Iniciativa por los derechos humanos en China, Desmond Tutu y Chen Guangcheng

Por: Kan Zhong Guo Staff

Desmond Tutu y Chen Guangcheng
Desmond Tutu y Chen Guangcheng

En  una iniciativa por los 25 años de la masacrare de Tiananmen el premio nobel de la Paz el ministro cristiano Desmond Tutu y Chen Guangcheng un abogado chino ciego el cual ha sufrido represalias por el gobierno chino por defender a disidentes chinos. Se han unido para detener las violaciones de derechos humanos en china, señalando los campos de labores forzadas que son utilizados para acallar estas voces. Muchos de los detenidos son personas que profesan el cristianismo, el budismo tibetano y practicantes de Falun Gong. La carta califica de abominable el hecho de la extracción de órganos en innumerables casos.

También esta hace un llamado a la comunidad internacional, para no ignorar las atrocidades cometidas por los dirigentes chinos en contra de su propia ciudadanía. El sueño de China, seguirá siendo una herida abierta, solo cuando la dignidad y los derechos humanos universales de sus ciudadanos sean protegidos y respetados.

Por último se solicita la firma en Community para apoyar esta petición.  La página señala: “… se dice que las acciones en materia de los derechos humanos en China «no hacen ninguna diferencia», porque el partido gobernante en China es «muy fuerte» y «nada se puede hacer. Te decimos, NO estamos de acuerdo, por lo que te pedimos que compartas esta petición con los amigos, compañeros de trabajo, grupos en Facebook, Twitter y otros sitios. Se creativo sobre la forma de compartir y hacer correr la voz. Trabaja con nosotros, ahora y hasta el año que viene, para hacer de ésta una de las peticiones más importantes a celebrarse jamás”.

Abajo la carta completa en español:

UN AÑO PARA LOS DERECHOS HUMANOS EN CHINA

De junio 2013 a junio 2014, el mundo se acercará a los 25 años de la masacre de Tiananmen, ocurrida en China en 1989 cuando el ejército chino abrió fuego y mató a miles de estudiantes y otros manifestantes pacíficos.

Hoy en día el entrante presidente Xi Jinping convoca a un «renacimiento» en China y a hacer realidad el sueño de China. Al mismo tiempo, muchos de los líderes y medios de comunicación chinos han reconocido que el sueño de China no puede convertirse en una realidad sin una reforma social y política.

Tomamos las declaraciones del presidente Xi Jinping como una pequeña oportunidad para tener la esperanza de que China, mientras va reafirmando su rol de potencia mundial, comenzará a deshacerse de algunas de sus prácticas más opresivas.

Tenemos motivos para pensar que él y otros dirigentes chinos escucharán la voz de los ciudadanos comunes de todo el mundo, cuando decimos que el sueño de China no existirá y no podrá realizarse mientras sus ciudadanos estén sujetos a «reformas de pensamiento» mediante opresivos campos de trabajos forzados.

Desde la Revolución Cultural de China, literalmente millones de ciudadanos chinos se han visto forzados a ser esclavos en campos de trabajos forzados por lo que llaman «delitos relacionados con el pensamiento y la libre expresión». En los últimos tiempos hay un porcentaje cada vez mayor de personas inocentes, tales como;  abogados que intentaron defender sus propios derechos y los derechos de otros, gente común que por intentar defender sus derechos fueron secuestrados y enviados a la cárcel para ser perseguidos, por manifestar su lealtad a su líder religioso, como el Dalai Lama, por participar en religiones cristianas que no han sido «autorizadas» por el Partido Comunista, por practicar una disciplina ancestral llamada Falun Gong, basada en los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia.

Declaraciones de ex reclusos de los campos de trabajos forzados describen a prisioneros que viven al borde de la inanición y exhaustos por permanecer en ambientes contaminados y terribles, mientras son obligados a fabricar productos comerciales, productos que compramos, sin saberlo, en las tiendas occidentales. Una innumerable cantidad de prisioneros, cuya cifra se cree alcanza las decenas de miles, han sido ejecutados y sus órganos sustraídos para ser vendidos: una práctica tan abominable que casi está más allá de nuestra comprensión.

Al acercarse este histórico aniversario, los líderes del mundo actual tienen la oportunidad de diferenciarse de los líderes del pasado quienes, en aras del progreso económico o en nombre de la «seguridad nacional», han ignorado las atrocidades cometidas por los dirigentes chinos en contra de su propia ciudadanía. Pedimos a nuestros líderes que hablen en nuestro nombre al presidente Xi Jinping y al Partido Comunista Chino. Díganles lo que ellos ya saben: que el sueño de China sólo podrá lograrse cuando la dignidad y los derechos humanos universales de sus ciudadanos sean protegidos y respetados. Y que el sistema en los campos de trabajos forzados y la brutal represión a la libertad de pensamiento, de conciencia, de expresión, y de los derechos humanos más básicos, son y seguirán siendo una herida abierta en el sueño de China hasta que estos sean confrontados y abolidos.

Dios los bendiga,

Arzobispo Desmond Tutu y Chen Guangcheng

Prisioneros en el campo de trabajo en Masanjia, hacen diodos eléctricos a mano. Esta es la imagen es de un video obtenido por NTD de una fuente confidencial 2008 (NTD)
Prisioneros en el campo de trabajo de Masanjia, hacen diodos eléctricos a mano. Esta es imagen de un vídeo obtenido por NTD de una fuente confidencial en el 2008 (imagen: NTDTV)

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