Los lamentables efectos de un lenguaje violento o abusivo

Actualmente, la tasa de divorcios es muy alta y hay muchas familias mono parentales. Algunas personas culpan al aumento de asuntos extra maritales o a la pobreza, pero de hecho, el daño causado por el lenguaje violento a la familia es mucho más sustancial.

Los antiguos filósofos chinos decían:

“Las palabras suaves son más cálidas que la seda; las palabras amargas y duras pueden causar más heridas que las lanzas».

Un conocido fabricante de muebles una vez hizo un experimento mágico en el campus de Oriente Medio y también ayudó a los estudiantes a comprender el poder del habla.

Eligieron dos plantas en macetas idénticas y las cultivaron con la misma fertilización y luz solar. La única diferencia fue que cada una fue tratada con diversas palabras de los estudiantes: una recibió palabras buenas y la otra recibió palabras malas.

Algunos estudiantes le dijeron palabras de elogio a la planta, como: «Me gusta cómo te ves», «Soy muy feliz cuando te veo», «Eres realmente hermosa».

A la otra planta le dijeron palabras malas como: “Eres basura; eres inútil», «No eres para nada una planta verde»; «Dime la verdad, ¿sigues viva?”.

Los resultados del experimento fueron bastante sorprendentes.

La planta en maceta que fue abusada verbalmente se marchitó gradualmente, mientras que la planta que recibió elogios estaba llena de vida.

Las plantas no pueden soportar un lenguaje violento, ni mencionar a los humanos. (Imagen de Daniel Park en Pixabay)

A pesar del mismo entorno de crecimiento, la diferencia fue muy visible en solo un mes. Por lo tanto, podemos ver que las plantas no pueden soportar un lenguaje violento, ni mencionar a los humanos.

Refiriéndose a los humanos, a veces, solo se necesita una frase para derrotar a una persona. Si son dichas por un parientes cercano, ¡el daño se duplicará!

Si el lenguaje pierde su temperatura, entonces será un cuchillo que mata sin derramar sangre. Esta es la razón por la cual el daño del lenguaje abusivo y violento es terrible.

Herirá a la gente en sus corazones y dejará una sombra indeleble detrás de ellos. Muchos de los crímenes que causan malestar social se deben a criminales que fueron heridos por un lenguaje violento cuando eran niños.

En cuanto a la familia, muchas parejas están en desacuerdo entre sí y el distanciamiento entre padres e hijos proviene de la violencia del lenguaje.

Si dicho entorno continúa durante mucho tiempo, el sentido de pertenencia y responsabilidad de la familia se debilitará cada vez más, por lo que es más probable que se produzcan diversos problemas familiares, como escapar por tomar malas decisiones.

A veces, solo se necesita una frase para derrotar a una persona. (Imagen: Pixabay / CC0 1.0)

 

Cuando la pareja se pelea, siempre dicen malas palabras. Incluso adoctrinan a los niños con los errores de la otra parte, y no hay forma de que los inocentes niños puedan evitarlo.

Por ejemplo, muchos niños que no tienen calificaciones satisfactorias en la escuela o que no cumplen con los requisitos de sus padres, a menudo son ridiculizados.

A medida que se acumulan todo tipo de presiones durante mucho tiempo, serán propensas a ocurrir las tragedias familiares, desde el divorcio hasta la pérdida de vidas.

Algunas personas se excusan ante estas acciones diciendo «Errar es humano y a nadie le gusta una persona perfecta». Tendemos a dar ternura a los demás, pero mostramos el mal carácter a los miembros de la familia.

Es cierto que en el mundo no existe la persona perfecta. Las personas siempre tienen defectos y lleva tiempo corregir los errores.

Pero si podemos aceptar nuestras imperfecciones, ¿por qué no podemos tratar con amabilidad las imperfecciones de los demás?

 

Algunas personas dicen que el hogar no es un lugar para discutir, sino para mostrar amor. Una familia armoniosa necesita que todos sus miembros se manejen desde el corazón.

Los rugidos tormentosos solo harán que las personas se cierren, mientras que las palabras suaves que flotan como una brisa de primavera, tocarán sus corazones y harán que las personas se sientan cómodas.

Traducido por Joseph Wu y editado por Helen

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