Hay un proverbio en la biografía del General Li en el libro de las Memorias Históricas de China (Shiji).
El proverbio dice: “El General Li no era bueno para hablar, pero cuando él murió, mucha gente vino de todas partes lamentando su muerte debido a su lealtad y sinceridad hacia otros. Eso quiere decir que la integridad de una persona habla por sí misma«.
Estas palabras se refieren a Li Guang, un muy conocido general de la Dinastía Xihan. Siendo sabio y valeroso, el General Li hizo grandes contribuciones en la defensa contra los enemigos invasores.
Aparte de su dominio en las artes marciales, fue conocido por preocuparse de sus soldados. Un día marchando bajo un clima muy frío, el General Li vio a un soldado con sus piernas heridas caminando con mucha dificultad.
Él se bajo del caballo y le dijo al soldado que montara mientras gentilmente lo consolaba. Todos aquellos soldados que presenciaron esto se conmovieron.
Cuando pararon por un descanso, se dieron cuenta que las tropas tenían un limitado abastecimiento de comida. El General Li dio su propia porción de comida al soldado herido y durmió con el estómago vacío esa noche.
Demostrando tal sinceridad y cuidado, Li se ganó la confianza de sus soldados. Aunque él no habló sobre esto, los soldados estaban conmovidos y por lo tanto lucharon valientemente en contra de sus enemigos.
Cuando la gente se enteró de su muerte, todos los soldados, así como también como algunos civiles, lloraron. Shi Maqian registró esto en Shiji en elogio al General Li.