La cueva de de los mil budas, uno de los sitios históricos más significativos de China

El Corredor Hexi en el noroeste de China está bordeado por desiertos al sur, vastas mesetas al norte y montañas al este y al oeste. En este estrecho pasaje, nos encontramos con la ciudad de Dunhuang —una bendita parada en la Ruta de la Seda, y hogar de un famoso punto de referencia chino.

Durante siglos, Dunhuang ha sido un lugar especial para el viajero cansado, y no sólo por su centro comercial. A 22 kms. de su bullicioso mercado se encuentran las Cuevas Mogao, el hogar de una de las colecciones más impresionantes de pinturas y estatuas  budistas del mundo. Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.

Estas Grutas, creadas en el año 366, también conocidas como las «Cueva de los Mil Budas», tienen una historia encantadora. Como dice la leyenda, un monje budista llamado Le Zun estaba haciendo el largo viaje al Paraíso Occidental.

Le invitamos a ver este video (idioma inglés, sugerimos configurar subtítulos):

Cruzando el Desierto de Gobi, se detuvo en la Montaña Sanwei, cerca de Dunhuang. Allí encontró una fuente especial, y habiendo saciado su sed con sus dulces aguas, se sentó a descansar.

Era el atardecer, y estaba admirando la puesta del sol cuando de repente, las montañas comenzaron a brillar. Alzando la cabeza, vio una imagen de un glorioso Buda Maitreya dorado flotando en el cielo. Mil Budas brillantes emergieron, rodeados de hadas voladoras tocando música celestial.

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Mural de Buda rodeado de bodhisattvas encontrados en las Cuevas de Dunhuang. (Imagen: Wikimedia Commons)

Profundamente emocionado por la escena radiante, Le Zun inmediatamente decidió quedarse y celebrarlo. Había aprendido pintura y escultura, por lo que utilizó esas habilidades para recrear su visión. Años más tarde, otro monje budista llamado Fa Liang llegó al mismo lugar, y tuvo una visión idéntica. Fa Liang entonces llenó una segunda cueva con pinturas y estatuas de la escena divina.

Mogao rápidamente se convirtió en un lugar de peregrinación para budistas, artistas, funcionarios y muchos otros. Más de 500 cuevas fueron excavadas en la montaña Sanwei, muchas de ellas durante la dinastía Tang. Hoy en día, se conocen como las cuevas de Dunhuang o de Mogao, y alojan algunas de las obras más finas de la dinastía Tang.

Una de las estatuas más famosas de Mogao es la figura de cerámica de Maitreya Buda. Con más de 33 m. de altura, es una de los más grandes del mundo. En siglos subsiguientes se llenaron las cuevas con escrituras religiosas, así como con innumerables murales de Buda.

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Escrituras budistas, estatuas y pinturas encontradas en las cuevas de Dunhuang. (Imagen: Wikipedia Commons)

Para los antiguos chinos que creían que el Cielo protegía a los piadosos, las imágenes de las cuevas eran particularmente llamativas. Algunas representaban la gran solemnidad de Buda, mientras que otras mostraban los terrores del infierno para los malvados. Era una creencia común que las deidades se les aparecieran a los fieles en visiones, y así las escenas se tomaron como representaciones exactas de una visión terrenal de los reinos de otro mundo.

 

 

 

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