Por Max Lu
Los casos de entidades chinas que han creado numerosas cuentas falsas en Twitter y Facebook, son cada vez mayores, en ellas se difunde la retórica a favor del Partido Comunista Chino (PCCh).
Actualmente, parece que Beijín está probando otros medios para difundir propaganda a favor del PCCh en todo el mundo. Utiliza un puñado de influencers populares de YouTube que tienen un número considerable de seguidores.
Se han analizado los clips de YouTube de Lee y Oli Barrett, y es evidente que se trata de nuevos medios de difusión de propaganda pro-china, aunque de forma indirecta. El dúo de hijo y padre muestra un retrato color de rosa de la vida en China. Sin embargo, también censuran a los críticos del PCCh en sus clips.
Sus vídeos a simple vista tienen un aire casero y desenfadado, pero en estos clips inyectan dosis de opiniones a favor del PCCh y critican a Estados Unidos en algunas ocasiones.
Los organizadores del gobierno y los medios de comunicación chinos posiblemente han manipulado los vídeos, dicen los analistas.
Según las últimas revelaciones, los influencers de YouTube que promueven las ideologías del PCCh y arremeten contra la visión occidental del país reciben varios favores de las autoridades chinas. Como resultado, sus vídeos y clips se han compartido ampliamente en los canales de las redes sociales.
Así también, con esta ayuda del gobierno, tienen millones de suscriptores en sus canales, mucho más rápido, de lo que nadie puede imaginar. Además, los medios de comunicación y las fuentes locales chinas suelen patrocinar sus viajes a las regiones de este país.
Se trata de una nueva táctica desplegada por el PCCh para contrarrestar la percepción que se tiene de China. Las voces extranjeras simpatizantes pueden funcionar mejor con los escépticos, que las noticias difundidas por los medios de comunicación chinos.
Esto también proporciona a China una forma indirecta de utilizar plataformas enormemente populares como Twitter y YouTube, oficialmente prohibidas por el PCCh.
Influencers de YouTube financiados por entidades chinas
Es difícil decir si los influencers de YouTube que difunden opiniones pro-chinas en línea son plenamente conscientes de la verdad o no. Uno de estos influencers de YouTube es Raz Galor, quién compartió un vídeo grabado en Xinjiang para contrarrestar las teorías sobre los trabajos forzados.
Sus vídeos muestran los campos y los entornos naturales. Sin embargo, los documentos internos del gobierno, las visitas de los periodistas y los testimonios de primera mano no aparecen en ninguna parte. Su empresa de vídeo, YChina, está financiada por el Banco de Desarrollo de China.
Algunos influencers de YouTube aceptan haber recibido apoyo financiero de entidades estatales de este país comunista, pero dicen que eso no los convierte en portavoces de ellos.
Por ejemplo, Kirk Apesland, creador de origen canadiense en China, refuta las acusaciones de represión en Xinjiang. Comparte experiencias personales en su canal Gweilo 60 para demostrar que las cosas son cotidianas y que el gobierno no desempeña un papel fascista en China.
Dice en un vídeo:
«China está encerrando a la gente en campos de reeducación. Están tratando de educar a estas personas para que tengan trabajos y habilidades y cosas en el futuro. Es una gran diferencia con Guantánamo, donde te encierran».
Sin embargo, admitió que le pagan las autoridades municipales y provinciales. Un reconocimiento similar proviene de Lee Barrett.
Por lo tanto, los creadores de contenidos digitales obtienen un doble beneficio al crear y compartir contenidos pro-PCCh en línea.
Sus viajes y comodidades son patrocinados por las autoridades chinas, y obtienen un importante tráfico en línea, lo que beneficia sus carreras.
Si se analizan bien los vídeos de los influencers de YouTube, se hace evidente el funcionamiento de la «maquinaria oculta».
El Sr. Galor subió su vídeo sobre las granjas de algodón de Xinjiang justo después de que Nike y H&M expresaran su malestar por las denuncias de trabajos forzados. Ese vídeo fue pronto republicado por la embajada de China con subtítulos en italiano en Facebook.
Pronto, sus clips fueron compartidos en Twitter y Facebook por cuentas con dudosas procedencias. Muchas de estas cuentas carecen de cualquier publicación original. Esto apunta a una operación coordinada de fondo.
Muchos de estos influencers pro-chinos de YouTube no revelan sus vínculos con las autoridades chinas, ni el hecho de que se les paga por hacer esos vídeos.
Li Jingjing comparte sus puntos de vista sobre cómo Occidente trata de frustrar el crecimiento de China, sin mencionar que está involucrada con la Red de Televisión Global de China. El «Viajero de China», que es el canal de Stuart Wiggin, no muestra sus vínculos con el Diario del Pueblo.