Por Trinidad Reyes
Fotos: Antonio Velázquez
Al termino de la colonia española en 1976 en el Sahara Occidental (un territorio en el extremo occidental del desierto del Sahara), el frente Polisario (una organización que lucho por la independencia de España) declara a esta región como autónoma y la proclama como la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). No obstante varios países no la reconocen entre ellos Marruecos, el cual ocupa la mayor parte del territorio. El frente Polisario argumenta la legitimidad de RASD “debido a que el pueblo saharaui es el originario y el titular de la soberanía de esos territorios”. En diversas instancias internacionales se ha buscado la solución a la ocupación de este territorio y su reconocimiento, no obstante, Marruecos ha llevado personas de esta nacionalidad y ha obligado a la población nativa (saharauis) a relegarse hacia los campamentos violando sus derechos humanos.
En entrevista con Sonido de Esperanza Network, el activista por los derechos humanos Antonio Velázquez de origen mexicano señala que: “aunque parece un desierto su costa es muy rica en recursos pesqueros. Hay yacimientos de fosfato y de uranio, además innumerables mantos acuíferos subterráneos. Es por eso que el ejército y la policía marroquí ejerce una represión constante sobre la población civil saharaui, una población nómada que siempre ha ocupado esos territorios”.
Como activista Antonio Velázquez señala lo ocurrido en el 2010. La manifestación más grande que se ha dado en el Sahara occidental, el campamento de Gdeim-Izik, llamado así a una zona cercana. La manifestación tuvo una afluencia de más 20 mil personas saharauis entre ellos ancianos, niños y personas con capacidades diferentes (discapacitados), para hacer un llamado a la comunidad internacional y señalar que no soportan más la ocupación de su territorio por parte de Marruecos.
Antonio Velázquez, señaló que permaneció rodeado por las fuerzas de ocupación durante diez días en los meses de octubre y noviembre del 2010. Después él fue desalojado violentamente por las fuerzas de seguridad marroquís. Narra que tuvieron que salir de ese lugar e irse a una población ubicada a 15 o 18 kilómetros de la capital del Sahara Occidental, Aaiún. Se refugió en una casa junto con una colega española por nueve días. Menciona que Marruecos incitó a los colonos marroquís contra los saharauis para que se desatara una masacre. Ellos fueron testigos de cómo sacaban a los saharauis de sus casas y los torturaban fuera de ellas. Finalmente, dice que Marruecos está a punto de exterminar a este pueblo, por esa razón está luchando para llamar la atención de esta situación y por la grave violación a los derechos humanos en ese territorio.
Los Saharahuis y el Campamento Gdeim-Izik