Xu Yan, es la esposa del abogado de derechos humanos chino Yu Wensheng, quien se encuentra encarcelado cumpliendo su condena por «incitación a subvertir el poder estatal» por parte del gobernante Partido Comunista Chino (PCCh).
Luego de tres años de incomunicación, a Yu finalmente se le permitió una videollamada de 20 minutos con su esposa.
El abogado se encuentra privado de su libertad en un centro de detención en la ciudad de Xuzhou, una provincia oriental de Jiangsu, China.
Xu Yan pidió al PCCh que tratara a su esposo de manera más humana y solicitó que se le permitiera cumplir su sentencia más cerca de casa.
Despojado de derechos legales
En una entrevista con la RFA mandarín service, Xu Yan describió cómo fue su llamada con Yu Wengsheng.
Cuando se le preguntó cómo recibió la noticia de que se le permitiría hacer una videollamada después de que se le negaron las visitas durante tres años, declaró estar bastante sorprendida.
Yu Wensheng desde su encarcelamiento, fue despojado de todos sus derechos legales durante los últimos tres años.
Si bien las visitas deberían ser una parte habitual del proceso legal, recibir una videollamada fue toda una sorpresa.
Un encuentro esperado
En el momento en que Xu Yan vio a su esposo en la pantalla, escuchó al oficial de policía decir que solo tenían 20 minutos para hablar.
Xu Yan no deseaba perder ese tiempo preciado llorando y estaba preocupada de que no hubiera una segunda vez para contactarlo.
Así que, en cambio, se centró en actualizarlo sobre lo que estaba sucediendo afuera, así como en averiguar cómo estaba su salud y sobre las condiciones en las que estaba viviendo.
La RFA luego preguntó sobre su estado físico actual ya que la mano derecha de Yu Wensheng tiembla y además de tener dolores por problemas dentales.
Xu Yan observó que su marido estaba sentado en una silla de interrogatorio, vistiendo el uniforme del centro de detención y tenía un cubrebocas. Los agentes le afeitaron el pelo y lo esposaron.
Yu pasó de estar enfocado en su imagen profesional a usar un uniforme de prisión con la cabeza rapada, fue el polo opuesto de su personalidad anterior como abogado.
Xu Yan dijo que él es inocente y que no merecía ser esposado. El trato que ha recibido es inaceptable, pero ella no puede hacer mucho más al respecto.
Tras una nueva investigación, se enteró de que Yu Wensheng ya no podía escribir debido a que su mano derecha tiembla incontrolablemente.
Xu Yan pidió al gobierno chino que le brindara tratamiento inmediato para su mano. También tuvo que extraer tres de sus dientes debido al inmenso dolor que sentía.
Xu Yan le aseguró que apelará a las autoridades superiores para que le pongan coronas y luchará por sus derechos. Sin saber si su esposo recibirá el tratamiento adecuado o no, Xu Yan está decidida a defender a su marido de acuerdo a lo que le corresponde por ley.
La RFA preguntó si Xu Yan le contó a Yu Wensheng que las autoridades superiores también atacaron a su abogado Lu Siwei.
Xu Yan dijo que ella le hizo saber que Lu Siwei tenía que asistir a una audiencia donde se revocó la licencia de su abogado, a lo que Yu Wensheng expresó su preocupación por el futuro de Lu.
La vida en un centro de detención
Con respecto a la vida dentro del centro de detención, Yu informó que uno de los problemas que tuvo que enfrentar fue que no le servían comida por las mañanas.
Inicialmente solo se le permitió tomar agua fría, pero luego las autoridades le sirvieron agua tibia solo en las mañanas frías.
Según Xu Yan, no era algo a lo que la mayoría de la gente pudiera adaptarse: no tener nada más que agua fría para el desayuno en un día frío.
Hacer sopa de arroz no es una tarea difícil; más bien, es una necesidad humanitaria básica.
Finalmente, RFA preguntó a qué prisión sería trasladado Yu Wensheng ya que su apelación fue rechazada.
Xu Yan declaró que Yu estuvo en un centro de detención durante casi tres años y ahora debe ser trasladado a una prisión diferente para cumplir su condena.
Xu Yan y el abogado defensor de Yu siguen pidiendo a las autoridades chinas que lo asignen a una prisión en Beijing, más cerca de donde vive.
Yu Wensheng no tenía la menor idea de dónde sería trasladado. Sin embargo, en la videollamada, le hizo saber a Xu Yan que también había pedido ser trasladado a una prisión en Beijing.
La transferencia a Beijing debería ser la norma, ya que es donde se encuentra el registro de su hogar, y también podría beneficiarse de las visitas familiares.
Aún así las autoridades superiores lo han llevado a Xuzhou, a unas 950 millas de su lugar de residencia.
También implica que Xu Yan tendría que cubrir esa distancia solo por una visita de 20 minutos. Es una forma de persecución para su familia, según Xu Yan.