La violencia doméstica arruina la vida de los niños… yo lo sé

Los abusos físicos y mentales hacia los niños pequeños pueden arruinar toda su vida. (Imagen: Eakachai Leesin vía Dreamstime)

 

Por Wilma Oakes

Los abusos físicos y mentales hacia los niños pequeños pueden arruinar toda su vida, a menudo de forma irreparable. Lo sé, ya que crecí en un hogar con violencia doméstica.

No empezó realmente hasta que yo cumplí los 8 años. Antes de eso, las cosas iban bastante bien. Luego, fué como si se encendiera un interruptor y toda mi vida cambió.

Gritos constantes a mis hermanas y a mí, maltrato físico si no limpiábamos o si mi madre estaba de mal humor, pero lo peor de todo era el maltrato mental. Comentarios con gritos continuos diciendo:

«Han arruinado mi vida» y «No son más que unas inútiles»

… mientras toda la casa estaba destrozada.

Vivíamos con un miedo constante. Aunque no hubiésemos hecho nada malo, nunca sabíamos qué podía hacerla estallar.

¿Qué hizo mi padre? Nada, lo cual era muy decepcionante.

La situación llegó a ser tan grave que nos sentíamos más seguros caminando por las calles hasta las 3 de la mañana y volviendo a casa cuando mi madre se había calmado.

Como éramos niños, no se nos ocurría decírselo a nadie; no era algo que se enseñara en la escuela en aquella época -que un comportamiento como la violencia doméstica, estaba mal-.

No éramos niños malos ; éramos bastante inteligentes, siempre sacábamos buenas calificaciones y destacábamos en los deportes.

Cuando llegué a la adolescencia, dejaron de importarme las buenas calificaciones o el deporte.

A los 13 años empecé a beber alcohol todos los fines de semana, y también a fumar marihuana, porque ya no me importaban muchas cosas.

DE VEZ EN CUANDO DEJABA DE HACERLO, PERO SIEMPRE VOLVÍA A CAER EN LOS MALOS HÁBITOS.

Me echaron de casa a los 14 años. Hice todo lo posible para que me fuera bien en la escuela, pero nunca terminé el Bachillerato.

La violencia doméstica me llevó a consumir drogas duras

A los 18 años, la violencia doméstica me había pasado factura y consumía drogas duras: éxtasis, speed y ácido.

Drugs can be used as a way to forget an abusive past, such as domestic violence.
Las drogas pueden utilizarse como una forma de olvidar un pasado abusivo. (Imagen: Monticelllo vía Dreamstime)

Era muy inestable con mis emociones. Me asustaba enfrentarme a los conflictos y complacía a la gente para evitarlos. Tenía que gustarle a todo el mundo para que pensaran que yo era una gran persona, pero por dentro era muy débil, sin autoestima.

Si alguna vez se presentaba una situación que tuviera que resolver, entraba casi en un ataque de pánico y no era capaz de hablar. Estaba fuera de control y realmente me odiaba a mí misma.

El Departamento de Servicios Humanos afirma:

«Todas las formas de maltrato pueden provocar problemas emocionales en el niño, en particular, falta de autoestima y desconfianza en los adultos.

Cuanto más dure el maltrato, más graves serán sus efectos. Los niños maltratados y desatendidos son más propensos que otros niños a ser autodestructivos o agresivos, a abusar de las drogas y/o el alcohol, o a convertirse en delincuentes juveniles o «niños de la calle».

En algunas situaciones, el abuso y la negligencia pueden provocar daños físicos permanentes».

Así que esa era mi vida -a veces buena, otras veces horrible-, pero no me importaba nada, mucho menos yo misma.

 

A continuación te presentamos un video, «Fragmentos»: existen muchas situaciones que pueden «sanarse» y momentos futuros que pueden evitarse, si aprendemos a tomar conciencia de ellos…

Una práctica de meditación me salvó

Afortunadamente  para mí, a los 22 años empecé una práctica de meditación, lo que me salvó la vida.

Dejé de beber, fumar y consumir drogas duras, y empecé a pensar mejor de mí misma y a tener más autoestima, algo que nunca tuve cuando sufría violencia doméstica. Llegué a comprender mejor mis emociones y pude seguir adelante con mi vida de forma positiva.

Un estudio realizado por la Universidad de California, en Berkeley, descubrió:

» La atención consciente puede actuar como un «antídoto» para las personas que se sienten inseguras en sus relaciones como consecuencia de los abusos sufridos en la infancia, porque les permite tomar conciencia de los pensamientos y las emociones, sin juzgarlos ni reaccionar de forma exagerada».

Young woman meditating in the park.
Mujer joven meditando en el parque. La meditación y la atención plena pueden ayudar a superar una infancia abusiva. (Imagen: Dmitry Sunagatov vía Dreamstime)

Mis hermanas no fueron tan afortunadas como yo, y ambas tienen enfermedades mentales que probablemente les afectarán el resto de sus vidas. Por lo general, están bien, pero ambas en ocasiones tienen recaidas.

La revista Time informó:

«En el mayor estudio realizado hasta la fecha con escáneres cerebrales para mostrar los efectos del maltrato infantil, los investigadores han descubierto cambios específicos en regiones clave dentro y alrededor del hipocampo en los cerebros de jóvenes adultos que fueron maltratados o abandonados en la infancia.

Estos cambios pueden dejar a las víctimas más vulnerables a la depresión, la adicción y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).»

He llegado a comprender muy bien por qué mi madre era como era, ya que tuvo una vida muy traumática y nunca recibió la ayuda adecuada para superarla.

El sitio web safehorizon informa que :

«Los investigadores calculan que un tercio de los niños maltratados y desatendidos llegarán a maltratar a sus propios hijos cuando se conviertan en padres».

Soy muy optimista sobre mi futuro, ya que lo he superado y ya no me afecta.

Antes me preguntaba cómo habría sido si hubiera crecido en una buena familia, pero ya no tengo que preguntármelo. Ahora puedo cambiar mi presente y futuro y veré de primera mano cuando mis hijos crezcan, cómo es crecer y vivir en un ambiente sano.

 

Wilma Oakes
Cuando Wilma no está comiendo deliciosos platillos, se dedica a buscar en Internet y a soñar  qué deliciosas comidas puede preparar a continuación.
Uno de sus sueños sería comer en Italia y Japón, y, por supuesto, disfrutar de los paisajes.
Otra de sus pasiones es la salud natural. Cuando era joven, su madre estuvo enferma durante años. Cuando los médicos por fin descubrieron el problema, la medicaron, pero no mejoró. Sus padres recurrieron a la salud natural y cambiaron su salud y su vida.
Wilma desde los 12 años investiga sobre salud natural; actualmente estudia medicina nutricional.
Lo más importante en su vida son sus dos hermosos hijos y su marido.
Han sido bendecidos con una niña y un niño y viven el estilo de vida tropical
en el soleado Queensland. En su opinión, el mejor estado de Australia.

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