En el museo Nacional de Antroṕología e Historia se encuentra en una de sus salas una enorme piedra monolítica de basalto con inscripciones alusivas a la cosmogonía mexica llamada la Piedra del Sol e incorrectamente llamada Calendario Azteca.
La piedra solar fue localizada “por casualidad” a finales del siglo XVIII al sur de la Plaza Mayor de la ciudad de México, donde había sido depositada con el relieve hacia abajo y cuidadosamente enterrada para no ser destruida por los evangelizadores españoles durante el periodo colonial. De acuerdo al arqueólogo Felipe Solís se señala: “los sobrevivientes a la hecatombe protegieron su diseño con una capa de cenizas volcánicas o arena, con lo que la salvaron de una inminente destrucción”.
Dentro de este monolito están descritos los movimientos de los astros y algunos ciclos en donde los meses duraban veinte días, los años dieciocho meses y los siglos 52 años, los cuales se renovaban.
De acuerdo a los historiadores y antropólogos esta piedra en náhuatl fue llamada Ollin Tonatiuhtlan que significa “Tonatiuhtlan de Ollin” o “Sol de Movimiento”. El primer estudio sobre la Piedra del Sol lo hizo Antonio León y Gama en 1792. Desde entonces, se han realizado infinidad de estudios al respecto.
Una de las preguntas constantes sobre esta piedra solar fue su posición: si era horizontal o vertical. Ahora se sabe que la posición de la Piedra del Sol debía ser horizontal y mostraba la imagen del relieve solar como en muchos otros monumentos de forma cilíndrica.
También se han hecho varias propuestas sobre el valor numérico de cada uno de los elementos presentes en los relieves de esta piedra, por medio de elaboradas operaciones matemáticas, cuyas conclusiones suponen que están representadas aquí la suma de observaciones astronómicas con fines prácticos, para la agricultura, y la cosmogonía donde el Sol, Venus, la Tierra, y la Luna, toman un papel relevante.
La Piedra del Sol fue esculpida en piedra volcánica por Axayacatl, emperador azteca, que entre guerra y guerra pudo terminarla e inaugurarla en una solemne ceremonia poco antes de morir en el año de 1481.
13 Carrizo o Caña (13 Acátl)
En la parte superior del monolito se encuentra un símbolo llamado «13 caña». La caña es el equivalente al bastón de los patriarcas. Es, entre los aztecas, el símbolo de la columna vertebral, donde se ve el desarrollo espiritual del ser humano. A los 33 años fue crucificado el Maestro Jesús de Nazaret. Son 33 grados los que tiene la antigua masonería oculta y son 33 vértebras las que compone nuestra columna vertebral. Son 33 grados espirituales los que deben recorrerse en el camino de la iniciación, siendo este el camino a la auto realización del ser humano.
Dios regente: Se relaciona con el viento, las armas de guerra, la lucha cotidiana. El signo decimotercero denominado Acatl, está representado por dos o más astas de flecha reunidas en un haz atadas con correa de cuero de color rojo. El regente del signo es Tezcatlipoca-Ixquimilli, Dios de los Ojos Vendados.
Posición del día en el Códice Borgia. En su ojo, pues el fuego que asciende por la caña, médula espinal, provee la sabiduría.

La deidad que se encuentra en el centro ha provocado mucha polémica: hay quienes dicen que se trata del dios Tonatiuh, el dios del Sol, Xiuhtecuhtli, la deidad del centro del Universo, e incluso Huitzilopochtli. Hace unos años se planteó que esta imagen tiene que ver con el inframundo, con la tierra, o que es el Sol nocturno. Recientemente, se dijo que representa una versión peculiar de Tonatihu.
El dios central de la piedra se luce con sus dos manos, cada una con una pulsera; un ojo y ceja, porque nada se le puede ocultar. Además en cada mano, sus garras apresan un corazón humano, y su lengua está representada como un cuchillo de pedernal, expresando la necesidad de sacrificios para la continuidad del movimiento solar.
Además el disco central contiene los signos de los puntos cardinales colocados entre los signos de las Eras: el Norte, signo 1 Pedernal; Sur, signo 1 LLuvia; Este, con Xiuhuitzolli un signo heráldico, y Oeste, con el signo 7 Mono.
Los cuatro cuadrados que rodean la deidad central representan los anteriores cuatro soles que antecedieron al actual Quinto Sol.
Primer Anillo
Alrededor de la imagen central de la Piedra del Sol, en el primer anillo, aparecen la representación de los cinco soles generadores del mundo: 4 jaguar (nahui océlotl), el primer Sol; 4 viento (nahui ehécatl), el segundo Sol; 4 lluvia de fuego (nahui quiáhuitl) el tercer Sol; 4 agua (nahui atl), el cuarto Sol.
La corona la forman los pictogramas de los veinte días bautizados del calendario sagrado azteca, Tonalpohualli en sentido anti horario. Estos veinte días se iban combinando con trece números hasta que se formaba un año sagrado de doscientos sesenta días.
Estos son: Cipactli, Ehecatl, Calli, Cuetzpallin, Cóatl, Miquiztli, Mazatl, Tochtli, Atl, Itzcuintli, Ozomatli, Malinalli, Ácatl, Ocelotl, Cuauhtli, Cozcaquauhtli, Ollin, Tecpátl, Quiahuitl y Xochitl.

Segundo Anillo
El segundo anillo contiene varias secciones cuadradas, en cada sección contiene cinco puntos que se cree que representan las semanas de cinco días. Hay también ocho ángulos que dividen la piedra en ocho partes. Estos representan los rayos solares colocados en dirección a los puntos cardinales.

Tercer Anillo
En la parte más baja de la piedra, hay dos serpientes de fuego, Xiuhcoatl, que rodean y enmarcan la piedra y llevan al dios por el firmamento, uno frente a otra. Sus cuerpos están divididos en secciones que podrían símbolizar llamas y miembros de jaguar. Estas secciones podrían representar cincuenta y dos ciclos anuales: el siglo azteca consistió en 52 años, cada correspondencia entre el principio del año civil con el sagrado.
En la parte superior del monolito, un cuadrado tallado entre las colas de las serpientes representa la fecha “13 Acatl”. Esto se supone que corresponde a 1479, el año en el que el calendario fue completado.
En los extremos del relieve, hay ocho agujeros equidistantes, representando diversas constelaciones.

Los Colores
Tras el análisis de muestras microscópicas de rastros de pintura de Piedra del Sol se sabe que este monolito estuvo cubierto (y no en toda la superficie) por los colores rojo y ocre, tonalidades que concuerdan con su simbolismo.

Actualmente, la Piedra del Sol puede visitarse en la sala Mexica del Museo Nacional de Antropología, en la ciudad de México.
Vídeo documental de la Sala Mexica (donde se halla la piedra del sol) – Museo Nacional de Antropología