Por Emma Lu
El año pasado la Biblioteca de Hang Zhou cambió su política, abriendo sus puertas a los recolectores de basura y a los indigentes, con una única condición: «lavarse las manos antes de entrar».
Uno de los primeros en aprovechar esta nueva política fue Wei Si-Hao.
Wei había sido recolector de basura durante muchos años y estaba decidido a leer periódicos y a saber más sobre el mundo. Muchos internautas admiraron su determinación por obtener conocimientos.
Lamentablemente, no pudo cumplir su sueño: falleció tras un accidente automovilístico.
Pero lo que dejó atrás fue de gran impacto para todos.
Wei Si-Hao se convirtió en recolector de basura sólo para ganarse la vida tras su jubilación
Su nombre era Wei Si-Hao y era de Hangzhou. Wei Si-Hao se graduó en la Universidad de Zhejiang, donde se especializó en chino y llegó a ser profesor de secundaria.
Se había jubilado como profesor y recibía una pensión mensual, lo que debería haberle proporcionado una cómoda jubilación. Pero aún así, Wei era pobre y tenía que recoger basura para ganarse la vida.
Al morir no dejó dinero, pero sí algunas cosas de valor incalculable.
Wei vivía en una casa sencilla que le habían regalado hacía tiempo, donde sólo tenía una cama y una pequeña lámpara.
Llevaba una existencia muy austera y solitaria. Tenía una buena relación con todas las personas que se cruzaban por su camino, es más, daba todo lo que tenía con mucho amor a los niños que sufrían.
Vivía una vida con muchos sacrificios materiales, llegar a la vejez y no estar rodeado de tu familia, y trabajar en la calle para mantenerte… requiere de mucho valor y esfuerzo.
10 años antes de su muerte firmó unos papeles en los que manifestaba su deseo de donar sus órganos, lo que fue llevado a cabo, por supuesto, luego de su fallecimiento.
Solía usar un par de zapatillas blancas barrosas y cargaba un palo de bambú con bolsas plásticas llenas de botellas y tarros. Cuando se observaba su caminar, a simple vista podías notar un alma solitaria que vagaba por los márgenes de la vida, y al mirar sus ojos, se notaba su inocencia y desprendimiento.
Es lindo poder contar y leer estas historias de vida. Hoy cuando camines por las calles, cuando vayas a tu trabajo, al club, cuando regreses a tu casa, cuando vayas a visitar a tus amigos, o simplemente salgas de compras, mira a tu alrededor, observa las personas que te rodean, cada una tiene su historia de vida, y te aseguro que si decides mirar con ojos de pureza (sacando pre-conceptos, e ideas que juzgan), vas a encontrar muchas sorpresas en tu camino…
Quizás te encuentres con un Wei Si-Hao, un anciano encantador que hasta último momento dió calidez a las personas que lo rodeaban.