Gobierno chino enfurecido por la «puesta en escena», de la epidemia de Sida en China

Por Max Lu

 

n eseptiembre de 2019, fue llevada a un escenario de Londres, Inglaterra, la verdadera historia de un «accidente con material sanguíneo», originado en una población con Sida en Henan, China, hace 24 años.

La obra se basó en las experiencias del antiguo médico chino Wang Shuping, quien puso en evidencia a los funcionarios que encubrieron la epidemia en el pueblo de Welou y sus represalias contra ella como denunciante.

El Partido Comunista Chino (PCCh) se disgustó por la obra e instó a Wang a suspender la representación, pero éste se negó. En la víspera del estreno de la obra, los funcionarios chinos acosaron a la familia y los amigos de Wang en China, intentando detener la actuación.

La obra, titulada «El palacio del rey del Infierno», se representó en el teatro Hampstead de Londres. En el escenario, los personajes tumbados en las sillas comentaban el lema:

«Donar sangre es glorioso, curar a los heridos y rescatar a los moribundos»,mientras sonaba una música triste.

Lo alarmante de esta historia, es que esta escena no era sólo una obra de teatro, sino una historia de la vida real que provocó una siniestra donación de sangre en la provincia de Henan, China, hace 24 años.

¿Cuál fue el desastre de transfuciones de sangre en Henan?

Durante el apogeo de la epidemia, desde finales de los 80 hasta principios de los 90, el PCCh prohibió la importación de productos sanguíneos para prevenir la enfermedad.

Con el objetivo de satisfacer la demanda de sangre de China, el gobierno chino puso en marcha un nuevo modelo de recolección de sangre. Pero en aquel momento, la industria china de productos sanguíneos estaba en una fase incipiente y carecía de protocolos adecuados para la recolección y el procesamiento de la sangre.

Por esta razón, tanto el gobierno como los centros de recolección de sangre privados mezclaban toda la sangre. Tras separar el plasma y los glóbulos rojos, éstos se transfundían a los «donantes» para acelerar su recuperación y que pudieran volver a «donar» sangre.

La guionista Frances Ya-Chu Cowhig, muy influenciada por su familia

El padre de Frances Ya-Chu Cowhig era un diplomático estadounidense retirado. Gracias a su trabajo, conoció a Wang Shuping, quien sacó a la luz el encubrimiento de las autoridades locales y la causa de la propagación del sida.

Cowhig quería compartir su experiencia de crecimiento en China y la historia de Wang Shuping.

Cowhing dijo a Radio Free Asia que sus antecedentes familiares influyeron mucho en su trabajo.

«Además de ser hija de un diplomático, también soy una hija mixta. Mi padre es un bostoniano de ascendencia irlandesa católica; mi madre era de la zona rural de Taiwán.

Por ello, siempre me ha interesado explorar el mundo, sobre todo el modo en que los distintos sistemas sociales afectan a las interacciones de las personas».

El modelo de «donación» de sangre de la aldea de Wenlou suena aterrador hoy en día, pero era la economía de plasma más solicitada en 1995.

El negocio de vender sangre por 50 yuanes (unos 7 dólares) era un atajo para que los campesinos pobres ganaran dinero rápido. Pero no esperaban que pudieran infectarse de sida e incluso perder la vida.

Cuando las víctimas y sus familias intentaron pedir justicia al gobierno, las autoridades los encarcelaron para silenciarlos.

Para Cowhig, la creación artística debe reflejar la realidad de la sociedad, sea esta buena o mala. Ha adaptado Injustice, de Dou E ( La injusticia de Dou E ), a Snow in Midsummer ( Una nevada en pleno verano ), y ha creado The World of Extreme Happiness (El mundo de la felicidad extrema ) centrada en la vida de los trabajadores inmigrantes chinos.

Dijo que «El rey del palacio del infierno» era la tercera parte de una trilogía china que planeaba completar en 10 años. Y se trata de una obra que concierne profundamente a la humanidad.

Cowhig también dijo

 «Un tema mayor es centrarse en la cuestión del capitalismo global y el trabajo transnacional.

Esta obra es también una continuación de este tema porque trata de cómo el gobierno y las empresas chinas explotan la sangre de las personas, especialmente la del pueblo chino pobre, para obtener beneficios.»

Para Beijing, airear los trapos sucios del gobierno chino en el escenario es vergonzoso, mientras que para Wang Shuping, la experiencia de intimidación y coacción por parte de las autoridades sucedió nuevamente.

La Seguridad Nacional china acosa a la familia de Wang Shuping

Wang Shuping hizo una declaración a Radio Free Asia el 22 de agosto, antes del espectáculo.

Dijo que el Ministerio de Seguridad del Estado de China convocó a su familia y amigos en China e incluso intentó contactar con la hija de Wang en Estados Unidos. Los funcionarios chinos exigieron a la familia de Wang que detuviera la obra porque podría avergonzar y dañar la reputación del gobierno chino y de ciertos funcionarios.

Wang Shuping dijo que la intimidación no la haría callar.

A pesar de ser ciudadana estadounidense, ella sigue creyendo en su responsabilidad de proteger al vulnerable y desvalido pueblo chino. Espera poder ayudar con esta obra a los médicos que siguen luchando en China para evitar la opresión oficial.

El activista chino de derechos humanos Wan Yanhai, que también se preocupó en su día por el desastre provocado por el hombre durante la epidemia de sida en Henan, se ha retirado a Estados Unidos.

Declaró a Radio Free Asia que mantener un registro de los hechos de cualquier forma fue una inspiración para él.

Según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para el Sida (ONUSIDA), en 2018 había 860.000 personas infectadas en China, de las cuales 720.000 habían recibido terapia antirretroviral.

Los funcionarios chinos han insistido constantemente en que la prevención y el tratamiento del sida se han controlado.

Algunos medios de comunicación nacionales también cubrieron el desastre de la sangre en Henan, pero el gobierno nunca responsabilizó a los funcionarios de esto.

La representación de 2,5 horas de duración de «El rey del palacio del infierno» espera dejar un registro histórico.

Peng Liyuan, la esposa del líder chino Xi Jinping, es la más famosa embajadora de buena voluntad de China para la prevención y el tratamiento del sida, que en su día habló por los bebés con sida.

Así que dejemos que la gente cuente su historia para evitar que se repita el mismo error.

¿Por qué debe temer China que esta historia ocurrida en su país aparezca en escena?

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