Por Guan Ming
En la antigua china no había tomografía, ultrasonido, rayos X o resonancia nuclear magnética. Los antiguos médicos eran capaces de confiar en los sentidos del cuerpo para recopilar información de diagnóstico.
En los tiempos modernos, tras años de tanteos, un nuevo sistema teórico ha sido establecido, la ciencia médica china. Sus teorías confían en la recopilación de manifestaciones patológicas externas para revelar la naturaleza de la patología. Pero en la antigua medicina china, Hua Tuo fue un médico cuyo genio no tenía igual.
Hua Tuo nació en los últimos años de la Dinastía Han del Este. Poseía amplias tecnologías médicas y era bueno operando. Las generaciones posteriores le llamaron “el maestro de la cirujía” y “el creador de la cirujía”. Su uso del mafeisan (un anestésico compuesto de vino y canabis) para anestesiar a los pacientes durante la ejecución de una laparotomía, es la más antigua aplicación de anestesia general para cirugía registrada en la historia. Desarrolló el Wuqinxi (ejercicios de los cinco animales), que imitaba los movimientos del tigre, ciervo, oso, mono y grulla. Estos ejercicios ofrecieron una vía excelente a la gente para mantenerse en forma. Más tarde, Cao Cao, el primer ministro de la Dinastía Han del Este, lo reclutó en su palacio como su médico asistente. Murió en prisión y su escrito “Libro de la Píldora Verde” (Qingnang Shu) nunca salió a la luz.
La pérdida de su padre le hace la vida dura; la inteligencia innata hace crecer un carácter de extraordinaria agilidad
Las leyendas históricas retratan a Hua Tuo como listo e inteligente. Cuando tenía siete años su padre murió, dejando a su familia empobrecida. Su madre le permitió aprender medicina con el doctor Cai, quien era un amigo cercano de su padre. El Dr. Cai se preguntaba si Hua Tuo tenía algún talento para los estudios médicos y decidió probarlo primero.
Había una morera en el jardín del Dr. Cai. Las ramas más altas estaban fuera de alcance, y demasiado lejos para escalar hacia ellas. Así que el Dr. Cao le preguntó a Hua Tuo: “¿Puedes arreglártelas para arrancar las hojas de las ramas más altas y bajarlas?” Hua Tuo contestó: “¡Es fácil!” Entonces tomó un trozo de cuerda y ató una piedra a ella. Simplemente lanzó la cuerda por encima de las ramas y tiró de la cuerda hasta que pudo bajar las ramas. Después tomó las hojas de la morera con sus manos.
El viento ayuda al diagnóstico; la toracotomía es usada para curar enfermedades aparentemente incurables
Hua Tuo vio una vez a un carretero que tenía la cara amarilla y respiraba rápido. Su enfermedad parecía seria. Tras examinar su situación, Hua Tuo concluyó inmediatamente que la persona sufría de apendicitis. Hua Tuo dejó que el paciente bebiera mafeisan y después usó un cuchillo para abrir el abdomen del paciente. Cortó la parte infectada de los intestinos, lavó dentro y después cosió al paciente. Untó un ungüento antiflogístico en la herida. Pocos días después, la herida sanó y el paciente volvió a la normalidad.
Diferentes tratamientos para los mismos síntomas
Dos funcionarios del gobierno llamados Ni Xun y Li Yan se dirigieron a Hua Tuo para que les curara sus enfermedades. Ambos tenían dolores de cabeza y fiebre, sus síntomas de dolor eran idénticos. Hua Tuo dijo: “Ni Xun debería liberar los factores patogénicos vía diarrea; Li Yan debería disipar la enfermedad vía diaforesis”. Al preguntarle sobre los dos diferentes tratamientos, Hua Tuo contestó: “Ni Xin obtuvo una enfermedad real del exterior, pero Li Yan tuvo un desorden interior, así que deberían tener tratamientos diferentes”. Después de tomar la medicina, ambos volvieron a la normalidad al día siguiente.
Muerte en prisión; escritos médicos no salen a la luz
Las magníficas habilidades médicas de Hua Tuo eran excelentes. Fueron conocidas en todos los lugares. Su paisano Cao Cao a menudo sufría de dolores de cabeza crónicos y muchos tratamientos eran inefectivos. Cao Cao oyó que Hua Tuo era habilidoso, así que le pidió a Hua Tuo que le curara. Tan pronto como Hua Tuo le trató, el dolor de cabeza de Cao Cao terminó inmediatamente. Cao Cao tenía miedo de que la enfermedad recurriera, así que obligó a Hua Tuo a que permaneciera en Xuchang como su médico personal. Más tarde, el dolor de cabeza de Cao Cao recurrió, así que le pidió a Hua Tuo que diagnosticara la causa. Hua Tuo contestó: “La enfermedad del primer ministro sólo puede ser eliminada de raíz abriendo la cabeza y haciendo cirugía”. Cao Cao se quedó estupefacto al oír esto y pensó que Hua Tuo pretendía dañarle. Ordenó que Hua Tuo fuera encarcelado. Hua Tuo más tarde murió en prisión. Antes de morir, Hua Tuo terminó su escrito médico Libro de la Píldora Verde y se lo entregó al jefe de la prisión. Pero el jefe de la prisión no se atrevió a aceptarlo por miedo a ofender a Cao Cao. Finalmente, Hua Tuo quemó el libro.
Traductor: Xianghai
Muy buena la nota, salvo por la errónea aclaración sobre el «MAFEISAN».
No era un compuesto a base de cannabis sino de ESTRAMONIO, planta tóxica que con el agregado de otros ingredientes (Lü tou, Kan tsao, Huang lien, por ejemplo, macerados en vino decereales) reducía su toxicidad pero incrementaba el efecto sedante y anestésico.
También hay una famosa historia de la anestesia de Hua Tuo en el romance de la novela histórica de los Tres Reinos.
Dicen que Hua Tuo trató al general de Shu Han, Guan Yu, quien había sido golpeado con una flecha envenenada durante la batalla. Hua Tuo se ofreció a anestesiar a Guan Yu, pero él simplemente se rió de que él no tenía miedo del dolor. Hua Tuo utilizó Mafeisan, acupuntura para anestesiar, un cuchillo para cortar la carne del brazo de Guan Yu y raspó el veneno del hueso, y los sonidos de sanación enfriaron a todos los que lo oyeron. Durante este tratamiento, Guan Yu continuó jugando el juego de mesa weiqi con Ma Liang, sin inmutarse por el dolor. Cuando más tarde preguntado por Ma Liang, Guan Yu, dijo que se fingió estar ileso para mantener la moral de la gran ejército. Después de la operación exitosa de Hua Tuo, Guan Yu lo recompensó con un suntuoso banquete, y le ofreció un regalo de 100 onzas de oro, pero él se negó, diciendo que el deber de un médico fue curar a los pacientes, y no la obtención de beneficios.
¡Muchas gracias por sus comentarios y aclaración!
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Atte.
Los Editores
Excelente historia y aclaración a la nota. Interesante, fascinante me resulta la la cultura e historia China, ni siquiera me interesa la historia occidental en la que vivo…
Muchas gracias por tus comentarios «Alita»