este accidente casi detona una bomba nuclear.
La porción del submarino recuperada por los Estados Unidos era de poco valor. Inicialmente, la CIA se estaba preparando para lanzar un segundo salvamento, pero la compañía comercial responsable de la operación de salvamento fue allanada y la información del «Proyecto Azorian» fue robada.
Aunque el ladrón fue capturado más tarde por la policía, las noticias del «Proyecto Azorian» se extendieron como un incendio forestal. Después de que la Unión Soviética se enteró de este plan, ¿cómo podría quedarse de brazos cruzados? Por lo tanto, Estados Unidos abortó la segunda operación de salvamento.
Lo que realmente le sucedió a K-129 ha permanecido como un misterio sin resolver. Las dos teorías más ampliamente difundidas fueron que el submarino funcionó mal o que en realidad fue golpeado y hundido por un submarino estadounidense.
Sin embargo, algunas personas piensan lo contrario. K-129 podría haber sido «llevado» por fuerzas misteriosas en las profundidades del mar. Además, durante la Guerra Fría, no fue solo el K-129 quién deapareció, sino que además hubieron otros submarinos que desaparecieron misteriosamente en las profundidades del mar:
- En 1968, el USS Scorpion, que transportaba dos torpedos nucleares, desapareció cerca de las Azores en el Océano Atlántico Norte con 99 hombres de la Armada de los Estados Unidos a bordo.
- En el mismo año, el submarino francés Minerve, desapareció con 52 tripulantes a bordo,
- El submarino Dakar de la Armada israelí con 69 tripulantes a bordo también desapareció misteriosamente.
Cabe aclarar que el Minerve tardó casi 50 años en ser encontrado, a pesar de que solo desapareció a una hora de llegar a su puerto base.
Durante este período tenso, los submarinos nucleares soviéticos y estadounidenses navegaban en el mar, y los aviones de combate con armas nucleares volaban sobre sus cabezas.
Según las estadísticas, durante la Guerra Fría, la Unión Soviética y los Estados Unidos perdieron un total de 42 bombas nucleares que nunca se han recuperado. En total, su energía explosiva total equivale a 30 millones de toneladas, que podrían detonar en cualquier momento.
Tal vez fuerzas de una civilización desconocida en las profundidades marinas están usando su poder para controlar estas bombas nucleares para proteger este planeta.
Fenómenos misteriosos como los OSNIs y las desapariciones inexplicables de submarinos en nuestros océanos han desconcertado a los científicos y la inteligencia militar durante años.
Cuando el director de cine y buzo profesional James Cameron se sumergió profundamente en la Fosa de las Marianas, vio una escena que lo sorprendió. En las oscuras profundidades del océano, no hay luz solar, no hay fuente de energía y no hay muchos rastros de criaturas, sin embargo, puedes ver residuos plásticos desechados por los humanos.
Cuando sentimos que puede haber alguna civilización desconocida que amenace la supervivencia de los seres humanos en las profundidades del mar, tal vez para ellos, nosotros somos la fuente de peligro y miedo.
Tal vez algún día, estas civilizaciones desconocidas en las profundidades del mar detonen las bombas nucleares ocultas en el fondo marino como se describe en la película «El abismo», lanzando un acto de venganza contra la humanidad.
En ese momento, ¿seremos tan afortunados como lo fuimos en la película?.
De todos modos, aunque todavía existen misterios sin resolver, hay algo que queda claro: no somos la única especie habitada en este planeta.
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