«Eternamente Rector de la Universidad de Tsinghua» – Mei Yiqi

Por Lin Hui
Una decisión difícil para el entonces Rector de la Universidad Tsinghua

«No son los grandes edificios lo que conforma una universidad, son sus expertos y maestros«. Esta célebre frase de las universidades chinas proviene del discurso inaugural de Mei Yiqi como presidente de la Universidad de Tsinghua el 3 de diciembre de 1931.

Es precisamente con esta idea que durante su mandato invitó a un gran número de profesores a Tsinghua y también nutrio a muchas generaciones de maestros. Bajo su liderazgo que duró más de una década, la universidad se convirtió en una de las universidades más prestigiosas de China, catalogada entre las 100 mejores instituciones de educación superior de todo el mundo. Él fue el Rector de la Universidad Tsinghua por 17 años. Después de salir de China continental, estableció la Universidad Nacional Tsinghua en Taiwán, por lo que siempre ha sido conocido como el Rector de Tsinghua.

Nacido en Tianjin en 1889, Mei Yiqi se crió en la cultura tradicional china y más tarde estudió en los Estados Unidos. Obtuvo una maestría en Ingeniería Eléctrica. En Estados Unidos, se convirtió en un devoto cristiano. Después de regresar a casa, se inició como profesor de física en la Universidad de Tsinghua en 1916 y se desempeñó sucesivamente como decano y secretario del Departamento de Educación Superior. En aquellos días, los estudiantes de la Universidad Tsinghua eran bien conocidos por derrocar a sus directivos. Varios rectores antes del  Sr. Mei se vieron obligados a dimitir por las protestas de los estudiantes.

Sin embargo, cuando el señor Mei fue nombrado Rector, los estudiantes estaban convencidos de que era el correcto para Tsinghua, y gritaron consignas como: «Apoyamos al Rector Mei» El Sr. Mei era reservado y apasionado en raras ocasiones. Era bien conocido por ser lento, constante y persistente. Él solía decir: «Dirigir no es mucho hablar, sino mucha práctica». Muchos lo llamaban un caballero reticente.

Como Rector, los requisitos que el Sr. Mei tenía para contratar a los “profesores potenciales” eran muy estrictos. Estableció un sistema exitoso de administración compuesto por un comité de profesores, un comité de evaluación y un comité de la universidad. El comité de evaluación era el máximo órgano legislativo, que trataba la toma de decisiones y deliberación, que constaba de un director, un decano, un secretario general, los directores de todos los colegios y los miembros del consejo que se elijen de entre los profesores. Con este sistema, la universidad se convirtió en una escuela con profesores de carrera.

El Sr. Mei alentó el intercambio entre Oriente y Occidente, especialmente de los profesores al extranjero para dar conferencias y publicar artículos. Introdujo el sistema de año sabático – después de que un profesor ha impartido una cierta cantidad de años, podía irse por un año a estudiar en Europa o América. La escuela pagaba la mitad de su sueldo, más gastos de viaje. Abogó también por una educación para todos, haciendo hincapié en la virtud y la educación física. Él dijo: «Una amplia gama de conocimiento y de servicio son buenos para los seres humanos.  Así, podemos obtener una percepción equilibrada y menos estrecha de la vida. Tenemos que ganar una comprensión de los cambios en las culturas de todo el mundo. De esta manera, podemos enriquecer nuestras vidas y ofrecer servicios más eficaces«.

Universidad Nacional de Tsinghua en Taiwán

La universidad de Tsinghua bajo la dirección del Sr. Mei fue muy exigente – difícil para entrar, difícil obtener créditos y dura para graduarse. Si se obtenia una puntuación de 59.99 en cualquier materia, era reprobado. Nadie podía recuperar un examen,  era absolutamente justo.

El Sr. Mei era muy estricto en el gasto del dinero. Nunca gastó un centavo innecesariamente y nunca lo gastó en sí mismo. Mientras estaba en Tsinghua y supervisaba desde Estados Unidos, trató de ahorrar hasta el último centavo. Se deshizo de su chofer y aprendió a manejar. También pidió a su esposa Han Yonghua ser la cocinera. Después de convertirse en presidente de Tsinghua,  vivió en el mejor barrio del campus, pero abandonó muchos beneficios, pagó por su ayudante en casa, la cuota de teléfono e incluso cedió las dos toneladas de carbón que suministraba la universidad. Una vez dijo: «el dinero de Tsinghua se debe utilizar para la biblioteca, equipos y profesores«.

