Traducido por Isabel Chang
¿Un ladrón puede contribuir a la sociedad?
Zi Fa fue un general de Chu y estaba muy atento a las personas que tenían talentos especiales. Les ofrecía oportunidades de aprovechar completamente estos talentos y proporcionar servicios. Un ladrón supo de Zi Fa y quizo trabajar para él. Le dijo a Zi Fa: “Escuché que deseas emplear a quienes tienen talentos especiales. Yo soy un ladrón y me comporté pobremente en el pasado. Si quieres quedarte conmigo, me gustaría poner mi talento a tu servicio”.
Zi Fa escuchó las palabras sinceras del ladrón y quedó encantado. Inmediatamente se levantó de su silla y trató al ladrón como un huésped de honor. El ladrón estaba muy contento porque Zi Fa era tan bueno como la gente decía.
Sin embargo, los subordinados de Zi Fa no estaban contentos con esto, y le decían: “¿Cómo puedes tratar a un ladrón con tanto respeto? Cualquier persona bajo el sol desprecia a un ladrón”.
Zi Fa agitó su mano y respondió: “Es difícil para ustedes entender esto. Tarde o temprano, sabrán mis razones”.
Mientras tanto, el estado de Qi invadía el estado de Chu, el rey de Chu envió a Zi Fa a luchar en las batallas. Desafortunadamente, lucharon tres veces con los soldados de Qi y fueron derrotados.
En el campamento, Zi Fa reunió a los generales y soldados para discutir estrategias con el fin de derrotar a las fuerzas de Qi. Los generales pensaron muchas estrategias, pero estos planes no aseguraban la victoria en las batallas contra las poderosas fuerzas de Qi.
Al enfrentar una crisis como esta, el ladrón fue a ver a Zi Fa y le dijo: “Tengo un plan, ¿me permitirías intentarlo?”
Zi Fa ya no tenía ninguna opción, así que estuvo de acuerdo.
Al anochecer, el ladrón se dirigió al campamento enemigo, y robó las cortinas de la tienda del general. Entregó las cortinas a Zi Fa. Al día siguiente, Zi Fa envió un mensajero a devolver las cortinas. El mensajero le dijo a los soldados de Qi: “Uno de nuestros soldados fue a la montaña a buscar algo de leña, y encontró las cortinas de su general. Queremos devolvérselas”. Los soldados de Qi se quedaron sin palabras.
La noche siguiente, el ladrón fue a la tienda del general de Qi y robó la almohada. Zi Fa inmediatamente envió a alguien para que se la devolviera.
El tercer día, el ladrón fue de nuevo, y trajo consigo las horquillas para el pelo del general. Zi Fa se las envió de regreso. Esta vez, todos los generales en el campo de Qi estaban asustados y la discusión acerca de luchar en contra Chu era interminable. Finalmente, el comandante general les dijo a todos: “Si nosotros no nos retiramos hoy, creo que los soldados de Chu se llevarán mi cabeza esta noche”.
Luego de que los soldados de Qi se retiraron, en el campamento de Chu hubo mucha alegría. Todos elogiaron al ladrón y admiraron la habilidad de Zi Fa para emplear el talento de la gente.
Un ladrón debe ser castigado de acuerdo a la ley si continúa cometiendo crímenes. Sin embargo, si puede rehabilitarse, puede hacer una gran contribución a la sociedad.