Autor: Guan Ming
Los antiguos sabios decían:
«Una buena palabra es cálida en invierno y una mala palabra puede ser fría incluso en verano”.
Cualquier emisión que una persona haya pronunciado o hecho a voluntad tendrá diferentes consecuencias.
Las buenas palabras pueden ser fuente de inspiración en otros y acumularán virtud para quien las dijo; así también, por el contrario, las malas palabras que hieren, generan retribuciones negativas.
Las palabras negativas y sus consecuencias
Cada palabra que pronunciamos lleva energía e intención y puede provocar resultados diferentes de acuerdo al matiz que adquieran (positivo o negativo).
Aquellos que difunden rumores o calumnian a otros, piensan que comportándose de esa manera demuestran superioridad o satisfacen algún beneficio personal, pero después de un tiempo, habrá consecuencias negativas.
Un dicho budista dice:
«Las palabras dichas a los demás son tan pesadas como el jade; aquellas palabras injuriosas pueden herir más que una espada o una alabarda».
Cultivar un nivel alto de conciencia sobre las palabras que pronunciamos, se convertirá en una de las prácticas más importantes de la vida: esto incluye no decir mentiras, malas palabras o hablar falsamente.
«Cuando estés sentado en meditación piensa en ti mismo y no hables de los demás».
Las buenas palabras son claras y limpias
El lenguaje es un puente entre las personas y un medio importante para comprender el mundo externo.
Si desea que sus palabras sean claras y limpias, debe hablar con amabilidad y ser compasivo en su corazón, a fin de asegurarse de beneficiar a las personas que lo rodean y generar buenos vínculos y conexiones sanas.
Cuando nuestra boca pronuncia palabras positivas, inmediatamente elevamos la vibración, lo que genera un ambiente armonioso y agradable en el afuera, y una sensación reconfortante en nuestro interior.
Las palabras pronunciadas son como una espada afilada que se puede utilizar para cultivar y acumular virtud; o para crear y acumular Karma.
Diferentes maneras de comunicar algo, traen diferentes resultados
Una vez Sakyamuni, un Buda de Oriente, llevó a quinientos monjes a Kashna, donde las costumbres populares no habían cambiado, con el fin de promover el Dharma (virtud).
Comenzó el viaje Mu Qianlian quien llegó primero a la ciudad, y presenció algunos comportamientos absurdos de algunas personas, y señaló de manera negativa que esta manera de actuar provocaba inevitablemente una causa y un efecto.
Después de escuchar esto, las personas de este lugar, no aceptaron estas palabras y enojados le pidieron a Mu Qianlian que se fuera de la ciudad, por lo que su viaje fracasó.
Más tarde, Sakyamuni envió a Bodhisattva Manjushri a Kashna, después de entrar a la ciudad, no se centró inmediatamente en la corrección de lo que a simple vista se veía incorrecto, sino que primero elogió a la gente por su diligencia, sencillez y bondad.
Las cálidas palabras emitidas, hicieron que el pueblo se regocijara; finalmente, todos sostuvieron flores fragantes y un apoyo hermoso y sincero.
Manjushri condujo a estas personas al lugar del Buda Sakyamuni, lo saludó respetuosamente y escuchó su corazón:
«Sólo una mente amplia puede mostrar un comportamiento de tolerancia hacia lo negativo, y un corazón desinteresado puede emitir la luz de la sinceridad y la bondad.
El estado eterno del ser iluminado es la compasión. Por lo tanto, los cultivadores deben esparcir la bondad con un corazón compasivo, y sólo hablando con amabilidad pueden entablar buenas relaciones»
El observar las habilidades, el conocimiento, la moral y las buenas obras de los demás, el felicitar y aprender con un corazón sincero, puede automáticamente eliminar los celos, la arrogancia y expandir la mente.
Si aprendemos a comunicarnos con amabilidad, los vínculos con los demás se volverán más armoniosos y la sociedad podrá volver a un estado de estabilidad y paz.
Traducción del chino por Nefch.