Uno de los pasatiempos del Sr. Mei era beber, pero sus hábitos de consumo eran admirables. El Maestro arqueólogo Li Chi, recordó: «Yo lo vi borracho, pero  nunca lo vi teniendo un mal comportamiento. Eso es poco común entre la gente contemporánea, sólo el señor Mei Yuehan y Jieming Cai alcanzaron este nivel«.

A los ojos de muchas personas, el Sr. Mei era un «virtuoso» caballero. Un conocido profesor de deportes llamado Ma Yuehan de Tsinghua elogió al Sr. Mei: «Es un verdadero caballero, en ambas culturas china y occidental. Todo su comportamiento exhibe lo mejor de ambas culturas».

El Gran Maestro Chen Yinke también elogió al Sr. Mei: «Si un gobierno pudiera hablar con tanta precisión, solemnidad y tan poco como el Sr. Mei, ese gobierno sería el mejor«.  Más tarde, el historiador de Tsinghua, Huang Yanfu, que tenía fama de quisquilloso,  andaba en búsqueda de comentarios despectivos sobre el señor Mei, pero fracasó.

A finales de 1948, el ejército chino comunista comenzó a hacer paradas en Beijing. El Sr. Mei y muchos intelectuales enfrentaron el interrogante de irse o quedarse. El Sr. Mei finalmente subió al último avión KMT y partió de Beijing. Muchas personas mal interpretaron esto y pensaron que se vio obligado a irse.

Aunque el Sr. Mei era un miembro del Comité Ejecutivo Central del KMT, protegía a muchos estudiantes y profesores, incluyendo a los encubiertos miembros del PCCh durante anteriores protestas estudiantiles . Si se hubiera quedado, habría estado a salvo.

Durante los últimos días, profesores, estudiantes e incluso el PCCh le pidieron que se quedara. ¿Cuál fue el pensamiento del Sr. Mei entonces?

El profesor Wu Zelin de Tsinghua  recordó una reunión que tuvo con el Sr. Mei en la puerta de la escuela. El le dijo: «Me tengo que ir. Tengo que proteger a la fundación Tsinghua. Si no me voy, no tengo forma de proteger el dinero».

¿Qué era lo que le preocupaba?

Obviamente, la decisión del Sr. Mei de irse se produjo después de una seria consideración, no estaba obligado a irse. Sin embargo, uno de sus motivos era evitar al PCCh quien seguia la dictadura de Stalin. Evitar al PCCh fue la actitud de los intelectuales liberales de la época.

Sin duda alguna, creer en Dios y creer que Dios lo sabe todo, hizo que el señor Mei no se llevara bien con el ateo Partido Comunista , por lo que decidió irse.

Mei Yiqi

En diciembre de 1948, el Sr. Mei voló de Beijing con otros intelectuales en un avión especial enviado por el KTM. Después de ir a la reunión en Paris de la Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), pasó los siguientes seis años en la ciudad de Nueva York  como consultor de la Fundación de China sobre el Fondo de Indemnización, que subvencionó a cerca de 4,000 estudiantes y académicos chinos varados en  Estados Unidos, y donó libros y revistas a colegios y universidades en Taiwán.

En 1955, volando de Taiwán a Estados Unidos, el Sr. Mei utilizó el interés por la Fundación de Tsinghua para establecer el Instituto de Investigación Atómica de Tsinghua, que es el antecesor de la Universidad Tsinghua en Hsinchu, Taiwán. Porque sentó las bases para la Universidad Tsinghua de Taiwán, fue nombrado presidente de la Universidad de Tsinghua.

Mei Yiqi murió en el Hospital de la Universidad Nacional de Taiwán el 19 de mayo de 1962. Después de su muerte, su secretario selló una bolsa que Mei siempre llevaba consigo. Dos semanas más tarde, abrió la bolsa, cuando todas las partes estaban presentes. La bolsa contenía una descripción detallada y precisa de la fundación de Tsinghua.

Mientras visualizo el carácter del Sr. Mei, también admiro su visión de las situaciones. Si no hubiera optado por irse ese día, no sólo su vida habría sido tan miserable como la de sus colegas, sino que la fundación de Tsinghua ya no hubiese existido.

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