La receta dorada para la peste

Desde tiempos antiguos, las plagas aparecieron cuando la moralidad de la sociedad estaba generalmente caída. En cada ocasión, algunas personas estuvieron expuestas a la plaga, pero no se infectaron.

¿Cómo es esto posible?

La receta real

Un chef de la realeza, regresó a su ciudad natal después de retirarse de su trabajo para el emperador, al no tener nada que hacer todo el día, contrató a algunas personas y abrió una taberna.

Más tarde, una gran plaga estalló en la ciudad a sólo cien millas de la capital. Muchos oficiales especialistas médicos vinieron a la ciudad para dar tratamientos.

Durante mucho tiempo, no se identificó la fuente de la enfermedad y los medicamentos no la curaban.

A medida que la epidemia se agravó y la gente fue muriendo una tras otra, todos se asustaron y entraron en pánico.

Al observar esta situación, el viejo chef real cerró su taberna, se separó del mundo exterior y se escondió todo el día en su casa.

Aunque la casa estaba cuidadosamente sellada, la peste igual penetró a través de las paredes y lo alcanzó. Comenzó a debilitarse, a menudo convulsionaba, se sentía mareado, vomitaba y tenía sangre en sus heces.

a great plague broke out in the town, and it was only a hundred miles away from the capital. (Image: via wikimedia / CC0 1.0)
Una gran plaga estalló en la ciudad, a sólo cien millas de la capital. (Imagen: vía wikimedia / CC0 1.0)

 

El chef real sintió que no le quedaba mucho tiempo. Cerró su propio edificio de gran altura con vistas a la ciudad.

Las calles bulliciosas del pasado estaban ahora desiertas, mientras que los cadáveres con plagas yacían por todas partes en las calles.

El chef real suspiró entre lágrimas:

«¡Ay! ¿Para qué sirve la fama y el beneficio? Aunque soy un famoso chef real, no puedo resistirme a la epidemia. Ante esta incertidumbre, ¿quién puede controlar su propio destino?»

El chef real pensó que probablemente moriría pronto y que no sería útil guardar tanto dinero, ropa y comida.

Sería mejor donar sus posesiones para ayudar a los pobres infectados, ayudándolos a tener una mejor calidad de vida y a sentirse bien consigo mismos al conocer a sus antepasados después de la muerte.

Así que decidió regalar todas sus pertenencias. Fue un asunto inapreciable tener pensamientos tan rectos.

Ayudado por estos pensamientos, el chef real sintió que su temor a la epidemia había desaparecido. Un sentido de rectitud llenó su corazón y se sintió energizado.

Luego reabrió la taberna, instruyendo a sus empleados a cocinar crema de avena para los pobres todos los días y enviar ropa para ayudar a los necesitados. Para los cadáveres, hizo los arreglos y los enterró.

Al ver las buenas acciones del chef real, muchos ricos lo admiraron y lo tomaron como modelo a seguir. También pensaron que morirían eventualmente, y que era mejor morir de una manera más significativa.

Los temores de todos a la epidemia desaparecieron y la calle desierta se volvió a animar.

 He decided to give away all his belongings. (Image: worthpoint)
Decidió regalar todas sus pertenencias. (Imagen: worthpoint)

 

Más tarde, la gente se ayudó mutuamente y comenzaron a ser más educados y considerados. La ciudad resultó ser más pacífica con poca violencia o intimidación.

Un mes más tarde, el chef real se sorprendió al descubrir que su cuerpo se recuperó gradualmente y su tez volvió a su complexión saludable.

Mientras dormía, una noche, el chef real vio a un taoísta volando hacia él en una grulla, diciendo:

«Aquí hay algunas píldoras celestiales preciosas. Eres lo suficientemente virtuoso como para merecerlas. Llévalas para salvar a las víctimas de la peste. ¡Tómalas inmediatamente!»

En el sueño, el chef real se despertó tan pronto como las recibió. Al ver una caja de elixir en su mano, el chef real se regocijó y se arrodilló para agradecer de inmediato al taoísta.

Al día siguiente, disolvió algunos de los elixires y preparó el antídoto contra la plaga según la prescripción contenida en la caja. Increíblemente, los pacientes se recuperaron en el instante después de tomar el medicamento.

Después, el chef real envió personalmente el elixir al emperador. Pronto, la epidemia que había hecho estragos durante varios meses se resolvió.

Después de descubrir la historia del elixir, en su honor con devoción y respeto por él, el emperador escribió:

«La cura de oro – Virtud».

Según el folclore chino, cuando el Cielo decida enviar la plaga al mundo humano, habrá cinco mensajeros de la plaga enviados desde el Cielo para cumplir con su deber.

Donde ellos vayan sufrirán de plagas.

Hay un dicho chino:

«Hay dioses a un metro de altura; cuando uno piensa, todos los dioses y espíritus malignos sabrán cual es ese pensamiento».

Sólo volviendo a la moral y a la bondad, uno puede escapar de la calamidad y avanzar hacia el futuro.

Traducido por Joseph Wu y editado por Helen

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