Julian Pintos para Vision Times
Las crecientes tensiones comerciales entre EE.UU y China están acelerando las deforestaciones en el gran pulmón del planeta.
Y los focos de incendios intencionales son los medios utilizados para la deforestación en esta región del Amazonas
En 2019 se contabilizaron más de 74.000 (la cifra más elevada desde que se comenzó a tenerse registro en 2013) y en su mayoría son ocasionados por la expansión de la agro industria, en particular de la sojera.
Según un artículo de la revista Globo Rural, el gobierno brasileño estaba en conocimiento de que un grupo de productores rurales tenía previsto iniciar un incendio en la selva amazónica.
El Ministerio Público del estado de Pará envió un oficio al Instituto Brasileño del Medio Ambiente (IBAMA) el 7 de agosto, tres días antes del inicio del fuego.
Brasil es el único país que puede aumentar tan rápidamente la producción de soja que necesita China para abastecer su mercado interno, luego de haber disminuido, por lo menos a la mitad, las exportaciones que EE.UU realizaba al gigante asiático en 2018
El 80% de la soja que importa China es para la producción de aceite y alimento de animales de cría industrial; apenas el 20% es utilizado directamente para la alimentación humana.
De hecho, los propios chinos cultivan cada vez menos soja porque las importaciones son mucho más baratas.
Principales consecuencias
Las pérdidas son inmensas y significativas, se calcula que en la Amazonía hay 470 especies de árboles por hectárea (aproximadamente una manzana de tu barrio).
Solo en julio del 2019 se quemaron 2.254,8 km2 (¡22,000 manzanas de tu barrio!).
Al perderse la biodiversidad del bosque, y al desaparecer este, también lo hacen sus funciones, entre otras, proporcionar nubes a la atmósfera para producir la lluvia.
Otra función es la del servicio que brindan a los seres humanos, como la absorción del monóxido de carbono y la emisión de oxígeno
El bosque de la Amazonía cumple también otra función muy poderosa, ya que actúa como un enorme depósito de dióxido de carbono.
Una pequeña parte de este dióxido de carbono que los árboles absorben en el proceso de la fotosíntesis, se emite a la atmósfera durante la respiración y la otra parte se transforma en carbono que usan para producir los azúcares necesarios para tu metabolismo.
Cuanto más grande y antiguo el árbol más carbono almacena.
Según la investigadora Ericka Berenguer, un árbol de al menos 3 metros de circunferencia, puede contener entre 3 y 4 toneladas de carbono, el equivalente al promedio que un vehículo ligero emite durante 4 años…

Ya sea en la quema de su madera o en la descomposición de esta, esos gases almacenados se liberan y vuelven a la atmósfera.
Por este motivo los científicos temen que la región deje de ser un almacén de carbono y se convierta en un emisor importante de Co2.
Un estudio reciente dice que un 20% del total de la Amazonía ya emite más dióxido de carbono del que absorbe.
Más enfermedades
Algunos estudios hechos en la Amazonía brasileña y en otros bosques tropicales, vinculan a la deforestación con una mayor incidencia de enfermedades transmitidas por mosquitos como la malaria.
En un ambiente de mucha diversidad, los mosquitos tienen una gran oferta de alimentos y según la la Bióloga Maria Chame el proceso de quema y degradación, hace que estos insectos busquen otra fuente de alimentos y se acerquen a asentamientos urbanos.
Conclusión
En esta ecuación, los incendios intencionales para producir más zonas sojeras, implican un daño mundial en pos del beneficio de un sector, poniendo nuevamente en evidencia la falta de conciencia de que toda acción humana tiene una repercusión más allá de la humanidad
Este entendimiento nos debe llevar a un cambio de mentalidad…
…lo que le pasa al mundo nos pasa a todos.