Aunque se dice que el sistema solar contiene ocho planetas, los científicos siempre han propuesto que podrían haber algunos ocultos, que aún están por ser descubiertos.
Un nuevo estudio da crédito a la teoría y sugiere que en realidad podría existir un noveno planeta.
Planeta Nueve
De hecho, se dice que Planeta Nueve es 160.000 veces más tenue que Neptuno, lo que hace que sea casi imposible captarlo correctamente en un telescopio. Como tal, la existencia del Planeta Nueve siempre ha sido dudosa.

Sin embargo, un nuevo informe de investigación establece algunas piezas de evidencia observacional que confirman la existencia del Planeta Nueve. Por ejemplo, los seis objetos conocidos en el Cinturón de Kuiper tienen órbitas elípticas que apuntan en la misma dirección.
Estas órbitas están todas inclinadas 30 grados hacia abajo. Varias simulaciones por computadora también mostraron que existen varios objetos en el sistema solar que tienen una inclinación similar.
Los investigadores argumentan que solo la existencia del Planeta Nueve puede explicar las órbitas de alta inclinación, como se ve en la evidencia observacional.
«Si eliminases esta explicación e imaginas que el Planeta Nueve no existe, entonces generarás más problemas de los que resuelves. De repente, tienes cinco acertijos diferentes y debes elaborar cinco teorías diferentes para explicarlos», Fox News cita a Konstantin Batygin, astrofísico planetario de Caltech.
¿Planeta Diez?
Además del noveno planeta, podríamos tener una entidad más al acecho en el sistema solar. Se dice que el «Planeta Diez» está ubicado en el Cinturón de Kuiper.
La conclusión se basa en un estudio de rocas espaciales en el Cinturón de Kuiper que se observó que tenían una órbita deformada.
Esto ha llevado a los investigadores a creer que podría haber un planeta causando la atracción en la región que afecta el movimiento de estos objetos.

«Para nuestros resultados, la explicación más probable es que haya una masa invisible. Según nuestros cálculos, algo tan masivo como Marte sería necesario para causar la deformidad que medimos»,comenta Kat Volk en Space, autor principal del estudio.
Aunque anteriormente se propuso que las rocas espaciales podrían, de hecho, ser afectadas por el Planeta Nueve, la teoría no ha demostrado ser válida ya que el planeta está ubicado demasiado lejos como para tener alguna influencia en el movimiento y en la órbita de estos objetos.
Otra teoría sugiere que la deformación de las órbitas de los objetos podría haber sido el resultado del paso de una estrella. Sin embargo, esto también se ha considerado imposible, ya que tal evento debería haber sucedido en los últimos 10 millones de años, lo que el científico dice es muy poco probable.
Al igual que con el Planeta Nueve, los científicos no han podido captar en sus telescopios la masa elusiva. Como tal, sería muy difícil para los investigadores confirmar realmente en un 100% que estos planetas existen.
Por ahora, la evidencia establecida apunta a la posibilidad de que estos planetas sean reales. Lo único que la comunidad científica necesita ahora, es una tecnología avanzada que les permita identificar la ubicación de estas masas y capturarlas en una imagen histórica.