Los neutrinos viajan a la velocidad de la luz y son estudiados con un pequeño aparato

Por Lilia Santana

Sabemos muy poco de los neutrinos considerando que estas diminutas partículas son subatómicas e interactúan muy poco con la materia de la que estamos hechos. Son reconocidos por los científicos como partículas fantasmas por su masa tan diminuta. Según el Consejo Superior de Investigaciones científicas CSIC , debido a sus particularidades, los neutrinos son estudiados con aparatos grandes y muy sofisticados, no obstante,  las últimas investigaciones lograron observarlas con un aparato del tamaño de una cafetera en un estudio llamado «dispersión elástica coherente neutrino-núcleo».

Desde 1931  en que Wolfgang Pauli  descubrió la existencia de los neutrinos, los esfuerzos de los científicos han descubierto propiedades inesperadas en éstas partículas. En 2016, según Descubriendo la física,  miden una milmillonésima parte de la masa de un átomo de Hidrógeno y son producidas durante la desintegración de elementos radioactivos.

La importancia de los neutrinos destaca en que  pueden arrojar datos sobre  procesos de muy alta energía y permitir conocer el universo desde su formación. Según  Descubriendo la Física, “estas partículas viajan  a la velocidad de la luz y no son afectadas por campos magnéticos, sólo por la fuerza subatómica o fuerza nucleares débiles de  mucho menor alcance que las fuerzas electromagnéticas”.

Actualmente el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) en Suiza, y el CERN, en Gran Sasso en Italia, estudian los componentes básicos de la materia utilizando instrumentos científicos muy grandes y complejos. Esto es porque los neutrinos, que apenas interaccionan con la materia, solo pueden ser observados por detectores enormes. «Algunos pueden llegar a medir 50 metros y pesar más de 50.000 toneladas», ha explicado un científico del  CSIC.

El CERN  descubrió que los neutrinos viajan a una velocidad mayor que la de la luz invalidando la teoría de Einstein

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Sin embargo hablando del tamaño de los aparatos, en 2017, científicos de la Universidad de Chicago diseñaron un pequeño detector de 14,5 kilogramos que se puede colocar encima de una mesa. Con él, los investigadores pudieron observar los efectos de un tipo de «choque» entre neutrinos y átomos llamándolo «dispersión elástica coherente neutrino-núcleo». Fenómeno que en más de 40 años no se había observado. «¡Esto es realmente extraordinario!», ha resaltado al medio  ABC  Anselmo Cervera Villanueva, científico del Instituto de Física Corpuscular (CSIC).

Esta tecnología «abre la puerta a otros muchos experimentos de pequeño tamaño, de bajo coste, y por tanto más rápidos y viables, que podría acelerar el número de descubrimientos», indicó Cervera Villanueva.

 

 

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