Por Raven Montmorency
Desde que estalló la pandemia inducida por el coronavirus, los expertos en salud se han centrado en el sistema inmunitario humano y en las formas de reforzar su eficacia. De hecho, la mayoría de las vacunas contra el Covid-19 están pensadas para potenciar la protección que ofrece el sistema inmunitario.
Sin embargo, el sistema inmunitario humano es bastante complicado. Se dice que es la parte más compleja del cuerpo humano, a excepción del cerebro. El sistema inmunitario está compuesto por una red muy compleja de moléculas y células. Esta red es la que le protege de las miríadas de virus y microbios.
La gente utiliza la palabra «inmunidad» de forma bastante casual sin ser plenamente consciente de su significado fundamental. Los inmunólogos utilizan la palabra para significar que el cuerpo ha generado una respuesta inmunitaria a las actividades de un determinado patógeno.
Esto suele ocurrir mediante la generación de anticuerpos y la activación de células defensivas. La mayoría de la gente piensa entonces que está a salvo de ser infectada.
Un ejemplo es la tormenta de citoquinas inducida por el coronavirus en el cuerpo humano. Es una forma agravada de respuesta inmunitaria y, en algunos casos, puede llevar a la muerte.
La respuesta del sistema inmunitario a cualquier virus, incluido el coronavirus, no es igual en todos los individuos. Algunas personas caen gravemente enfermas tras infectarse, mientras que hay otras que no sienten nada.
Puede ser un poco difícil de entender para una persona que no tenga formación clínica.
El sistema inmunitario entra en acción cuando un agente patógeno como un coronavirus entra en el organismo. Sus actividades pueden dividirse en tres fases.
- La primera fase consiste en lanzar un contraataque al intruso. En cuanto el virus entra en las vías respiratorias, se generan unas proteínas llamadas citoquinas. Los glóbulos blancos son convocados para devorar los virus invasores y se desatan sustancias químicas en su interior.
Estos actos agresivos provocan inflamación, hinchazón y dolor. Esto indica que el sistema inmunitario innato está funcionando.
- La segunda fase es más intensa. En ella, las células mensajeras llevan el virus a los ganglios linfáticos, donde las células T se ponen a trabajar. Estos glóbulos blancos especializados están destinados a combatir patógenos específicos.
Algunas células T matan las células respiratorias infectadas y otras actúan como reforzadoras.
- En la tercera fase de la respuesta inmunitaria, el organismo memoriza los nuevos agentes patógenos. Cuando los mismos patógenos vuelven a atacar, las células de memoria responden.
El sistema inmunitario es muy complejo
Ahora que están apareciendo nuevas cepas de coronavirus en varias partes del mundo, la gente está preocupada por si los anticuerpos existentes serán capaces de combatir estas variantes.
Esto variará de una persona a otra, ya que el sistema inmunitario es muy complejo. También hay muchos otros factores implicados. La edad, las enfermedades preexistentes, el nivel de vacunación recibido… hay que tenerlo todo en cuenta.
El virus está mutando incesantemente y esto hace más difícil el trabajo del sistema inmunitario. El sistema inmunitario adaptativo puede a veces no reconocer el patrón de funcionamiento sigiloso de las nuevas cepas y eso puede retrasar las medidas correctoras.
Esto puede dar al virus la oportunidad de acceder a los pulmones y otros órganos del cuerpo. Esto explica por qué muchos pacientes infectados con Covid-19 se enfrentan a daños multiorgánicos.
El mecanismo de funcionamiento inherente al sistema inmunitario humano también es responsable de los problemas de salud a largo plazo de los pacientes con COVID-19. Las respuestas inmunitarias son bastante violentas por naturaleza.
En el proceso, las células quedan destrozadas y se liberan sustancias químicas. Aunque el sistema inmunitario está diseñado para contener el caos, las cosas se tuercen cuando una infección se desborda. El sistema inmunitario causa daños colaterales al intentar eliminar el patógeno del cuerpo.
Muchas personas en las UTI mueren después de hacer frente a los estragos causados por las células inmunitarias hiperactivas, incluso después de haber eliminado el virus.
Los investigadores están perplejos por las variaciones que encuentran al explorar los tipos de reacciones que tienen las personas al coronavirus. La percepción general es que las personas que se infectaron una o dos veces con el virus siguen siendo inmunes a las nuevas cepas.
Sin embargo, un sector de la población tiene una inmunidad preexistente contra las nuevas cepas. Es extraño que algunas personas que nunca se expusieron al coronavirus tengan suficientes células T para identificar el virus.
La complejidad del sistema inmunitario dificulta que los científicos lleguen a conclusiones definitivas sobre la eficacia de las vacunas y la posibilidad de contraer reinfecciones.