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Por Trinidad Reyes
Llama la atención que en relatos orientales se conozcan fenómenos como la levitación o la anti gravedad, y que aún no se haya dado una explicación racional, desde la ciencia actual o el conocimiento científico formal . Sí, pareciera existir un intento de esconder tales fenómenos, o de no tomarlos en cuenta; así que en esta serie de artículos, intentaremos exponerlo.
Ya desde Isaac Newton, cuando siendo joven observó caer una manzana, esta experiencia le permitió pensar en la fuerza de atracción de los cuerpos, que lo llevaría en el futuro a plantear la Ley de la Gravitación Universal. Después de que Albert Einstein, comparara sus propias observaciones, concluiría que la gravedad no es una fuerza, sino que es algo geométrico debido, según él, a la deformación de los campos o los espacios, por la presencia de los cuerpos. Ese “ambiente” espacio-temporal se deforma por la presencia de un cuerpo, algo similar a tener una tela en la que se coloca un objeto pesado, lo que hace que, por ejemplo, una canica tienda hacia ella.
Sin embargo, una información reciente arroja otra luz, abriendo nuevos horizontes sobre la interacción de los objetos. En el 2010 el Dr. Erik Verlinde, un teórico de cuerdas respetado y profesor de física en la Universidad de Amsterdam, declaró en el New York Times, que la gravedad es una ilusión, que la gravedad es una consecuencia (en sus palabras), de las venerables leyes de la termodinámica que describen el comportamiento del calor y los gases. Por tanto, deja de lado la mecánica celeste de Newton y la mecánica relativista de Einstein.
Verlinde la llama Gravedad Entrópica, que sería en pocas palabras, la tendencia de los cuerpos de aumentar su entropía.
Según comenta Eirk Verlinde, para llegara a ésto, tuvo que dejar la idea de una fuerza, como lo declaró en su momento, al NYT. Dijo que en vez de fuerza gravitacional, es información entre dos cuerpos. Un objeto moviéndose alrededor de otros objetos pequeños, cambiaría el desorden que los rodea, y la gravedad se haría sentir.
La explicación resulta del descubrimiento de que el universo es un inmenso holograma (que parte de las teoría cuántica), es decir, que de una imagen de un objeto (bidimensional) se puede obtener más información de otras dimensiones (tridimensional). Así, el principio de holografía de la teoría cuántica dice que: toda la información contenida en cierto volumen de un espacio concreto, se puede conocer a partir de la información codificable sobre la frontera de dicha región.
Esta información en el holograma del universo cambiaría, en la interacción de dos objetos, o la entropía . Es decir, en el universo el comportamiento de los objetos contendrían una información (en bits), para su interacción. Y las respuestas a esa interacción (entropía), sería la gravedad (o una fuerza de naturaleza entrópica) o esa supuesta atracción descubierta por Newton y después con la teoría relativista de Einstein.
Algunos físicos van más allá al afirmar que hay equivalencias en las medidas de energía de la materia y los bits de información de la entropía. Si es así, el universo sería un super-organismo inteligente, que contendría la información para las interacciones (o un universo «digital», en términos modernos) y equilibrio del sistema.
En base a este modelo, algunos planteamientos para explicar la gravedad en base a partículas como los gravitones, ya no entrarían, y sí explica lo que ocurre en los hoyos negros y demás peculiaridades observadas en el universo.
La siguiente pregunta surge: ¿ese arreglo o interacción (o información) de los objetos, puede modificarse y por tanto alterar la interacción que tenían? La respuesta teórica en base al razonamiento anterior es, sí. No de un elemento externo que cambie esta interacción, como ha ocurrido con los aviones o cohetes, sino con los objetos (en sí mismos) que se han observado levitar.
Sin embargo independientemente de la explicación teórica sobre la gravedad, desde principios del siglo XX se empezó a trabajar para lograr el sueño del hombre: volar. Y ser libre de esta fuerza o del efecto de estar atado a la tierra. Se desarrolló tecnología, muy diferente a la que se desarrollaba en ese momento, de la cual comentaremos en el siguiente artículo.
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