En esta era de engaños, una historia sobre Sócrates sigue siendo relevante. El famoso filósofo griego nos enseña a lidiar con los rumores, en otras palabras, con las noticias falsas o como se les dice ahora fake news.
La historia comenzó con Sócrates dando sus habituales paseos al gimnasio, cuando de repente, uno de sus discípulos corrió hacia él y con una voz ansiosa, lo llamó:
– «Maestro, acabo de oír algo sobre su amigo Diógenes y quiero decírselo urgentemente».
Sócrates siguió caminando, no miró a su estudiante sino que simplemente respondió:
– «Lo que quieres decirme, ¿es la verdad? ¿Has verificado los hechos?»
A lo que el estudiante respondió negativamente. Siguieron adelante, pero el estudiante no pudo contener su emoción e insistió:
– «Pero tiene que escuchar esto Maestro. Le encantará».
Sócrates no respondió inmediatamente y luego comentó:
– «Está bien, ¿pero son buenas noticias? ¿Sirve de algo una vez que me lo digas?»
El estudiante volvió a responder:
– «No».
Después de un rato, continuó:
– «Pero Maestro, realmente necesito decirle esto».
El tiempo no es la única víctima de los rumores. ¿Qué hay de la reputación del sujeto del rumor? ¿Qué hay de su reputación como fuente de información veraz cuando se es parte de la difusión de este rumor?
¿Qué pasa si, de acuerdo con el rumor, alguien tomó una acción que se volvió destructiva y causó daños a sus semejantes y repercusiones en la sociedad? ¿Y si alguien que confió en tí tomó el rumor como la verdad y se formó una opinión que llevó consigo toda su vida?