Por Armin Auctor
Encontrarse en una situación de diáspora hace que las personas a menudo se aferren estrechamente a sus culturas y tradiciones. Cuando los italianos viajaban a América con la esperanza de una nueva vida, traían consigo sus jardines.
En este caso, se trata de las higuras, o higueras de inmigrantes italianos, como también se les conoce. La historia de las higueras y cómo viajaron a un nuevo suelo para prosperar es interesante y merece ser narrada.
El viaje de la higuera Italiana a suelo americano
Cuando se trata de mantener las tradiciones, pocos pueden competir con los italianos. Cuando viajaban a diferentes rincones, llevaban consigo su cultura y la mantenían. Tan profunda fue su dedicación que los nativos también aceptaron esta cultura extranjera e incorporaron parte de ella en sus tradiciones.
Italia, como la mayoría de los países europeos, valora a la familia y los amigos por encima de todo lo demás. No es raro que los niños se queden con sus padres incluso después de haber crecido, conseguido un trabajo y contraído matrimonio .
Las reuniones familiares son comunes en Italia, como una actividad de fin de semana. Este valor se transmite de generación en generación.
A finales de 1800, los italianos comenzaron a extenderse y cuando se fueron, se llevaron parte de su cultura nativa con ellos, en forma de huertos y lo más importante, higueras. Los italianos tienen una profunda fascinación, incluso devoción, por la higuera.
Al ser un árbol que crecía rápido y daba abundantes frutos, la higuera a menudo ayudaba a los pobres a sobrevivir durante los tiempos difíciles. En Italia, el higo representa la abundancia, la dulzura y la fertilidad.
Y al igual que la representación simbólica, la planta ha sido una bendición para el pueblo de Italia durante siglos. La agricultura en el sur de Italia dependía de las higueras, que suministraban fruta que podía secarse y almacenarse durante los tiempos de escasez. Los árboles también simbolizaban la adaptación.
Cuando los italianos fueron a tierras extranjeras, nunca se olvidaron de llevar un palo de higuera con ellos. Este árbol creció con facilidad en Italia pero tuvo dificultades para adaptarse a nuevos suelos. Sin embargo, la planta sobrevivió y prosperó con un tierno cuidado amoroso.
El proyecto del Jardín Italiano
La higuera y su historia de supervivencia en América es una historia única. Si una persona da un paseo por su vecindario, puede marcar fácilmente casas cuyos habitantes son de ascendencia italiana.
Estos hogares, tienen al menos un par de higueras que representan lazos ancestrales con su Tierra natal. Documentando la historia de este árbol Mary Mennti, una mujer italoamericana, creo el sitio web Italian Garden Project.
Siendo nieta de inmigrantes italianos, María se ha acostumbrado a las tradiciones que sus antepasados italianos han transmitido y una de las más importante era cuidar la higuera.
Italia es un país que experimenta condiciones climáticas mediterráneas. Esto significa que los inviernos son los más frescos y húmedos. Un árbol que prospera en un clima así podría renunciar a un suelo que es frío y a menudo se puede congelar. Pero la higuera, siendo fiel a su naturaleza, sobrevivió y prosperó.
Los inmigrantes que llevaron palitos de higuera con ellos a fines de 1800 tuvieron que probar muchos métodos para encontrar la manera perfecta de mantener vivos estos árboles. Encontraron la manera de hacer envoltorios de estopa y descubrieron que cubrir el árbol con capas de tela lo mantenía a salvo.
Este método de mantener viva la higuera se convirtió en una nueva tradición italiana que mantuvo viva su cultura. A los niños se les enseñó a cuidar las higueras en sus jardines durante el invierno y esta tarea creó un vínculo intergeneracional entre los abuelos, los padres y la nueva generación.
El Proyecto jardín italiano, se inició para convertirse en una especie de biblioteca para documentar las formas correctas de cuidar la higuera. Mary Menniti comenzó este proyecto, después de recopilar historias de varios italianos que viven en Estados Unidos, que se acercaron a ella cuando vieron una higuera en su casa.
El árbol creó un vínculo entre extraños, que están conectados por el amor hacia su país. Este proyecto, es una forma de celebrar la sabiduría y la unión que se ha convertido en parte inherente al cultivo de higueras.
