Todos creemos que el amor a la familia y la fe son importantes. Pero ¿qué tan importantes son?
En 1900, el educador y pastor estadounidense A.E. Winship investigó a los descendientes de dos personas: una de las personas fue uno de los predicadores y teólogos más renombrados de América, Jonathan Edwards, el otro era un hombre que vivió en Nueva York aproximadamente en el mismo período, conocido como Max Jukes. Max Jukes fue un hombre que vivió en la frontera y descendía de los primeros colonos holandeses. Fue un bebedor empedernido, irreverente, y sin educación.
A.E. Winship comparó a los descendientes de ambos hombres y presentó su investigación en un libro titulado Jukes-Edwards: A Study in Education and Heredity (un estudio en la educación y la herencia).
En cuanto a los descendientes del predicador Jonathan Edwards, encontró a un vicepresidente de los Estados Unidos, 3 senadores, 3 gobernadores, 3 alcaldes, 13 presidentes universitarios, 30 jueces, 65 profesores, 80 funcionarios públicos, 100 abogados, 62 médicos, 75 oficiales del Ejército o de la Armada y 100 clérigos, misioneros y profesores de teología. Prácticamente no había infractores de la Ley.
Por otra parte, entre los descendientes de Max Jukes se hallaron: 7 asesinos, 60 ladrones, 128 prostitutas, 140 otros convictos, 280 indigentes y 440 fueron físicamente destruidos su adicción al alcohol. De los 1,200 descendientes estudiados, 300 murieron prematuramente.
¿Cómo se explica esto? La historia de Jonathan Edwards es un ejemplo de lo que algunos sociólogos llaman la «regla de las cinco generaciones«, según la cual dice: cuando un padre educa a su hijo; el amor que le dan, los valores que le enseñan, el ambiente emocional que le ofrecen, la educación que le proporcionan – no sólo influirá en sus hijos, sino a las cuatro generaciones siguientes.
El predicador Jonathan Edwards demostró un fuerte sentido del deber en su papel de padre. También fue muy trabajador, inteligente, y tenía altos estándares morales. Además, en su estudio A.E. Winship afirmó sobre la Sra. Edwards:
«Gran parte de la capacidad y el talento, la intensidad y el carácter de los más de 1,400 descendientes de la familia Edwards se debió a la Sra. Edwards».
En contraparte, A. E. Winship describió así a los descendientes de Max Juke:
«Los rasgos casi universales de la familia eran la ociosidad, la ignorancia y la vulgaridad. No trabajaron, no pudieron estudiar y amaban la vulgaridad … Es muy difícil encontrar a alguien que sea honesto emprendedor, bien intensionado y próspero».
Jonathan Edwards fue apoyado por el amor de su familia y el poder de la fe, lo que ejerció una poderosa influencia sobre sus descendientes. Plantó dos semillas importantes: una dedicada a la familia y la otra, una fe en Dios y en sí mismo.
Traducido por Yi Ming
Excelente información, gracias por las citas y por la indicación de la Bibliográfica. Bendiciones.
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