La tormenta perfecta

Por José Pablo López

Una tormenta imprevista fue el preámbulo perfecto de una noche inolvidable, en la que la literatura (¡cuando no!) fue cómplice, excusa y refugio.

Cómplice, porque fue la trama de fondo que nos permitió remontar vuelo sobre recuerdos que aprendimos a guardar, preservándolos de las inclemencias del tiempo y las cotidianidades, que solo consiguen percudirlos y borronearlos; a través de ella nos animamos a revelarnos secretos y a desnudarnos cautelosamente, como tímidos amantes inexpertos; bajo su mágico influjo nos atrevimos a soñar futuros aún a riesgo de equivocarnos de medio a medio…

Fue una excusa porque me permitió contarte más de mí que lo que quizás debí y porque caí en cuenta que nuestros caminos estuvieron siempre predestinados a cruzarse, una y otra vez, a medida que el tiempo fue pasando, que nuestras historias se fueron desandando y las tardes lluviosas del otoño nos fueron presagiando…

Fue un refugio, surgido de la nada y donde nos sentimos seguros, protegidos, valientes y quizás inmortales. Un lugar único en el mundo donde urdir mañanas que inviten a soñar y donde esté permitido volar, lejos del sopor del desencanto y cerca de la magia que nos mantiene vivos, sufrientes, anhelantes…

Una noche inolvidable, con tu sonrisa en HD y tu mirada transparente; con tu corazón llenándolo todo y mi placer inocultable de haberte reencontrado; una noche que aún no termina y, acaso, no termine nunca;  con la promesa inofensiva de permanecer cercanos, más allá de la tiranía de las distancias y los días…

Sobre el autor: José Pablo López, 56 años, Dr. en Geología, investigador y profesor de la Universidad Nacional de Tucumán, entusiasta difundidor de las Ciencias de la Tierra en ámbitos no académicos y escritor amateur en sus horas de ocio.

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