Ella sobrevivió para contar cómo es la vida en un campo de trabajos forzados chino

Por Jessica Kneipp

Gao Chengnu, maestra de jardín infantil, fue enviada a un campo de trabajo forzado chino y torturada ahí. No cometió ningún crimen —fue señalada por practicar Falun Gong.

Su marido es coreano. Legisladores y ciudadanos de Corea del Sur pidieron su liberación. En este cortometraje de menos de 6 minutos de duración, del cineasta Jarrod Hall, ella nos cuenta la historia en primera persona.

La película comienza con una introducción:

Se ven sus fotografías mientras le cuenta a la audiencia que ahora está viviendo en Corea con su marido y su hija. Explica que Falun Gong es una forma de qigong que enseña a las personas a ser sinceras, compasivas y tolerantes en cada situación.

Gao Chengnu:

«Es el cultivar el estado de Buda; Enseña a la gente a hacer frente a todo tipo de sufrimiento en la vida»

Chengnu and her husband practicing the standing exercises in Falun Dafa. (Image via Jarrod Hall Vimeo/Screenshot)
Chengnu y su esposo Byungho Kwak practicando los ejercicios de Falun Dafa (Falun Gong). (Imagen vía Jarrod Hall Vimeo / Captura de pantalla)

Ella relata que solía tener una cardiopatía congénita (al igual que su madre), pero su enfermedad desapareció por completo después de que comenzó a practicar Falun Gong. Han pasado 12 años desde entonces. (Hoy sería un año más, ya que esta película se hizo hace 7 años). También habla de su cuerpo sintiendo una luz y su mente pureza durante la práctica.

Gao se casó en China en el 2003, y solicitó pasaporte coreano. Este proceso tardaría normalmente un mes en ser aprobado, pero la oficina de pasaportes se lo negó, diciendo que estaba en una lista negra por ser practicante de Falun Gong. Fue por protestar pacíficamente sosteniendo un estandarte en la Plaza de Tiananmen que decía «Falun Dafa es Bueno» que le impidieron reunirse con su esposo en Corea.

Chengnu is now living with her husband in Korea free to practice her belief. (Image via Jarrod Hall Vimeo/Screenshot)
Chengnu ahora vive con su esposo en Corea, libre para practicar su creencia. (Imagen vía Jarrod Hall Vimeo / Captura de pantalla)

El día que fue arrestada, dos policías vinieron a decirle que había sido condenada a 3 años de prisión. Ella se sorprendió, ya que no había cometido ningún crimen, era sólo una maestra de jardín de niños. Le preguntaron si practicaba Falun Gong, a lo que contestó que sí, por lo que fue arrestada y enviada a trabajos forzados sin ninguna evidencia criminal.

No mucho después de llegar al campo de trabajo forzado tuvo un sueño. Soñó que estaba al teléfono con su marido en Corea y él lloraba, y ella también. En su segundo sueño, soñó que su marido se mordía el dedo y le escribía una carta con su sangre, diciendo: «No te abandonaré y haré cualquier cosa para liberarte».

Chengnu recalls her time in a Chinese labor camp. (Image via Jarrod Hall Vimeo/Screenshot)
Chengnu recuerda su tiempo en un campo de trabajo forzado de china, con sus dientes rotos por golpes. (Imagen vía Jarrod Hall Vimeo / Captura de pantalla)

En esa cárcel los guardias no permitieron que hiciera los ejercicios de Falun Dafa, pero ella persistió. Y la golpearon hasta que estuvo inconsciente. Luego fue esposada a una cama sin base por lo que no podía sentarse o ponerse de pie, siendo increíblemente doloroso. Estaba confundida acerca de por qué estaba siendo tratada como un criminal.

Hizo huelga de hambre y fue forzada a alimentarse con una pipa introducida por la nariz hasta el estómago —un proceso muy delicado y que podría resultar en la muerte. El dolor era inmenso y Chengnu pensó que se estaba muriendo; Estaba segura de que los guardias querían que fuera así.

Korean Falun Gong practitioners do waist drum performances in a parade - the practitioners in Korea put in a lot of effort for the release of Chengnu. (Image via Jarrod Hall Vimeo/Screenshot)
Los practicantes coreanos de Falun Gong realizan actuaciones de tambor a la cintura en un desfile. 240.00o ciudadanos coreanos apelaron al régimen chino para la liberación de Chengnu. (Imagen vía Jarrod Hall Vimeo / Captura de pantalla)

Más tarde, cuando llegó a Corea para estar con su esposo, también practicante de Falun Gong, se sintió muy emocionada al enterarse de que 240.000 ciudadanos surcoreanos apelaron al régimen chino por su liberación y trataron muchas otras cosas diferentes, como escribir cartas a los guardias de la prisión.

Gao with her husband and child in Korea.
Gao ahora vive en Corea con su esposo e hija. (Imagen vía Jarrod Hall Vimeo / Captura de pantalla)

En Corea no trabaja, ya que el salario de su marido apoya a la familia. Ella está preocupada por todos los practicantes de Falun Gong aún encerrados en prisiones y sufriendo tortura. Así que utiliza su tiempo para decir a toda la gente de Corea del Sur la verdad sobre lo que está sucediendo en China.

Chengnu working hard to make sure people in Korea know the truth about Falun Dafa and the persecution. (Image via Jarrod Hall Vimeo/Screenshot)
Chengnu está dedicando su vida a asegurarse de que la gente de Corea conozca la verdad sobre Falun Dafa y la persecución. (Imagen vía Jarrod Hall Vimeo / Captura de pantalla)

Su vida en Corea con su esposo es diferente a la de otras parejas de 32 años, ya que no invierten tiempo en ir al cine o salir a bailar. Ella está increíblemente agradecida de salir viva del campo de trabajo y practicar Falun Gong libremente. Así que dedican sus vidas a exponer el crimen de la persecución de Falun Gong en China ya que no todos tienen la suerte de salir vivos de ahí. Hacen esto con la esperanza ayudarles .

Chengnu and her husband Byungho Kwak re-united. (Image via Jarrod Hall Vimeo/Screenshot)
Chengnu y su esposo Byungho Kwak se reunieron de nuevo. (Imagen vía Jarrod Hall Vimeo / Captura de pantalla)

La película termina con estadísticas impactantes —aunque desactualizadas. Lamentablemente, el número de personas afectadas por la persecución de Falun Gong ha aumentado, y se pueden encontrar cifras actualizadas en el siguiente sitio web

 

 

 

 

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