La música informal entretiene a los niños, ¡y colabora en su desarrollo!
Hay que exponer a los bebés y niños pequeños a la música desde una edad temprana.
Por Chani Blue
Un nuevo estudiolongitudinal, en el que participaron más de 3.000 niños australianos, se encontró que la ejecución de música no estructurada tiene efectos tan positivos en el desarrollo del niño, como las actividades de lectura compartida.
Se alentó a los padres a leerles a sus hijos todos los días por los muchos beneficios que aporta la lectura -más allá de la alfabetización- tales como mejoras sociales, emocionales y cognitivas.
Ahora, a partir de este estudio social reciente, podemos notar que el tocar música libre también colabora en el desarrollo matemático, la atención, el equilibrio emocional y el vocabulario del niño.
En este estudio, el equipo de investigación midió los efectos de la lectura y la música por separado y combinadas en niños de 2-3 años. Más tarde, a los 5 años, los niños que participaron de actividades musicales con sus familias se habían beneficiado tanto como aquellos a quienes se les leía con regularidad.
Tocar música es una actividad valiosa en la vida de tu hijo; no por su simplicidad ha de pasarse por alto.
Esta es una buena noticia para las familias que no tienen presupuesto para actividades musicales extraescolares. Es bueno saber que un ambiente que fomenta la habilidad musical es tan beneficioso para tu hijo como la formación musical formal.
Actividades musicales para niños
Incluso si tu hijo recibe clases de música estructurada, esto también lo beneficiará.
Permitir que tu hijo haga algo de música experimental y toque instrumentos no conocidos, es una buena manera de que desarrolle su creatividad y otras habilidades sociales y cognitivas.
El disfrute y la relajación lo conducirán a la creación y a la apertura musical.
Algunas ideas que puedes implementar en los niños pequeños:
Crea nuevas letras en canciones ya conocidas.
Utiliza la percusión en las canciones que son para contar o para aprender el alfabeto.
Juega con la música que a tu hijo le gusta de fondo.
Interpreta una canción con el instrumento que cada uno haya elegido, no importa que suene armónico o no.
Enséñale nuevos sonidos a tu hijo, luego pídele que te enseñe a tí un sonido que él pueda tocar.
Consíguete instrumentos; maracas simples o castañuelas son fáciles de encontrar y baratas – incluso pueden tratar de construir sus propios instrumentos.
Convertir implementos de cocina en instrumentos musicales.
Crea una banda de marcha.
Lleva instrumentos resistentes al agua, como un triángulo, al baño.
Agrega música a la narración de historias utilizando diferentes instrumentos para poner resaltar los estados de ánimo o los personajes de una historia. Por ejemplo, cuando aparece el gigante, tu hijo puede sonar un instrumento de baja resonancia.
Piensa en una historia, una actividad o persona y a continuación, procedan a componer una canción sobre ello, juntos.
Fabrica instrumentos con materiales naturales. Tendrán un sonido sutil en comparación con un instrumento de cobre fuerte o un tambor.
Estas son actividades muy libres, que es lo que se busca- no hay reglas o errores, sólo diversión, invención y algo de tiempo para explorar juntos.