Un nuevo conjunto de restricciones en Finlandia podría ser la más estricta de la historia, ya que cinco ciudades, incluida la capital, Helsinki, están estudiando la posibilidad de adoptar duras medidas en respuesta al creciente número de casos de coronavirus y de hospitalizaciones.
La propuesta restringiría a los ciudadanos a sus hogares con limitadas excepciones, al tiempo que impondría multas por incumplimiento.
A pesar de que Finlandia ha mantenido una de las tasas de infección más bajas de Europa a lo largo de la pandemia, las estrictas medidas promulgadas recientemente por su gobierno están provocando una reacción en forma de intentos creativos de normalización.
La creatividad nace de la necesidad
Bar Q, un pub en la ciudad sureña de Imatra, decidió contratar a 500 empleados para que se unieran a su «restaurante exclusivo para el personal».
El bar parece haber encontrado una brecha en el reciente cierre de restaurantes y escuelas secundarias en todo el país, lo que permitiría a los clientes fungir como empleados si se les considera miembros del personal, pero no como clientes minoristas.
La Agencia Administrativa Estatal Regional del Sur de Finlandia, que vigila el Bar Q, no ha encontrado que la solución sea una violación de la ley.
Cientos de clientes del bar ahora pueden comer y beber en el bar como miembros del personal.
Según la emisora nacional de Finlandia, Yle, el oficial superior Markus Leivonen de la Agencia Administrativa Estatal Regional del Sur de Finlandia, dijo que su agencia se había puesto en contacto con la policía por la iniciativa de Bar Q, pero admitió que:
“Según la información de los medios, parece que es legal».
La policía finlandesa ha respondido recientemente a al menos 33 denuncias de actividad en bares y restaurantes del sur del país, debido en parte a que algunos propietarios de bares y restaurantes se espían entre sí para denunciar las infracciones, una práctica que comenzó ya en la primavera pasada.
Los aislamientos de Finlandia son estrictos, enfrentando las reacciones comerciales
El cierre propuesto en cinco ciudades está sujeto a una votación parlamentaria y a la evaluación de la comisión de derecho constitucional. Sería la primera vez que los ciudadanos finlandeses fueran confinados en sus casas durante la pandemia de Covid-19.
Paivi Anttikoski, director de comunicaciones de la oficina del primer ministro, dijo a Reuters:
«Estas son ahora las ciudades con las situaciones epidémicas más difíciles, pero la lista puede actualizarse si la situación cambia».
El proyecto de ley publicado el 17 de marzo detallaba que las personas sólo podrían salir de su casa con un propósito predeterminado, como comprar comida o viajar a una segunda vivienda, durante el periodo de cierre propuesto.
Con una población de 5,5 millones de habitantes, Finlandia ha registrado 74.754 infecciones por coronavirus y 817 muertes.
En el resto de Europa, muchos empresarios han rechazado completamente las órdenes de cierre. Aproximadamente 50.000 negocios en Italia protestaron en enero contra los cierres con las puertas abiertas y el hashtag #IoApro, o #IOpen, en las redes sociales.
Veto de las tierras altas
Asimismo, en Polonia, la ciudad de Zakopane vio cómo cientos de empresarios se proponían reabrir contra las restricciones de cierre.
El movimiento, denominado Górlaskie Veto, o Veto de las Tierras Altas, liderado por el arquitecto Sebastian Pitoń, dijo, que las medidas de cierre «destruirían Polonia y la polonidad, destruirían la clase media, las pequeñas y medianas empresas y matarían a varios cientos de personas al día».
La región montañosa depende en gran medida del turismo.
Mientras tanto, el mayor minorista de Finlandia, Stockman, hizo una declaración a la prensa el 26 de marzo en la que indicaba que se estaba preparando para cerrar todos sus grandes almacenes en el país debido al aumento de las restricciones por la pandemia y su impacto negativo en la economía.
La empresa iniciará la semana que viene las negociaciones para la codeterminación, un sistema de despido que permite a los empleados ausentarse durante un periodo máximo de 90 días sin perder su empleo.
Aproximadamente 1.200 personas se verán afectadas por los cierres. Las ventas en línea seguirán funcionando como de costumbre.