Por Troy Oakes —
Por desgracia, lo que lees en muchos sitios web y ves en YouTube no siempre se ajusta a lo que observas en las fotos del volcán Kawah Ijen de Indonesia, del fotógrafo francés Olivier Grunewald. La web se ha vuelto loca con la especulación por estas imágenes.

El color de la lava difiere ligeramente, pues está determinado por su composición mineral, pero la mayor parte de la lava presenta un color rojo o naranja brillante en su estado fundido, dependiendo de la temperatura. Así que la lava (roca fundida) que emerge de este volcán no es diferente a cualquier otra lava. Es el hecho de que hay una cantidad muy alta de gases sulfúricos a alta presión y a altas temperaturas, que se quema en la parte superior de la lava, lo que le da ese aspecto azul.

Con el azufre expuesto al oxígeno y la lava proporcionando calor, el azufre se quema, emitiendo un color azul.
Porque no es que la lava sea azul, el efecto sólo ocurre por la noche cuando puedes ver las llamas. Durante el día, el Kawah Ijen se ve como cualquier otro volcán.

Según el fotógrafo Olivier Grunewald de smithsonian.com: «El problema principal eran los gases ácidos que se arremolinaban constantemente en el cráter, y además en la noche se aumentó seriamente la dificultad, porque se volvió casi imposible ver cuando a veces llegaban gases densos; nos quedamos atrapados en medio de columnas de gas durante más de una hora, sin poder ver nuestras manos».
También dijo: «Durante mi primer viaje, perdí una cámara y dos lentes que fueron corroídos por el ácido después de regresar a casa; tomó como tres semanas para que nuestra piel perdiera el olor a azufre».
Las fotos de Grunewald son hermosas y dramáticas, y me encantaría ir allí y tomar mis propias fotos. Pero los riesgos para la salud, incluso con el equipo de seguridad adecuado, son demasiado grandes.
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