La Flor de Nochebuena, símbolo de belleza

 Por: Axayacatl A.

Es una planta asociada a la Navidad ya que su floración coincide a finales de año (en Noviembre y Diciembre) incluso puede extenderse hasta Enero, sin embargo su plenitud se encuentra el 24 de Diciembre.

La Flor de Nochebuena (Euphorbia pulcherrima) es originaria de México,  con poblaciones nativas en las sierras de la vertiente del pacifico, ella con el tiempo se ha convertido en icono de la Navidad.

La flor es conocida también como Hoja Encendida en Centroamérica; en Guatemala la conocen como Guacamayo;  Corona de los Andes en Chile y Perú, en Venezuela es Flor de Navidad. En Argentina Flor Federal; Poinsentera, Christmas flower en Estados Unidos,  etc.

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 Los investigadores no tienen claro su origen y sin embargo existen leyendas relacionadas con este. Se relacionaron con el niño dios de la religión cristiana durante la época colonial y aún se les asocia al día de hoy. Otra analogía es que fueron producto de la sangre derramada durante las guerras entre los imperios del antiguo México.

 Su nombre más conocido entre los habitantes de México, que mantienen las antiguas tradiciones prehispánicas es Cuetlaxochitl, que se forma con dos vocablos: cuetlaxili, que significa cuero y xóchitl, flor, su traducción literal es: Flor de Cuero. Debido al color rojo de los pétalos, semejante a la piel recién desprendida.

 La flor Inxochitl, como se le llamó en náhuatl en la antigüedad, fue símbolo de belleza; no sólo en un sentido estético, o por su color o su aroma, sino también por el sentido meta-fónico, al aludir a ella como símbolo de lo más bello de la creación e  inspiración del arte y de los sentimientos del hombre.

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 La relación de los sentimientos con la naturaleza, era usual en la cultura de los habitantes del México antiguo. En la poesía, a través de la belleza de las flores, “in- xochitl incuicatl”, traducido como: “el hombre a través del canto”. Al agregar la belleza, la fragancia que la flor produce, da como resultado esa hermosa dualidad entre el «hombre y la naturaleza».

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 Su origen en el ámbito religioso se remonta también en las épocas del antiguo México. Los pueblos mesoamericanos en su amor por la naturaleza y las plantas, usaban esta flor para decorar los santuarios de los dioses.  Para muchas culturas, el color rojo está asociado a la renovación de la vida y al renacimiento del Sol durante el Solsticio de Invierno.

Tal vez por estas razones en la época colonia empezó a ser utilizada como adorno en los templos en la época de la navidad, lo cual con el tiempo se extendió por todo el mundo.

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