El 10 de diciembre de 1939, durante los horrores de la agresión japonesa contra la República de China en la Segunda Guerra Sino-Japonesa (1937-45), se asignaron 2.988 soldados chinos para defender un puente sobre el río Yangtze. Por la mañana, los soldados habían simplemente desaparecido.
Listos para combatir
El comandante del recién llegado batallón era el coronel, Li Fu Sien. A quien se le ordenó defender las colinas de Nanjing, que consistía en un área de 3,2 kilómetros, con la idea de defender un puente sobre el río Yangtze contra el inminente ataque japonés.
El batallón era la retaguardia, avanzando hacia las fortalezas japonesas en el área. Estaban equipados con una cantidad de artillería pesada y, según los informes, estaban listos para luchar hasta el último hombre si era necesario.
Después de ver que sus tropas estaban bien enclavadas para pasar la noche y los soldados estaban vigilando, el coronel se retiró a su dormitorio a unos 3 km. detrás de las líneas.
Extraña desaparición:
A la mañana siguiente, el coronel fue despertado por su ayudante quién le dijo que las tropas recién ubicadas no respondían a llamadas o señales. Se reunió una agrupación de aquellos soldados que estaban detrás de las líneas.
Cuando llegaron a las posiciones avanzadas, simplemente quedaron atónitos. La posición de las tropas estaba completamente abandonada, no había señales de lucha, las armas pesadas aún estaban en su lugar y listas para ser disparadas, sus fuegos ocultos aún brillaban, y los rifles amontonados cerca.
Con la excepción de un puñado de tropas estacionadas en el puente de servicio, no se veía a ningún otro soldado. La mayor parte del batallón simplemente había desaparecido, incluidos todos los oficiales de campo.
Cuestionar a los pocos hombres que estaban de servicio no reveló nada. Afirmaron que nadie había pasado desapercibido en la noche, que no habían oído ningún sonido de combate y que no estaban seguros del destino de los soldados desaparecidos.
Se informó que la vegetación circundante era tan escasa que no era posible una deserción masiva, ni hubo señales en el paisaje de que se hubiera producido ninguna escaramuza. No se encontró ni un solo cadáver o tumba.
Y, finalmente, los japoneses más tarde informaron que no habían enfrentado a ningún grupo de soldados chinos en la batalla durante ese tiempo.
Los granjeros que vivían en la zona también informaron que no habían escuchado ningún disparo, ni habían visto a ningún soldado huyendo de la línea defensiva a través del campo.
Posibles razones
Se ha sugerido que los chinos pueden haber decidido rendirse a los japoneses. Para hacer esto, los soldados tendrían que cruzar el puente, que estaba bajo constante observación. Ese cruce masivo no fue atestiguado por nadie.
Sin embargo, la rendición parece improbable: los chinos conocían muy bien los horribles y ampliamente conocidos malos tratos que los japoneses otorgaban a los prisioneros de guerra. Si se rendían, serían probablemente asesinados directamente o morirían por las torturas.
Teorías:
La conclusión más razonable es, probablemente, la siguiente: Cansados de luchar o de ver l0 desesperanzador de la situación, simplemente desertaron en silencio. El hecho de que haya un solo puente no significa que sea la única forma de salir del área.
Utilizando el escondite de las sombras, los hombres familiarizados con el campo podrían haberse simplemente fundido con el paisaje.
Los agricultores de la zona, que no formaban parte de la ideología comunista en desarrollo de China ni participaron directamente en la guerra con Japón, pudieron haberse inclinado a ayudar a esconderse y encubrir a los soldados que huían.
Si fue una deserción, hay buenas razones para que tal informe no se conociera; China se estaba convirtiendo en un verdadero país comunista, y por razones ideológicas y morales, nadie con autoridad admitiría jamás la noticia de que los soldados que luchan por la «rectitud» del comunismo se dignarían a desertar, incluso hasta el día de hoy.
Otra razón más simple para no informar una deserción podría haber sido el hecho de que habría destruido la moral, y una deserción masiva por parte de los chinos habría sido una gran propaganda para los japoneses contra el gobierno chino, haciéndolos parecer tontos y débiles en el escenario mundial.
También hay varias teorías en línea para explicar las desapariciones, como un secuestro de OVNI, o que las tropas se retiraron a una capa subterránea hueca de la tierra.
Sin embargo, puede haber otra explicación, y tal vez sea la más razonable: nunca sucedió, no existió tal batallón o nunca hubo una desaparición. La historia puede muy bien ser nada más que folclore.
Todo lo que permanece son conjeturas.
Hola, dos cosas: a) cualquier supuesto desertor dejó todo un pasado personal, y aunque fuera algunos años o décadas después hubiera contactado familia ¿un gobierno como el chino no pudo investigar eso en el tiempo para cerrar hipótesis?
b) ya sé que’los ovnis no existen’ y no te dejan de última poner la lupa porque incomoda a quienes los ocultan en su provecho, pero… hmmm!
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