Por Jingyuan, Minghui
El libro de los cantos es la primera colección de poesía antigua China y se coloca como uno de los clásicos confucianos. Incluye 305 poemas que datan de la dinastía Zhou occidental entre los periodos primavera y otoño. Se divide en tres partes: La Costumbre, La Elegancia y La Oda. En ese momento, su función fue la de educar o «iluminar» un protocolo.
Desde la antigüedad, el camino de la auto-cultivación, la gestión de la familia y del gobierno del Estado (los cuales fueron discutidos en los clásicos confucianos) tuvieron una orientación de respeto hacia el Cielo; hablaban con respeto acerca del Cielo, lo servían, lo veneraban y seguían sus leyes celestiales. La antigua poesía china se encuentra en el Libro de los Cantos, que refleja claramente el respeto de la antigua China por el Cielo en el cual creían. Fue un gran regalo de la esperanza y de la buena fortuna.
La mayoría de los poemas del Libro de Cantos tiene una estructura de 4 caracteres. Las líneas de los poemas utilizan una estructura de palabra y repetición de sonido, creando un sonido hermoso con duplicación vocal y de vívidas imágenes. Artísticamente, destacaron el humor y la sutileza, reflejando un estilo de simetría, equilibrio y armonía, para lograr un efecto artístico circunloquio con altibajos. El Libro de los Cantos cita repetidamente el Cielo, al emperador y su destino. Reconoce la ley del Cielo como la ley del Universo, como el estándar para «guíar la virtud, premiar al bueno y castigar al malo». Guíar por una justicia social (juzgar la pauta del mal en el mundo humano), era como el más alto nivel de valores y creencias morales de la dinastía Zhou.
Los poemas a menudo alaban al Cielo, le ofrecen gratitud, oran y expresan su temor por él, lo que demuestra la fe de la gente en la dinastía Zhou y su visión humanista de la «unidad del Cielo y la humanidad». La educación confuciana destacó la poesía, la historia, los ritos y la música. Tales formas de estudio abstracto sirvieron para integrar profundamente las sutilezas morales en la mente de las personas a través de una influencia transformadora implícita.
El Libro de los Cantos combina poesía antigua china con la música y se caracteriza por ser fácil de memorizar y transmitir. Jugó un papel importante en el establecimiento de normas morales y de conducta. Como dijo Confucio: «Sin aprender la poesía, uno no puede transmitir adecuadamente su intención», y «en el país, uno puede identificar cómo la gente es educada. A las persona gentil y amable, se le enseña con poesía”.
La importancia de la virtud
Se ha dicho en Zuo Zhuan: «El respeto es la manifestación esencial de la virtud. Una persona que puede respetar sinceramente debe poseer la virtud sólida”. La gente en la dinastía Zhou tomó “el respeto hacia el cielo” como su objetivo moral fundamental: “Entender el mundo de los humanos, de acuerdo al orden de la naturaleza” y “respetar y seguir a los Cielos, es conducirse [a sí mismo] de acuerdo con la ley celestial”.
El Pomema Huangyi en la sección «Daya» del Libro de los Cantos ofrece esta descripción: «El cielo es glorioso y espléndido, controla el mundo con dignidad y justicia. El Cielo observa por todas partes del mundo, encuentra las dificultades y los desastres de la gente”. La voluntad del cielo debe ser protegida por las personas. Respetar el Cielo y la protección de la gente era un aspecto crítico de la política en la antigua China. Y «para encontrar las dificultades y desastres de la gente», se debe tener compasión por ellos. El poema continúa: «El cielo dijo al emperador Wen: He esperado a personas con tal virtud: Que no se entreguen a los placeres sensuales y no abusen del castigo. No digan cosas que no conocen y sigan la regla del cielo con sinceridad”.
La práctica moral de respetar el Cielo es: «seguir la regla del Cielo» y conducirse de acuerdo a la voluntad del Cielo. El poema continua: «El cielo dijo de nuevo al emperador Wen:» No mires en redondo, no dudes y ni te muevas, no compares y ni tengas envidia, no tengas ambiciones desmesuradas, ir a la tierra en mi tierra”. Emperador Wen se cultivo a sí mismo y tuvo compasión por su pueblo. Era virtuoso y sabía cómo respetar el Cielo. Todos los países de nuestro entorno se unieron a la dinastía Zhou. Como el poema señaló: «Este es el emperador Wen que es respetuoso y prudente. Sirve al cielo sinceramente, trayendo abundante fortuna”. De esto, podemos ver cuán sinceramente el emperador Wen fue respetado por el Cielo.
Gobernando con la virtud
«Cumple la voluntad del Cielo con virtud», fue la guía fundamental para gobernar con virtud en la dinastía Zhou. Señala: “Las tres uniones (gobernante-ministro, padres e hijos y marido y mujer) promovidos como principios rectores provienen del Cielo” La gente de la dinastía Zhou gobernó el país de acuerdo con el principio del rito. El establecimiento del rito era el propósito de la ley de los Cielos. “seguir los ritos es seguir la ley del Cielo; los ritos son la manifestación de la ley de los Cielos”.
Esto sentó las bases para regular el orden social y la ética en la dinastía Zhou. La sección “Odas Zhou” del Libro de los Cantos se dedica al culto, a la oración y alabanza al espíritu supremo. Las odas Zhou adoraban principalmente al Emperador Wen y al emperador Wu, así como al emperador Cheng y al emperador Kang, al igual que sus antepasados Hou Ji y Wang Tai. Estos antepasados habían respetado y servido al cielo, protegieron a su pueblo y gobernaron al país con virtud.
La gente de la dinastía Zhou pensaba que gobernar con virtud tenía dos aspectos. Uno de ellos era la virtud de la gobernabilidad. Incluía las normas y reglamentos para los ritos, la música, la ceremonia del culto, la ceremonia de mostrar respeto al emperador y a los principios morales. Demostró la civilización social y espiritual de la época: “El emperador sabio, con la virtud fue siempre respetado, con la virtud de la gobernanza, que armonizó la tierra poderosa”. El Libro de los Cantos destaca que fue la virtud del Emperador Wu lo que lo hizo ser respetado durante un largo periodo de tiempo y también por su virtud gobernó y armonizó a los países vecinos. El duque de Zhou, al dirigir al pueblo en la adoración del emperador Wen, lo describió de esta manera: “Muchos aristocracias, llevando la virtud del Emperador Wen”.
El emperador Cheng siguió y promovió la bondad y la virtud. Era amado por el pueblo y fue protegido y bendecido por el Cielo una y otra vez, como el poema indica: “de [nuestro] admirable, soberano, más ilustre es la excelente virtud. Ordena a la gente con razón, con razón da órdenes a los oficiales, y recibe su dignidad del Cielo, que protege y le ayuda, y [confirma] su nombramiento, por los repetidos actos de renovación del Cielo”.
El segundo aspecto de gobernar con virtud era la virtud de la educación, en otras palabras, para promover la educación moral. La educación moral enseña: «Una persona amable y modesta tiene un fundamento moral alto. Una persona sabía y bien informada toma consejos amablemente y su conducta sigue la virtud. Una persona ignorante y sin sentido, rechaza el consejo sincero, considera que los consejos-dados tienen una ambición impropia”. Este pasaje enseña que un caballero atento y bien informado tiene solidas cualidades morales. Un sabio gobernante es capaz de tomar consejos sinceros y reglas de acuerdo a la razón. Una monarquía irresponsable podría pensar que la persona que da consejos sinceros trasgrede su deber con ambiciones impropias.