
Por Cecilia Kuan —
La policía de China ha detenido a 171 sospechosos y ha rescatado a 64 bebés, después de realizar una intensa redada a lo largo de seis provincias y desmantelar seis bandas de traficantes de bebés. Otra investigación está en marcha para localizar a los padres de los bebés robados.
La operación reveló también una nueva tendencia en el tráfico de bebés según la cual las mujeres embarazadas se quedan cerca de sus compradores hasta el parto.
Algunas mujeres embarazadas incluso permanecen en pocilgas con tal de evitar a las patrullas.
Zhang Qing, una aldeana de Henan de 30 años, tiene una hija de 4 años de edad, pero fue tanta su desesperación por un hijo varón, que por medio de la agencia Qin Yunxiu, se contactó con una mujer embarazada y acordó comprarle el bebé si era un niño.

Zhang pagó 70,000 yuanes por un niño recién nacido. Dejó a su hija en casa de sus padres, para hacerse cargo del bebé y le puso por nombre Ming Ming.
Pero pronto se encontró con que el bebé, que supuestamente era sano, no respondía a los estímulos normalmente. Ella pensó que tenía una gripe, pero fue diagnosticado con encefalopatía en el hospital. Sin embargo, Zhang no se rindió y pagó por el tratamiento.

Todos los bebés que son encontrados por la policía son llevados a un hospital para su revisión y observación, incluyendo a Ming Ming. Quedan alojados en casas de asistencia social a la espera de su adopción.
La policía apunta a tres grupos de personas implicadas en el comercio de bebés: los padres, los compradores y terceras personas, quienes obtienen beneficios de este ilícito como agentes, cuidadores y personal médico.