Por The Epoch Times

Se decía que los antiguos médicos mongoles eran muy buenos en el tratamiento de las fracturas. A diferencia de los médicos chinos, ellos tenían sus propias maneras de curar enfermedades.
Un asistente del palacio se cayó del caballo y se lastimó la cabeza. Fue tan doloroso que no podía dejar de quejarse. Un médico de Mongolia utilizó una vejiga bovina para cubrirle la cabeza. Después de un rato, el dolor desapareció.
Otro hombre también cayó de su caballo. Externamente parecía que no había sufrido daño. Sin embargo, curiosamente, cada vez que trataba de caminar hacia adelante, se movía hacia atrás, por lo que pidió a un médico mongol que lo tratara. Sin necesidad de utilizar ningún medicamento, el médico de Mongolia pidió a dos hombres jóvenes y fuertes que lanzaran a este hombre en el aire y lo atraparan varias veces.
Después de ser lanzado más de una docena de veces, el paciente volvió a la normalidad. Estaba muy sorprendido y le preguntó la razón al médico. El médico respondió: «Porque cayó tan pesadamente del caballo, que su hígado se dio vuelta. La medicina sería inútil en usted. Sólo al lanzarlo una y otra vez su hígado volvería a su lugar«.
