Cuando la mayoría de la gente escucha hablar de «contaminación alimentaria», piensa en las bacterias presentes en las frutas o verduras sin lavar, o en la carne poco cocida.
Sin embargo, hay otras formas de que los nocivos contaminantes estén presentes en los productos alimenticios.
Angelia Seyfferth, miembro de la Soil Science Society of America, investiga la contaminación alimentaria procedente del suelo donde crecen las plantas. Seyfferth explicó:
«Todo se reduce a la química del suelo».
Seyfferth estudio recientemente el arroz. Los elementos arsénico y cadmio pueden estar presentes en los arrozales donde se cultiva.
Presentó su investigación en la Reunión Anual virtual 2020, de la ASA-CSSA-SSSA en donde Seyfferth declaró:
«La absorción de contaminantes por parte de las plantas de cultivo es una vía de exposición dietética a los contaminantes, que está poco estudiada.
Podemos ayudar a disminuir la exposición humana a las toxinas, aplicando nuestros conocimientos sobre la química del suelo».
Pequeñas cantidades de arsénico y cadmio están presentes en todo el mundo y pueden detectarse en muchos productos alimenticios.
Por lo tanto, lo que determina si una persona experimenta un efecto negativo sobre su salud, es la concentración de estos elementos tóxicos en la verdura o la fruta, la forma química del elemento y la cantidad que se ingiere.

Altas concentraciones de arsénico y cadmio son perjudiciales para el organismo.
El consumo de dosis bajas durante un largo periodo de tiempo, puede incluso causar cáncer. Elementos como el arsénico y el cadmio, pueden adoptar diferentes formas químicas en función de su entorno.
Los contaminantes son absorbidos por las plantas cuando su forma química en el suelo se asemeja a un nutriente que la planta necesita. Seyfferth dijo
«La forma en que se cultivan los alimentos afecta no sólo a la concentración de contaminantes, sino también al lugar en que éstos se almacenan dentro de los alimentos.
Si entendemos las formas químicas de los contaminantes en el suelo, podemos diseñar soluciones para disminuir su absorción por las plantas».
En el arroz, la absorción de arsénico y cadmio se debe a condiciones opuestas. El arsénico puede ser absorbido cuando el campo está inundado.
El cadmio por su parte, se absorbe más fácilmente cuando el campo no está inundado.
Residuo de cáscara de arroz como una solución
Para ayudar a cambiar el entorno del suelo, y evitar que las plantas absorban arsénico y cadmio, se suelen añadir materiales denominados enmiendas.
Al cambiar el entorno del suelo, los investigadores pueden ayudar a controlar las formas químicas y la absorción por parte de las plantas de los contaminantes presentes en el suelo.
En este caso, Seyfferth descubrió que añadir residuos de cáscara de arroz a los suelos de los arrozales puede ayudar a reducir la cantidad de arsénico y cadmio que absorben las plantas.
El residuo de cáscara de arroz es el material vegetal que queda después de procesar el arroz para el consumo humano.

Esta solución es sencilla, pero eficaz. Los residuos de la cáscara de arroz tienen un alto contenido de silicio, que es un nutriente importante para el arroz.
La forma química del silicio es similar a la forma de arsénico que toman las plantas de arroz cuando se inundan los campos. Esta similitud ayuda a «distraer a la planta», lo que impide que absorba tanto arsénico.
En los suelos en los que el cadmio es un problema, los residuos de cáscara de arroz ayudan a que el suelo sea menos ácido.
Esto ayuda a retener el cadmio en el suelo. El silicio de la cáscara también puede ayudar a reducir la toxicidad del cadmio. Seyfferth dice:
«Sin embargo, no todas las fuentes de silicio se comportan de la misma manera. Para que sea eficaz, la fuente de silicio debe proporcionar silicio en una concentración suficientemente alta, durante el tiempo en que la planta de arroz está llenando el grano.
El residuo de la cáscara de arroz es una fuente exitosa porque se descompone lentamente y libera silicio a lo largo de la temporada de crecimiento».
Un alto nivel de arsénico puede reducir el rendimiento del grano, pero el trabajo de Seyfferth demuestra que la adición de residuos de cáscara de arroz, puede ayudar a evitar la pérdida de rendimiento.
La mitad del mundo depende del arroz como alimento básico, por lo que esta investigación tiene un interesante potencial de impacto positivo.
En el pasado, Seyfferth estudió similares problemas de contaminación en los hongos.
Para la mayoría de los adultos estadounidenses, la cantidad de arsénico y cadmio que consumen del arroz y las setas, no es suficiente para preocuparse.
Aún así hay otras poblaciones que consumen estos productos con más frecuencia y desde una edad temprana. Seyfferth explicó:
«Las personas deben estar conscientes de su carga diaria de contaminantes, que depende de su peso corporal, de la concentración y forma química del contaminante en los alimentos y de la cantidad consumida.
La carga diaria es mayor para las personas que consumen arroz varias veces al día y que también pueden tener arsénico en el agua potable. Algunos ejemplos son las poblaciones del sur y el sudeste de Asia».
Proporcionado por: American Society of Agronomy
Troy Oakes
Troy nació y creció en Australia y siempre ha querido saber por qué y cómo funcionan las cosas, lo que le llevó a su amor por la ciencia.
Es fotógrafo profesional y le gusta fotografiar los bellos paisajes de Australia.
También es cazador profesional de tormentas y actualmente vive en Hervey Bay, Australia.